Eurovisión y el orgullo patrio

Ayer sábado, de vuelta a casa después de un encantador plan de tarde, me encuentro con el Festival de Eurovisión en Twitter. Ahora los programas infames de la tele pueden convertirse en algo divertido si estás conectado a Twitter, porque te encuentras con un desparrame de ingenio que aumenta a tono con la frikada que están retransmitiendo. En el caso del festival de Eurovisión, la frikada además de internacional es de primera categoría.

Mis recuerdos del festival de Eurovisión son muy escasos, porque es algo que no me ha interesado ni siquiera en mi adolescencia atribulada – todas las adolescencias son atribuladas. Recuerdo muy vagamente a Betty Missiego, rodeada de niños (una representación cercana al oxímoron) y a Micky cantando una memez y dejando que su cabeza bailara sola, de un lado a otro, como hacen esos perritos de plástico que llevan los gitanos en los coches. También recuerdo a Mocedades cantando el Eres tú y a mi madre decir que no habían ganado porque Amaya no llevaba minifalda. Y poco más, aparte de una noche de farra viendo a Remedios Amaya cantando descalza en un bar de pueblo (Remedios Amaya cantando descalza, yo en el bar de pueblo y cada una en su noche de farra). O sea, un erial.

Lo primero que me encontré al encender el televisor fue a una tipa metida dentro de una montaña de vestido, una lista interminable y caótica de países y una banderita de España en la cola de las puntuaciones. Y esto último me hizo pensar que, después de todo, este país a lo mejor tiene remedio.

O quizá no lo tiene, si nos atenemos al tuit de Fernando Alonso, ex de la cantante y premio Príncipe de Asturias de los deportes: «Irlanda tiene aun menos amigos que nosotros en Europa :)!, pero muy orgullosos».

Tuit Alonso

Hombre, Fer, el fondo de tu frase no tiene desperdicio, pero utilizarla con ocasión de un festival de Eurovisión sí. Quiero decir que la frase tiene tal envergadura que no chocaría nada en boca de Rajoy a la salida de cualquier Consejo Europeo. Un desperdicio de frase, ya digo. Pero española como la que más, eso también.

Después del Lalalá y del Vivo cantando, dos títulos muy de país de cigarras, España no ha levantado cabeza en Eurovisión. Intentamos describirnos con Chiquilicuatre, con las Ketchup, con David Civera y con esa chica que cantaba lo de la Vuelta a España, pero no damos con el tono adecuado para seducir a ese mejunje de países raros que es el actual festival de Eurovisión. ¿El Sueño de Morfeo? No, hombre, no: ¡allí hay que enviar a La Pesadilla de Baco!

Como es domingo, les dejo con Betty Missiego, que según la Wiki quedó segunda. Por no llevar minifalda, sin duda.

Esos criminales billetes de 500

billete 500 unmundoparacurraSe le ocurrió a Rubalcaba aunque tal vez la idea no era suya: el remedio infalible para evitar el fraude fiscal es eliminar los billetes de 500 euros. Y ayer De Guindos dijo que no le parecía mal. A De Guindos casi nada le parece mal, a él le puso ahí Rajoy para pasar la crisis, no para tener alguna idea relevante. Mucho menos aplicarla, que él está para ir y venir de Bruselas a contar en inglés lo que hace Montoro en español. ¿He escrito Montoro? Vds disculpen, ha sido inevitable.

Es un clásico esto de tratar los problemas como el que coge un rábano por las hojas. Por ejemplo, al alcalde de Nueva York es un campeón de las ideas de este tipo. ¿Se acuerdan de este pollo, Bloomberg se llama? Este señor trató de prohibir la venta de bebidas azucaradas de tamaño XL para combatir la obesidad. Todavía no he logrado enterarme de si es que cree que la obesidad la provoca el envase, pero el caso es que juez le paralizó la majadería. El ha seguido clamando contra la salud de los pobres niños, sin comprender que los pobres niños lo que harían serían acarrear dos envases de medio en vez de uno de entero, porque él ha quitado en envase, pero no las ganas, ni el motivo. Con los billetes de 500 sucede igual: si ayer te comprabas un coche de 30.000 euros con 60 billetes, hoy te lo comprarás con 150, que tampoco abultan tanto. Y cuando vayas a pintar la cocina, el pintor ya no te dirá eso de 200 sin iva y 245 con iva, sino que no acepta billetes de 500.

El fraude no lo provoca un determinado papel moneda, sino los impuestos absurdamente altos, como el que te cobra el pintor. Aquí la única decisión para combatir el fraude que se ha tomado ha sido la amnistía fiscal, así es que ya me contarán vds las ganas que se tiene de combatir el fraude. El pagar parte de la casa en negro ha existido siempre, con pesetas o con euros. Y si vamos a compras de alto importe en los comercios, pagues con billetes, con transferencia o con tarjeta, el IVA lo pagas, que es lo que le interesa a Montoro, el del loro. Si ve que le falta dinero (que le faltará, evidentemente siempre le faltará) mañana decreta otra amnistía, araña cien milloncetes de euros, y tan contentito que se pone, él ambiciones no tiene.

Hoy son los de 500, pero como ése no es el problema, mañana serán los de 200, después los de 100, hasta eliminar el papel moneda. El que paga en metálico es un defraudador en potencia, ya se sabe. Y los ahorros, en el banco, por supuesto, que ahí se puede gravar bien el ahorro, el IVA por cada transacción, y los beneficios. Oigan, y al que no le guste, que se vaya a Suiza, hombre ya. Ah, qué felices seremos todos con la vida monetizada electrónicamente, con un gran ordenador que registre que hoy han debido de venir mis sobrinos a comer, porque he comprado dos barras de pan en vez de una. Ya me podrán cobrar el ICS, que es el Impuesto sobre la Comida del Sobrino. Es un clásico de las tiranías, y en esta Europa socialdemocradiotizada hay mucha tendencia a la tiranía y al control. Y a cambiar las reglas del juego a conveniencia.

Bloomberg seguirá insistiendo en la estupidez de los envases hasta que, harto, proponga medidas más contundentes. Por ejemplo, obligar a los niños a que vayan a un hospital a que les rebanen las lorzas con un cutter. Pero lo hace por su bien, no se opongan. Y a de Guindos, por su parte, no le parecerá mal que nos suban el IVA al 32%. Lo hace por nuestro bien, no lo duden.

Rubalcaba y la caridad a bulto

Rubalcaba propone sacar 1.000 millones de euros para dárselo a los pobres. Así, caridad a bulto. No dice para qué, no dice para quién, sólo que es una décima del PIB, y que, total, no es mucho. Esto es como ir de rebajas y comprarse 15 pares de zapatos por la simple razón de que están muy bien de precio, es exactamente el mismo razonamiento. Pero luego Rubalcaba, con voz trémula y lágrimas en los ojos nos confunden la tripa con la razón, y nos termina llevando a su huerto de la demagogia.

Así que nos propone 1.000 millones. Eso es mucho dinero. O muy poco. Yo no lo sé, y me da que Rubalcaba tampoco. ¿Por qué no poner 2.000 millones? ¿O por qué no 500? Rubalcaba coge su dedo índice, se lo chupa, lo pone al aire, y ya está: mil millones. En el dedo de Rubalcaba no sólo hay saliva y viento, sino sobre todo hay propaganda y frivolidad. Sin una sola idea sólida que respalde esa cantidad, dice 1.000 porque eso lo puede recordar cualquier analfabeto, así es que es perfecto para fabricarse un eslogan a cuenta de los pobres.

Nos dice también que ese dinero habría que darlo a municipios y Comunidades Autónomas para que lo repartieran. ¿Como el Plan E, entonces, más o menos? ¿Se acuerdan? El plan E, en el que se tiraron a la basura 8.000 millones de euros. No lo digo yo, que lo dice el Tribunal de Cuentas. Sí, 8.000 millones que sirvieron no para crear empleo (sólo el 4% de los empleos se han conservado), ni para crear obra nueva, sino que se tiró en tapar agujeros de obra ya concedida y además, completamente inútil. Y eso contando todo con que fue dilapidado, es decir, no cuento con la parte de la mordida, esa parte de corruptelas con las que hay que contar siempre que se habla de dinero público, un dinero que circula sin control y sin responsabilidad de ningún tipo.

No sé qué es más molesto, si tener a un demagogo como alternativa de gobierno, si que me tome por imbécil, o si ver cómo se utiliza a la gente verdaderamente necesitada como añagaza política. Quizá esto último, porque a lo primero ya estaba acostumbrada y lo segundo me lo están haciendo desde cualquier escaño del Congreso y desde cualquier ministerio.

Nunca he tenido la menor duda de que Rubalcaba estaba en el bando de los pobres. ¿Cómo no iba a estarlo, con lo poco que le cuestan y con la rentabilidad que les saca?

El cholo y los chulos

Evo morales EFEQue hoy domingo, abro con mi segundo café el ABC y casi me atraganto al ver esta foto que tienen vds a la derecha. Ya estamos acostumbrados a ver al cholo con la chompa, pero eso de llevar dos gorros superpuestos me deja muy pensativa. Si se fijan en el dedo, en el acto hacía solecito, y aunque el altiplano es muy alti y muy poco plano, el sol por esas tierras pega de lo lindo y un rayo de sol es siempre «uo-o-ó». Así es que la explicación para llevar dos sombreros debe de ser alguna división de opiniones boliviana como las que se dan en las corridas de toros, ya saben: unos en su padre y otros en su madre.

Ahora que estoy saliendo de un libro colombiano para meterme en otro mexicano, una no puede por menos que pensar en ese realismo mágico que viene de la literatura de América y que consiste en hacer explicable lo que no es posible. Digo yo que Bolivia es un país tan respetable como pueda serlo España (formalmente, quiero decir, que tampoco estamos nosotros como para tirar cohetes), pero de ahí a encontrarnos con Rajoy vestido de corto en un mitin va un mundo.

Bueno, o no…

Espe chulapa

Simancas y Sebastian comen rosquillas

La puta, el pecador y otras chicas del montón

A ver, que yo ya me he perdido un poco con esto de Urdangarín. Es verdad que no sigo los detalles del caso (o sea, como cualquier tertuliano), pero hasta ahora lo que se sabe es que el tipo conseguía contratos por ser el yerno del Rey y que sus informes eran un truño. Ya, ya sé que hay por ahí cositas fiscales, pero yo estoy algo perdida porque en ningún periódico encuentro respuesta a algunas preguntillas: ¿Quién decidía la contratación de los servicios de Urdangarín? ¿Quién autorizaba el pago? ¿Dónde están los informes de inversión que justifican esa contratación? Porque cuando se paga por algo, lo que debe haber es un documento que justifique la inversión. Algo, no sé, un post-it sin ir más lejos… De momento, yo sólo veo «tuitulares» de periódicos, pero no he visto que se haya imputado a ningún político. ¿Se me habrá pasado? A ver, que venga Sor Juana Inés de la Cruz y que pregunte: Oiga ¿Quién peca más? ¿La que peca por la paga o el que paga por pecar?

Los pecadores, o sea los del post-it, han salido uno detrás de otro a señalar a la Infanta, que sólo es la esposa de la puta, y a pedir que se la trate como a una chica del montón. Ellos, uno detrás de otro, explicándonos que la justicia es igual para todos. Nos enseñan a la Infanta en un cubilete y esconden el cubilete con premio, o sea, ése que les permite a ellos ser aforados y disfrutar del Supremo, en donde ya sabemos que están los jueces que han puesto sus partidos. Ah, la justicia del pueblo, que coge la venda de los ojos y la convierte en velo para su danza delante de las cámaras, mientras el diputadillo regional se azora por el caso y se afora por si acaso. Ver para creer.

¿Y la chica del montón? Pues ya ven, tan contentos que estábamos con una monarquía tan normal y tan democrática, que se casaban con gente del pueblo, con nietas de taxistas y sudorosos jugadores de balonmano, y ahora resulta que la infanta es una madre y esposa que le ha dado por permanecer con su marido, algo que no es nada democrático ni normal. Y en una infanta, imperdonable. Así es que no se comprende cómo no se divorcia de inmediato y le tira los cuatro niños a la cabeza al Urdanga. Todo sea por la Corona, ese marrón. Ah, no, no: ellos deben hacer como el pueblo, casarse con divorciadas pero luego no deben hacer como el pueblo, o sea, tener alguna posibilidad de ser declarados (y creídos) como inocentes: porque con los poderosos, todo lo que no sea la cárcel será considerado un privilegio.

Supongo que ya está en marcha la kedada para el escrache a las puertas del juzgado en Palma. Tricoteuses a gozar…

 

El cocodrilo de la laguna

Que en unas lagunas de Mijas han visto un cocodrilo. Bueno, lo ha visto un joven que, sin pensar más, se fue corriendo a contárselo a unos amigos. Y después se lo contaría a alguien de menor confianza, aunque de mayor utilidad. El Seprona, me supongo. Y parece que sí, que han encontrado unas huellas que se parecen a las de una lagartija, aunque se ven sin necesidad de lupa.

Yo no pongo en duda que haya un cocodrilo en Málaga. Cosas más raras se ven en España, no hay más que ver algunos programas de la tele. Y también me creo que se hayan traido el cocodrilo de cualquier país exótico en el que encontrarse con uno de estos bichos en un rio sea la cosa más normal del mundo. Hay gente para todo. Lo que no me parece bien es que, ahora, los que nos conformamos con tener un perro, o ninguno, y que hasta nos parece que criar un hámster es una extravagancia, nos podamos encontrar ni más ni menos que un cocodrilo (con unas mandíbulas llenas de dientes) a poco que se nos ocurra acercarnos a unas inofensivas pozas a dar un paseo. No sé qué pensarán vds, pero a mí me parece muy incómodo si te lo piensas y muy espeluznante si te lo encuentras.

Hay que encontrar al irresponsable que ha dejado ese bicho suelto así, sin más, dans la nature. No sé si para ponerle una multa o para que se lleve al cocodrilo a su casa, pero hay que ponerse serio con estas cosas. No será fácil pillarle (no hay que contar con el testimonio del cocodrilo, desde luego), aunque yo buscaría a un manco. Pues sí, a un manco. Porque yo me imagino robándole a una cocodrila a una de sus crías, y me da que en la primera tentativa te arranca el brazo. Y luego, mientras se lo está merendando, ya sí, ya uno puede robarle el cocodrilito y salir corriendo con él al puesto de socorro más cercano. Y de ahí al aeropuerto, sin más.

Qué cosas.

Un nuevo Papa

Anne Igartiburu le hizo una última pregunta a Paloma Gómez Borrero. «¿Tú por quién apuestas?», y Paloma Gómez Borrero dijo un nombre y Anne corroboró: «sí, ésa es también mi apuesta», y le guiñó un ojo como cuando decía aquello de «hasta luego, corazones». Y así todos, apostando sobre algo que no admite apuestas, porque, finalmente, estando el Espíritu Santo de por medio cualquier cálculo se convierte en imposible…

Francisco I es jesuíta y es argentino. Y esto es todo lo que yo sé. Y creo, francamente, que los únicos que saben más de lo que este hombre es capaz de hacer son los cardenales que lo han elegido. Lo que haya hecho como cardenal nos dice sólo eso: lo que ha hecho como cardenal. Ahora es Papa, y ese es un trabajo diferente. ¿ Cómo lo hará, qué cosas logrará durante su papado? esto sólo nos lo puede decir el tiempo.

Como católica yo le deseo mucha suerte y que haga cosas que sean buenas, productivas y positivas para la Humanidad. Y no le puedo desear otra cosa porque, como cualquier Papa, hará naturalmente lo que Dios le dé a entender.

La tarta Mierden y los accidentes de calidad

curra-portada-postDonde quiero yo llegar es que todo modelo tiene un límite. Ni los ingresos pueden ser infinitos ni los costes pueden ser cero. En algún momento hay que recolocar el contador, hay que refrescarlo. Hay tendencias que, o aceptas que se renueven, o quiebran y son irrecuperables.

Reduces, reduces, reduces… Y al cabo, lo pierdes todo. Porque te pone en su sitio un accidente. O lo que no es un accidente. Porque cuando el gafotas te dice que tienes que quitar dos personas del departamento de calidad, o que sobran tres supervisores, o llega el consultor con su bonito powerpoint a contarte que eso mismo se puede hacer con menos… eso no es un accidente. Eso es olvidar el oficio y pretender llevarse la última peseta, cuando todos sabemos, porque nos lo enseñaron nuestros padres, que es mejor que la última peseta se la lleve otro.

En la aduana de China, la tarta de chocolate llevaba heces. Tenía que ser, precisamente, la tarta de chocolate, no podía haber sido la de crema. Así es que además de la librería Pili y el sillón Songherl, tenemos la tarta Mierden. Un proveedor que no levantará ya cabeza. Pero el distribuidor tendrá que recuperar su reputación, y ese gasto no compensará jamás el ahorro marginal que pretendía el consultor gafotas o la sala de compras que llevó al límite al proveedor. Es sólo un ejemplo, que además deberá ser explicado, pero me vale para el razonamiento.

El cliente tampoco es inocente. Hace unos días yo hablaba aquí de los vuelos low cost, en donde llevan a la gente como ganado. La cultura del low cost, del barato barato, tiene estas cosas. Para vender barato hay que fabricar barato. Para fabricar barato tienes que ceder calidad. Vamos aceptando que baje la calidad porque nos lo sirven al mismo precio, o a un precio menor. Pero hay un límite. Cuando se sobrepasa ese límite, ya no hay controles que valgan, porque tarde o temprano un espabilado aceptará que se redondeen los gramos de ternera con carne de caballo. Nadie mira, nadie compara, nadie comprende el sabor, sólo es relevante el precio. Nadie quiere pagar el coste de la calidad, ni el de los controles, que son costes escondidos cuyo beneficio está en la sombra y sólo aparece cuando falta escandalosamente. Nos dan gato por liebre, y estamos encantados con el gato, porque es barato y se parece a la liebre. Hasta que aparece la pelagra.

Ni la empresa aceptará ganar menos ni el cliente aceptará pagar más. Mientras tanto, nuestro funcionariado local y europeo seguirá apilando normas. Y el estratega recomendará poner muchos cartelitos para decir que lo primero es el cliente, tal vez en el sobreentendido de que lo primero es el margen. Y el cliente recomendará el chollo que ha encontrado cuando lo que ha comprado es, además de la librería Pili, la tarta Mierden. Y así, hasta que la tendencia se quiebre.

El dedito de Jordi Alba

alba3--146x110Jordi Alba es un jugador del FCB que quiso celebrar el gol de Messi el pasado sábado con la grada del Bernabéu. Y para ello, sacó su dedito a pasear, tal y como ven en la foto de la izquierda. Como buen meritorio de los valores de la Masia y de su inmaculada beatitud, ha tenido que aclarar qué quería decir, como si no pudiéramos entenderle en Madrid, tierra de chulapos. Y como excusa, nos dice que su dedo no era el corazón, sino el índice, y que lo que quería decir es que Messi es el número 1. Y no sé yo qué es más insultante para la grada del Bernabéu, la verdad, si que le hagan la peseta devaluada o que le señalen a lo tonto (léanme bien, que he dicho a lo tonto, no al tonto).

Ay, el hipocritilla meritorio. Querido Jordi, lo que importa no es el dedo que se use, sino lo que se diga con el dedo. Y con un dedo, aunque sea el índice, se pueden querer decir muchas cosas. A ver, te lo voy a explicar, tú atento:

Esto es decir «tú»:

tu

Esto es decir «te lo advierto»:

Aviso

Esto es decir «Me llamo Bond»:

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Esto es decir «Uno»:

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Y esto es un «doigt d’honneur», te pongas como te pongas:

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Ay, el hipocritilla meritorio.

Corinna

Decía yo en diciembre de 2011, a propósito del tal Iñaki, que a la monarquía no se la llevaría por delante ninguna opción política sino que bastarían un par de escándalos. Algo más de un año después, reconozco mi equivocación: este rey nuestro es escandalcoholic, y ya sólo le falta que al Príncipe le pillen, como a Benzema, a 216 kilómetros por hora por la M-40 para que le añada variedad a la intensidad y a la frecuencia.

Un rey al que cualquier mindundi de provincias le puede instar a abdicar, y en vez de la hilaridad generalizada consigue que se debata la majadería en toda la prensa nacional, es un rey sonado. Ya vale todo, y cualquier pelagatos se acerca a un programa casposo a gritar lo que el rey debe hacer y a dar consejos a la reina de España. Y es que se ha abierto la veda hace mucho y aunque la cacería era de cochinos, tiramos balas a ver si cae el rinoceronte blanco. La monarquía, pretendiendo igualarse al pueblo, se ha encontrado con la masa embrutecida y sus sacerdotes supremos, que son todavía más brutos. Y no se explican por qué la gente cree que las cosas son lo que parecen. Y las cosas son lo que parecen porque, con el bobainas del rey a la cabeza, llevan 35 años intentando parecer lo que no son. Y se han encontrado con la horma de su zapato: un pueblo que sólo sabe distinguir entre Belén Esteban y Carmen Lomana, y eso cuando se pone gafas.

princesa-Corinna-zu-Sayn-Wittgenstein-portada-revista-HolaY entonces, aparece Corinna vestida de ejecutiva del Vogue. Y el pueblo se divide entre los que la llaman puta de lujo y los que, babeando, prefieren soñar con tirársela. Así estamos, todo muy class. Personalmente, hasta que el propio rey y ella, conjuntamente, no me enseñen una foto, sostenida por ambos en sus manos, en donde estén ella y él en la cama desnudos, con ese rubor tan característico que todos conocemos y tapándose con una sábana, y se peguen un chusco con lengua delante de la cámara, yo no me creo que se hayan liado. Porque hemos llegado a un punto en que, entre la monarquía y la prensa, no sé qué me merece más credibilidad. Quizá la monarquía, porque casi todas las simplezas que dicen se las escriben unos funcionarios anticuados con vocación de adormideras.

Que Corinna no ha estado liada con el rey me parece evidente. Si hubieran intimado, Juanqui le habría prevenido, en una noche sin luna, del país que somos: un país que se cree que una línea férrea de 4.000 km en una tierra lejana o un pedido de 70 aviones, un suponer, los consigue un vendedor con corbata comprada en el Sepu y armado de un powerpoint con musiquita en una ipad. La comunidad de Tuiter, que consideran muy normal contarle a un desconocido lo que está cenando y que piensa que la influencia se mide en faveos, sospecha que Corinna tiene burdel propio porque no tiene cuenta en el Linkedin con la que justificar sus buenas relaciones. «Somos un país sencillo, de vuelta y vuelta, – le habría dicho Don Juan Carlos –, un país de Quijotes y Sanchos, de Quevedos y Góngoras, de Nadales y Ballesteros, y de algún que otro Guardiola, aunque por fortuna, de ésos menos. No te preocupes, Corinna mía, y échanos una mano para que el potentado Pepito se le ponga al teléfono al ministro ése. Que aunque parece un dómine Cabra sin hambre, es un representante del pueblo, ese pueblo aquerrido, orgulloso y con una historia como para llenar varias enciclopedias..

Y Cori, que no sabe seguro quién es el dómine Cabra pero sí el rey de España, va y se mete en este país de berenjenas a intentar aclarar algo. Pobre…