Rubalcaba propone sacar 1.000 millones de euros para dárselo a los pobres. Así, caridad a bulto. No dice para qué, no dice para quién, sólo que es una décima del PIB, y que, total, no es mucho. Esto es como ir de rebajas y comprarse 15 pares de zapatos por la simple razón de que están muy bien de precio, es exactamente el mismo razonamiento. Pero luego Rubalcaba, con voz trémula y lágrimas en los ojos nos confunden la tripa con la razón, y nos termina llevando a su huerto de la demagogia.
Así que nos propone 1.000 millones. Eso es mucho dinero. O muy poco. Yo no lo sé, y me da que Rubalcaba tampoco. ¿Por qué no poner 2.000 millones? ¿O por qué no 500? Rubalcaba coge su dedo índice, se lo chupa, lo pone al aire, y ya está: mil millones. En el dedo de Rubalcaba no sólo hay saliva y viento, sino sobre todo hay propaganda y frivolidad. Sin una sola idea sólida que respalde esa cantidad, dice 1.000 porque eso lo puede recordar cualquier analfabeto, así es que es perfecto para fabricarse un eslogan a cuenta de los pobres.
Nos dice también que ese dinero habría que darlo a municipios y Comunidades Autónomas para que lo repartieran. ¿Como el Plan E, entonces, más o menos? ¿Se acuerdan? El plan E, en el que se tiraron a la basura 8.000 millones de euros. No lo digo yo, que lo dice el Tribunal de Cuentas. Sí, 8.000 millones que sirvieron no para crear empleo (sólo el 4% de los empleos se han conservado), ni para crear obra nueva, sino que se tiró en tapar agujeros de obra ya concedida y además, completamente inútil. Y eso contando todo con que fue dilapidado, es decir, no cuento con la parte de la mordida, esa parte de corruptelas con las que hay que contar siempre que se habla de dinero público, un dinero que circula sin control y sin responsabilidad de ningún tipo.
No sé qué es más molesto, si tener a un demagogo como alternativa de gobierno, si que me tome por imbécil, o si ver cómo se utiliza a la gente verdaderamente necesitada como añagaza política. Quizá esto último, porque a lo primero ya estaba acostumbrada y lo segundo me lo están haciendo desde cualquier escaño del Congreso y desde cualquier ministerio.
Nunca he tenido la menor duda de que Rubalcaba estaba en el bando de los pobres. ¿Cómo no iba a estarlo, con lo poco que le cuestan y con la rentabilidad que les saca?
Bravo, por no hablar de que son pobres gracias a su trabajo cuando era presidente. Un beso.
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Rubalcaba nunca ha sido presidente, Susana. Y en política, interesa el hoy.
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El problema de Rubalcaba es que solo es de izquierdas cuando está en la oposición, porque sí, presidente nunca ha sido, pero ha estado en varios gobiernos, de hecho cuando me hablan de regeneración y vainas en el PSOE y le veo a él me entra una risa floja que no veas.
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Es alguien que no puedo soportar.
Que diga semejantes cosas el que ha estado sentado en el consejo de ministros aprobando todo tipo de dislates, me pone enferma.
Besazo
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