Un mundo feliz y un café cargado

Mi amigo Stephane (libros cortos) viene a verme para tomar un café. Parece que ha encontrado un hallazgo y quiere contármelo. Se trata de la novela “Un mundo feliz”, de A. Huxley, escrita en 1932. No me cuenta el final, así es que, picada por la curiosidad, no puedo evitar comprar el libro y zampármelo en cuatro días.

Para quien no lo haya leído, se trata de una crónica del futuro, en donde los humanos somos literalmente fabricados en unos frascos y después adoctrinados y condicionados de manera implacable. Los procesos de ingeniería científica y económica, bien planificados, evitan el conflicto social creando castas de humanos con mayor o menor inteligencia según las tareas a realizar (alfas, betas, gammas…). En cuanto a los sentimientos, se amortiguan con el lavado de cerebro, la droga, la promiscuidad y el consumo. No hay ni enfermedades, ni fealdad, ni vejez, la muerte está planificada y desprovista de dramatismo. Es un mundo feliz y despreocupado, sin disgustos ni malos rollos. Lo que al principio parece un relato estrafalario, se transforma después en un relato agobiante.

Stephane me dice que no queda mucho para que ese mundo llegue, y me va mostrando, uno por uno, los primeros síntomas a nuestro alrededor. Como tiene un cerebro privilegiado, me deja pensativa… Es verdad que tenemos un gobierno que parece salido de un frasco, una oposición atiborrada de tranquilizantes y unos sindicatos poblados de “hombres-epsilon”, pero por lo demás, la gente en general es todavía bastante infeliz. Lo mismo Stephane se refería a otra cosa, le tengo que volver a preguntar.

Pedro León, extremo derecho del Real Madrid

Mouriño, ese entrenador ensoberbecido y en permanente estado de retortijón, ha dicho que Pedro León no es ni Zidane ni Maradona ni Di Stéfano. Gran verdad: ninguno de los tres jugó nunca en la posición de Pedro León. Y si jugaron por ahí, lo hicieron porque les daría la gana, que para eso eran quienes eran. Ese macaco arrogante que come chicles de bola en el banquillo del Real Madrid, ha ridiculizado a un jugador de su propio equipo que, por lo visto, no le parece suficientemente peleón. Mouriño, ese tuercebotas tan maleducado, sabrá cómo lograr medio titular, pero no sabe leer.

Pedro León no es Maradona, ni Zidane, ni Di Stéfano, cierto. Tan cierto como que Mouriño no es ni Vicente Del Bosque, ni Luis Molowny, ni Miguel Muñoz. Sin duda por eso, no ha entendido que el Real Madrid no es un arrabal, ni un burdel, ni un mercadillo de bragas. No sirvas a quien sirvió, que decía mi abuela. También decía aquello de que a este paso, ni se muere padre ni cenamos.

Hala Madrid, (malgré Florentino).

PGE: 106.000 millones de euros de ingresos no financieros

En los Presupuestos Generales del Estado presentados para 2011, figura que España dispondrá de unos ingresos no financieros de 106.000 millones de euros. Me parece una cifra incomprensible. Voy a intentar descifrarla.

Veamos. Si los millones de euros fueran kilómetros, con los ingresos de 2011 el Gobierno podría dar 2,6 vueltas a la Tierra: una, dos y, ¡pum!, se quedarían en las antípodas. Considerando dónde creen que viven, no creo que extrañaran el barrio, la verdad. Pero hablamos de millones de euros como si tal cosa, así es que cambiemos la escala: si cada euro fuera un metro, entonces el Presupuesto daría para ir y volver de la Luna 138 veces. Sin embargo, con su salario medio anual un españolito llegaría a la estratosfera y gracias, corriendo además el riesgo de que le atropellara un reactor, porque no podría bajar.

Probemos con otra cosa. Si los millones de euros fueran horas, entonces los ingresos durarían más de 12 años, mientras que el salario medio anual del españolito duraría un minuto y medio. Pero es que si convertimos cada euro en una hora, entonces solo se me ocurre explicarlo del siguiente modo: con ese tiempo cubriríamos la esperanza de vida de todos los habitantes de la provincia de Teruel: 150.000 almas viviendo cada una 80 años. Con el salario del españolito medio, sólo tendría tiempo para vivir 2 años un turolense. O una turolense, aunque da igual porque a esas edades es del género tonto pensar en el sexo. El resto de los habitantes de la provincia se quedaría en el limbo, para que luego digan que Teruel existe…

Como sigo sin comprender bien, voy a intentarlo con una magnitud de masa. Si convirtiéramos los euros en kilogramos, con lo que prevé ingresar el Estado cada españolito dispondría de dos kilos y medio de pólvora del rey para ir tirando.  Ahora sí que me parece fácil entender el presupuesto.

PS: Puede parecer un idiota, y actuar como un idiota, pero no se dejen engañar: es realmente un idiota. Groucho Marx.

El príncipe en Lardero

El príncipe y su mujer van a Lardero (La Rioja) a inaugurar una escuela. En la segunda edición del telediario una niña es entrevistada y dice estar muy contenta con la visita, porque “casi nunca vienen aquí” (sic). Me encanta lo de “casi”, es realmente genial.

En el siguiente plano, el príncipe está leyendo un discurso, con casi aparente convicción. Luego, la voz en off y el plano de un niño, casi atento. Con lo que le oigo decir, el Príncipe casi podía estar en Lardero inaugurando una escuela o en Cangas de Morrazo visitando una mejillonera de última generación. Perfectamente. El que le escribe los discursos casi acierta con el tema  y con el auditorio. Esto es lo que pasa cuando alternas los geriátricos con las fábricas de empanadas.

Casi me olvido de comentarlo, porque sucedió hace un par de días…

Moto-taxi en París

Viajo a París para un asunto de trabajo, llego una mañana y vuelvo al mediodía siguiente. Para ir y volver del aeropuerto suelo coger una moto-taxi. En París es una opción muy práctica, a la vista del caos del tráfico y de las distancias a recorrer. Es verdad que es algo más caro, pero tienes la seguridad de que llegarás a la reunión a la hora prevista y no estarás desesperado en un atasco de duración incierta, con un taxista chino miope mareándote con sus ininteligibles conversaciones por el móvil. Bueno, realmente no eliminas del todo la incertidumbre, pero al menos es binario: o llegas a la reunión, o llegas al hospital.

Desde que empecé en 2007, siempre viene a buscarme el mismo motorista, no hay que fiarse de cualquier motero. Choukri se llama mi “motard”, y es un tunecino muy agradable. Lleva la foto de su preciosa hija en el GPS, y eso me garantiza que no le apetecerá mucho salir volando de la moto. Y no, no se pasa frio, porque lleva calefacción en el asiento y en los guantes, te pone un “blouson” y un casco, y una manta que cubre perfectamente los tobillos poco abrigados de una dama como yo. Y sí, puedes llevar una maleta, un maletín y un bolsazo, la moto de Choukri tiene sitio para todo. En cuanto al miedo, eso es algo más íntimo, aunque hay veces que casi prefiero pasar por un hospital que llegar a según qué reuniones…

Otoño

La transición de una estación a otra es imperfecta. Por lenta, por engañosa. Ahora vamos hacia el otoño, llega en un par de días. Y la naturaleza nos lo hace comprender poco a poco, hoy con un rayo de sol menos, mañana con una nube de más, hoy con un atardecer temprano, mañana con un anochecer repentino.

El otoño es mi estación favorita, incluso más que el invierno. Hay quién dice que es una estación llena de melancolía. Pero a mí me gusta la serenidad de la luz, la discreción de los colores, las mañanas perezosas, el frío que va llegando para quedarse.

Nada que ver con la primavera, esa horterada…

Otras dos tontopreguntas

–  El ministro de Trabajo (repito, de Trabajo), al ser preguntado por el número de liberados sindicales que hay en la Administración contesta que “hay los que debe haber”. Y yo me pregunto: ¿Qué trabajo requiere mayor cualificación: puntear nombres en un listado o ser ministro en España?

– Ozil es un nuevo jugador del Real Madrid más feo que Picio. El Madrid no puede permitirse estos lujos. Juega estupendamente, vale, pero económicamente es una operación de altísimo riesgo. Si Florentino – que ambiciona entrar en el mercado asiático – cree que los chinos no lo van a notar y van a comprarse su camiseta se equivoca. Y yo me pregunto: ¿ Qué es más llevadero para una china: operarse de estrabismo o confundir a Ozil con Ronaldo?

Dos tontopreguntas

El guardia que abofeteó a un tipo detenido en Alcorcón, – le sacudió cuatro tortas como cuatro panes, plas, plas, plas, plas – va luego y le llama pintamonas. ¡Pintamonas! Y yo me pregunto: ¿Qué es más difícil en la situación del guardia: no darle cuatro tortas o llamarle pintamonas?

– Van a subirnos los impuestos a aquellos que ganamos más de 150.000 euros. A mí no me parece bien. Porque cuando vean los pocos que somos, lo siguiente será un aprobar un decreto para obligar a todas las empresas a subir el sueldo a todo el mundo por encima de esa cantidad. Y yo me pregunto ¿ Qué tiene menos gracia: pagar un 2% más o que tooooodos tus vecinos vayan en BMW?

Vivir sin tele

Una de las muchas originalidades de mi amiga Maïtena, aparte de la diéresis en su nombre, es no tener televisor en casa. Lo cual que no significa que no vea «la tele». Ella sigue desde este verano «Aguila roja», a través de internet. Solo ve eso. Y ya le vale.

– Lo lógico en tu caso, puestos a renunciar a un televisor con sus pulgadas, su mando a distancia y su gitana encima, es ver documentales, ¿no? A ver, es lo más original que se me ocurre…

– ¡No! Aguila Roja está genial, con espadachines, historias truculentas, mozas bellas y villanos muy malvados. Es como Matrix, pero en el siglo XVII. No sabes la de tortas que se dan…

Como la diéresis en su nombre.