Los Goya

Ayer medio vi la «gala» de los premios Goya. Y digo medio vi porque escuchaba las imbecilidades de los actores en el ordenador mientras seguía un partido de fútbol en la tele. Cuando se acabó el fútbol (ganó el Madrid) la seguí un ratito, hasta que me harté de majaderías y me fui a leer un libro.

Pufffffffffffffff, qué perezorro que me dan estos tipejos. A ver si sintetizo.

1.- Consideraré el cine «cultura» cuando los actores aprendan a hablar con un mínimo de decencia. Lo de «hemos venío», «las pelis», y «estoy nominao» me sobrepasa.

2.- Eva Hache. Pobrecilla.

3.- El guionista de la gala. Señor, con la de paro que hay…

4.- No me enteré bien de la reivindicación de Maribel Verdú. Estaba anonadada con el collar que llevaba. ¿Era de Bulgari? No sé, pero qué bonito. Y qué guapérrima iba.

5.- Un señor con barba dijo que el cine español es un derecho, pero yo considero que no es un derecho, sino una lástima.

6.- Candela Peña no necesita trabajo. Necesita Lexatín.

7.- Eché de menos a Belén Esteban. Creo que, bien maqueada, no hubiera desentonado.

8.- Un tipo dijo bona nit, y luego que no quería hablar de política. Sólo le entendí lo de bona nit.

9.- Sólo conocía a unas 10 personas de todos los que salieron. Pero ya de nombre a unos 7, que no está bien presumir de estar à la page.

y 10.- No alcanzo a comprender cómo entre todas sus reivindicaciones no reclaman, ¡A GRITOS!, un poco de talento.

Un butrón en la vida del joyero

Un joyero de Madrid, rico sin duda, se ha liado a tiros con dos serbios que habían entrado en su joyería, en pleno barrio de Salamanca, armados de un spray de pimienta con intenciones aun por determinar por un juez. Se sospecha que el hecho de rociar al joyero y a su hija con el spray fue el detonante no del arma, sino de la certeza de que iban a atracar la joyería. El dueño, ya presunto homicida intencionado, sacó su revolver y pum, pum, ha mandado al hospital a los dos del spray.

A mí no me sorprende mucho que pasen estas cosas, si les digo la verdad. En realidad, lo que me asombra es que no pasen más a menudo. Se lo digo porque leo en la página de al lado que alguien llamado «El niño Saez», un tipo que acumula 38 antecedentes por robo, regresó a su casita después de pasar 90 horas en el juzgado. Por lo visto le pillaron «in fraganti» haciendo un butrón en una joyería el miércoles, durante el partido del Manchester. Ni el fiscal ni el juez ha considerado conveniente que estuviera más tiempo a recaudo, y total, un butrón requiere más oficio que un alunizaje, esa ordinariez tan violenta a la que en esta ocasión no ha recurrido. No se conoce si el fiscal y el juez tienen joyería alguna, lo único cierto es que el «niño Sáez» ya tiene 39 antecedentes.

Por su parte, los dos atracadores del spray se curarán en un hospital sin recortes, los defenderá un abogado de oficio espabilado y probablemente recibirán, además de los balazos, una buena indemnización por parte del joyero, que lamentará toda su existencia no haberse dejado atracar como hacen los joyeros normales y ahora llevará un butrón en su vida, perpetrado por ese Estado que no le ha sabido defender. Al tiempo.

Mientras tanto, Madrid es un manifestódromo contra los recortes. Lo único que lleva años recortado en este país es la inversión en cárceles. Ponen televisores de plasma cuando lo que deberían hacer es gastarse el dinero en poner más camas. Bueno, también la decencia de los encargados de quitar de las calles a estos indeseables lleva muchos años recortada, como las puñetas que les adornan las mangas. Esas puñetas a dónde les mando yo, invariablemente, cuando leo estas cosas.

El gorrón del pueblo

Sanchez Gordillo unmundoparacurraSánchez Gordillo es como ese gorrón que se te presenta en casa un domingo a las dos y te deja sin merienda. Naturalmente, llega sin ser invitado, porque los gorrones son esa clase de gente a la que conoces desde hace mucho pero a la que sólo has invitado una vez. La mezcla en la sangre de un gorrón contiene tacañería y desahogo a partes iguales, aunque entre las clases más ignorantes e iletradas de la sociedad, su verborrea no se detiene ni siquiera cuando tiene la boca llena. Y así, vas viendo como la tarta que habías comprado y que reservabas para compartir con tu familia a media tarde se desmigaja entre los pocos dientes que le quedan a ese gorrón sinvergüenza y caradura, mientras te cuenta, entre los hipos del atracón, lo cara que está la vida.

Sanchez Gordillo no ha creado riqueza en su vida, ni sabe lo que es poner en riesgo de pérdida bienes y haciendas. Como el gorrón, no ha venido a casa con una barra de pan y unas cocacolas, sino que ha abierto la nevera, ha cogido la sobrasada, y se ha puesto a extenderla sobre el pan de molde que te ha birlado de la despensa. Después de untar generosamente su rebanada, se pone con las del resto preguntando siempre antes a los dueños de la casa si gustan, con una sonrisa que parece cortés pero que en realidad no es más que puro choteo, porque la sobrasada y el pan de molde es tuyo. El colmo de la imagen delirante del gorrón es ésa en la que nos dice: “Pero pruébalo, hombre, que está muy rico”.

Supongo que todos sabéis por qué hablo hoy de este robaperas con iphone. Sánchez Gordillo nos entretuvo este verano montando un road show casposo y tercermundista que consistía en robar en supermercados gritándole a la cajera en la oreja eso tan convincente de “tó p’al pueblo”. También asaltaba fincas para darse un chapuzón, que las piscinas forman parte del capital y la lucha incluye tirarse a bomba. Y ahora el TJSA ha archivado la denuncia alegando que sólo quería convencer a los trabajadores del Mercadona “sin más arma que la palabra, el ruído o la presencia física”.

¿Ruído? No, hombre, no, eso sí que no. Hubieran hecho ruído si, de verdad, hubieran cumplido su palabra: “te tiramos todo lo que hay por ahí y vas a tener que poner a trabajar veinte días a la gente. Me has entendido ¿no?». De hecho, la pregunta final indica claramente que estaban hablando bajito. Viniendo de este friki del Neanderthal, en realidad sólo se podría considerar amenaza lo de tener que trabajar veinte días: su paraíso mental de la pobreza y la ignorancia no incluye madrugones. Ni indignarse en invierno, que hay plenos a los que acudir y muchas dietas que cobrar.

Hay días en los que me da por pensar que este país no tiene remedio.

Messi y el esmoquin de faralaes

Le han dado el Balon de Oro a Messi, por cuarto año consecutivo. Habría que discutir en serio si “eso” es un premio o un concurso, teniendo en cuenta que el voto del capitán de Nueva Caledonia vale lo mismo que el de Casillas. Eso sí, sorteo no parece: en todo caso, tómbola de feria, que en los pueblos siempre hay un alcalde a mano para amañarlo a conveniencia: qué alegría, qué alboroto, ¡le ha tocado el perrito piloto!

Messi es como la Schiffer de principios de los 90, que parecía que no había otra top model sobre la faz de la Tierra. Daba igual que por las pasarelas anduvieran, con igual o mejor estilo, belleza, clase y finura una Cindy Crawford, una Elle Macpherson o una Naomi Campbell. En el mundo sólo existía Claudia Schiffer, que a su cabecita de Barbie de los Alpes se le atribuía también inteligencia, sagacidad, sentido del humor, simpatía y mucho amor por los animales, tal vez confundiéndola con Brigitte Bardot, con la que tiene un aire. Con Messi pasa algo parecido. ¿Será el amor por los animales?

Para el Balón de Oro 2012 se supone que computan los méritos de 2012. O sea, que en los pies de Messi, ganar la Copa del Rey es como ganar la mundial, que diría mi hermana. Si yo fuera su manager le aconsejaría apuntarse al Tour de Francia este verano, que seguro que no lo gana pero tendría mucho mérito para el Balón de Oro 2013, ya me dirán ustedes. En cuanto a talento, nadie duda de que lo tenga. Lo que está por demostrarse es que lo mantenga cuando le peguen las patadas que le dan a otros, o le rompan alguna ceja en el campo. Pero me parece bien: hay que exigir no ya juego limpio, sino juego impoluto, juego de Mr Proper. Y al que mire a Messi, siquiera para asombrarse, se le pita falta intencionada (por la intención) y tarjeta amarilla. A un ser celestial no se le puede incordiar cuando trota por el césped con el único fin de encandilar a esos seres inocentes que son los niños. La belleza es la belleza y la juventud, divino tesoro.

Pero lo que sin duda ha hecho de Messi un ganador de Balones de Oro es su personalidad y carisma, de eso tiene tanto que le sobra. Es como Ballotelli, pero en hobbit. Yo pensaba que el esmoquin de Georgi Dann que me llevaba el año pasado era insuperable, pero no. Para esta temporada hemos elegido un esmoquin de faralaes por el que habría que concederle la nacionalidad. La catalana por lo menos, aunque se merece la andaluza, aunque sea de propina. En fin, chicos: se dice que cuando pierdes, lo malo es la cara de tonto que se te queda. La originalidad de Messi consiste en tenerla también cuando gana. Aunque sea una sencilla Copa del Rey.

Messi, ese hortera

La calidad de la sanidad

CURRA-SERIA-2En Madrid la sanidad está revolucionada. Para los que me leeis desde las Filipinas, os contaré que la Comunidad Autónoma, con el objetivo de ahorrar dinero, se propone privatizar la gestión de seis o siete hospitales. Pero, vamos, que los «batas blancas» andan revueltos un poco por toda España reivindicando una sanidad de calidad y otras cuantas cosas más, aunque esta es la más llamativa. Y por ello se han puesto en huelga, que es la forma más contundente de que nos enteremos todos (y todas) de lo que es vivir sin una sanidad pública, de calidad o no.

¿Puede alguien decirme qué es exactamente una sanidad de calidad? Si vd. va a un hospital en donde en la admisión le tratan de pena, hay desconchones en las paredes, el médico es un borde y la enfermera una chunga, y además ha tenido que esperar cinco meses a que le den cita y dos horas en una salita llena de heridos y enfermos lastimosos, uno de cuyos acompañantes le ha robado el monedero, todo para que le miren un juanete y le hagan mogollón de daño, vd. dirá que eso es una sanidad de NO calidad. Igual le curan, sí, pero en el viaje vd ha pasado las de Cain. Y eso puede ser perfectamente un hospital público. ¿Una sanidad de calidad es la garantía de que van a curarte? Nadie puede garantizar eso. La no curación existe, el error médico existe, el diagnóstico tardío existe… y existirá siempre. Si se tienen más medios hay más posibilidades de curación sólo en el caso de que las pruebas sean las adecuadas y quien las lee, acierte. Pero desde luego no será porque el médico o la enfermera sean funcionarios.

Dicen que en un hospital público te hacen más pruebas. No sé, pero para que me quiten la vesícula no creo yo que necesite tener a mi disposición los medios de la NASA. Aparte de que yo no quiero que me hagan más pruebas. Yo lo que quiero es que me hagan las pruebas necesarias, y que no me hagan perrerías a mí y tiren el dinero con los otros (uno siempre cree que sólo se tira el dinero cuando se trata de los demás). Y para eso lo que se necesita son médicos decentes y protocolos públicos que lo garanticen. ¿Pero la gestión? Me dicen que un hospital privado irá a por la pasta. Sí, seguro. Pero una fábrica de galletas también, y no por eso hace galletas de mala calidad. La eficiencia no está reñida con la calidad, es justo lo contrario. Yo creo que una gestión privada evitaría las prácticas funcionariales que todos conocemos, la buena gestión de centros en los que no todo es gasto sanitario, y también que la enfermera espabilada de turno deje de sacar los potitos, vitaminas, aspirinas, vendas y hasta toallas, para ella, su familia y parte del vecindario (conozco el caso). Si en un hospital sobran (digo sobran) empleados, eso no tiene que ver con la calidad de la medicina, sino con la eficiencia. Ah, por cierto: en todo momento hemos estado hablando de MI dinero, que eso es lo público: el dinero de mis impuestos.

Equiparar servicio público de calidad a medios ilimitados en donde se perdona la ineficiencia no es de recibo. ¿Me quieren hacer creer que los médicos que trabajan en los seguros privados no hacen las pruebas necesarias para dar un diagnóstico correcto? ¿Me quieren hacer creer que los Adeslas, Sanitas, Asisas y compañía son un matadero? Y yo pregunto ¿Es que un médico de la pública no me diagnostica igual de bien cuando acudo a su consulta privada?

Yo creo que es un buen objetivo pedir racionalidad en el gasto, incluso en el sanitario.  Y no podemos olvidar el escándalo de fondo: que las administraciones admiten que no saben gestionar el dinero público de manera eficiente. Eso sí que merecería una huelga de… los contribuyentes.

Pib Pib Piiiiiiiiiiib

Leí ayer un artículo interesante en Expansión, firmado por Fernando del Pino Calvo-Sotelo, que reproduce en su blog y que les dejo enlazado (CLICK). En él se hace una reflexión interesante, como es la dificultad de la economía para medir la realidad, y lo inútil que es obsesionarse en seguir un indicador como el PIB, que es erróneo para medir el estado y evolución de la economía de un país.

Si no lo quieren leer yo se lo resumo. Supuestamente, el PIB mide la riqueza de un país. Supuestamente, porque no tiene en cuenta el endeudamiento, que puede campar a sus anchas. Y por otra parte, dentro del indicador vale lo mismo las inversiones de una empresa eficiente que el despilfarro de la administración. Es decir, la construcción de aeropuertos peatonales entra en el cálculo del PIB, y nos hace más ricos. El Plan E nos hizo más ricos, y una guerra es pelotuda para tener una excusa para reconstruir todo el país, con lo cual, la guerra nos enriquece a todos. Y el año pasado nos hablaban de la intención del INE (y de Eurostat) para incluir dentro de la contabilidad nacional la prostitución y el tráfico de drogas, para mejorar el indicador. Para corroborar la lejanía del indicador con la economía real, el autor pone este párrafo estremecedor:

Por ejemplo, desde el 2008 el PIB español sólo ha caído en total un 5% acumulativo. Sin embargo, en el mismo período de tiempo, tanto la producción industrial como las ventas al por menor han caído cerca del 30%, el paro ha pasado del 8% al 26%, la vivienda ha sufrido un colapso «oficial» del 25% y real de quizá el 40%, la deuda pública ha pasado del 36% al 90%, el sistema financiero está prácticamente quebrado… ¿Y el PIB sólo ha caído un 5%?

Hace unas semanas empecé a leer “Crear capacidades”, un libro de Martha C. Nussbaum, premio Príncipe de Asturias de Ciencias sociales 2012. Y el libro empezaba con una reflexión parecida, aunque después se desviaba a otros asuntos. Nussbaum nos habla del error que supone seguir un modelo de pensamiento según el cual el PIB es el único indicador macroeconómico de progreso de un país. China crece un 7%, y sin embargo allí no hay libertades públicas. India crece a unos niveles parecidos, y es un país que esconde enormes desigualdades. El PIB per cápita de Qatar triplica al de España, pero una mujer allí es un bicho, mientras que aquí la más pobre de las mujeres no teme que la pegue un guardia por entrar sola en un bar. Sin embargo, el FMI, el Banco Mundial, los organismos que crean y deciden políticas de desarrollo para los países, siguen el enfoque del PIB como medidor de desarrollo, cuando es un indicador desde luego insuficiente, cuando no muy mentiroso.

¿Por qué les cuento todo esto? Pues porque tengo una buena y una mala noticia. La buena es que no hace falta esperar a crecer un 2% para empezar a crear empleo. Y la mala es que se puede crecer un 2% y no crear empleo en absoluto. Así es que esto es como lo de la prima: constaten que no les afecta. Llegados a este punto, propongo usar el PIB para describir el estado de la economía manejándolo como una onomatopeya. Así, Pib-Pib-Pib muy rápido es que va super bien. Pib….Pib muy lento y lánguido es para una economía al ralentí.

Y para el caso de España, podemos hacer un prolongado Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiib, que se ajusta perfectamente a este primer aniversario rajoniano.

Marías

A mí me gusta mucho Javier Marías, y me parece un gran escritor. De él no he leído todo, pero sí un buen puñado de libros: Corazón tan blanco, Todas las almas, Mañana en la batalla piensa en mí, y la trilogía Tu rostro mañana, que me parece muy buen libro el primero, brillante el segundo y magnífico el tercero y, en conjunto, una obra maestra. También he leído Los enamoramientos, su último libro, y tengo que decir que no me parece ni de lejos lo mejor que ha escrito. Una frase suya acompaña a este blog desde que lo abrí, y la dice el protagonista de Todas las almas al principio del libro cuando le hacen ver, con elegancia, que la palabra papirotazo proviene del golpe que se pega en el papo, y no de la toba que se le da a un papiro para probar su resistencia, que es lo que él, un profesor de español en Oxford, se ha inventado en clase como respuesta a una pregunta sobre la etimología de la palabra.

De los libros que he leído de Marías me gusta su manera de imaginar las historias y de mantener el interés en la narración, y que se entretenga reflexionando y vaya recorriendo los pensamientos de unos personajes siempre muy bien dibujados. Creo que tiene una prosa formidable, hila muy bien las tramas y luego las cose con mucho cuidado sin dejar cabos sueltos y sin que nos parezca extraño todo lo que nos cuenta, porque sus historias nunca dejan de ser una novela aunque sus personajes transiten por nuestro tiempo y compongan una sociedad muy reconocible. Y son novelas con fondo, que abordan temas con interés que dan que pensar y discutir.

O sea que Marías me encanta, me parece un escritor maravilloso. De novelas, porque en sus artículos periodísticos reconozco que no le sigo más que cuando me lo encuentro. Sí que le he leído en alguna entrevista y me parece un tipo normal, con sus ideas, que las tiene por supuesto, pero sin ser ningún sectario, desde luego. Le sobra inteligencia, formación y buenas maneras para enfangarse, creo yo. Eso sí, como madridista lo mejor que podrían hacer es ponerle en una vitrina para decorar la sala de trofeos con un esparadrapo en la boca y la mano atada a la espalda para que no escriba tonterías…

La semana pasada, el Ministerio de la cosa le concedió el Premio Nacional de Narrativa y él lo rechazó, en mi opinión con amabilidad, agradeciendo la gentileza y tomándose el tiempo de explicar sus razones. También recordó que a su padre nunca le habían dado un premio Nacional, y que lo merecía más que él, algo que le honra tanto a él como a su padre pero sobre lo que yo no tengo una opinión formada, aunque si él lo dice llevará razón. Contó que siempre había manifestado que rechazaría cualquier premio oficial, y yo la verdad es que le alabo el gusto, por aquello de no mezclar las toallas con los trapos. Quiero suponer que el Ministerio también tendría sus razones (tanto para elegir a Marías, como para elegir una novela que no es la mejor que ha escrito), y sin embargo no han explicado por qué no conocían esto que no parece que fuera el secreto de la Cocacola, en especial para algo que se llama Ministerio de  «Cultura«, y por qué a nadie se le ocurrió pegarle antes un telefonazo para preguntar  y así no quedar compuestos y sin premiado. Francamente, este es un episodio que Marías se puede permitir, pero el Ministerio de Cultura no.

En fin, después de todo lo anterior diré que ni ese premio le hubiera convertido en mejor escritor ni el haberlo rechazado en peor. Y que de todos modos, aunque no lo haya recogido, se lo han concedido. Como dirían los franceses, bien joué, Marías, bien joué

La Tarrés

Que Ana Tarrés era como el sargento Hartmann en La chaqueta metálica me parece que lo sabíamos todos los españoles, incluyéndome a mí, que no sigo las zambullidas de las chicas de la natación sincronizada más que una vez cada cuatro años. Y eso no tanto porque comprenda el subir y bajar de las piernas como para criticar el diseño de los peinados. Pero una cosa es tenerla por una mujer hiperexigente y otra pensar que es una enferma. No sé a vds, pero a mí me cuesta un trabajo enorme creer que todo ese sadismo que se describe ahora ha podido sobrevivir impunemente durante tantos años, con tanta telebasura y tanto afán por titular escándalos que hay en España.

¿Dónde está la verdad? ¿Dónde está la razón? Yo pienso que ésta es una de esas veces en la vida en las que la realidad es mucho más sencilla de lo que se ve a simple vista, una vez que se ha deformado hasta configurarse en dos bandos.

¿Qué era la natación sincronizada hace 15 años? Nada. Ir de la nada a la élite no es gratis, no puede serlo. Codearse con la perfección exige mucho sacrificio y muchos vómitos tragados. Y eso no lo soporta cualquiera, y no sólo porque el entrenamiento sea de un nivel inimaginable para la gente normal, sino porque el sólo acceso a intentarlo ya descarta la debilidad y la falta de condiciones físicas y mentales de las candidatas. Por eso hay tan poquísima gente en la élite, y tantísima en la mediocridad. ¿Que alguna vez la Tarrés se pasó de frenada? Pues es posible, pero la vida se compone de días de 24 horas con infinitos instantes, demasiado tiempo para pensar que quien pilotaba la perfección estaba loca.

Probablemente, las anécdotas que se cuentan en la carta de las nadadoras sean verdad. También cabe pensar que los ejemplos están muy bien seleccionados para dar valor y verosimilitud a las palabras y acusaciones. Pero cuidado, que también se podrían encontrar ejemplos que probaran lo contrario, o que al menos no probaran ese sadismo. Total, que me parece a mí que esa carta sirve para envolver sardinas pero no vale para cubrir las medallas de la sincronizada.

En alguna ocasión me he divertido intentando contener la respiración durante el mismo tiempo que duraba la apnea de las nadadoras. No lo conseguía, claro, y eso que yo estaba sentada en un sillón y ellas estaban haciendo gorgoritos con los brazos debajo del agua. ¿Medallas «NO A COSTA DE TODO«? Desde luego. Mírenme a mí: yo no tengo ninguna.

Dos kilos de huevos

Ya lo habrán leído: Canal Historia (1) ha destapado que a uno de los leones del Congreso le faltan los testículos. Los dos.

A pesar de ser el motivo fotográfico preferido por muchos turistas que visitan la capital, hasta ahora nadie se había entretenido en mirarles las bajeras a los leones y el hecho había pasado inadvertido. También ayuda que son de bronce y no hablan. Si hablaran, al león se le hubiera notado cierto tono en el rugido y a estas alturas ya le habríamos rebautizado como Rodolfo. Nada de Daoiz o Velarde, no: Rodolfo. Y a falta de partenaire machorro, el otro león se llamaría Sisebuto, que rima con atributo y que por ser un rey godo, está exento de corrección.

Según el zoo, tal y como están sentados los leones, los testículos deberían quedar a la vista. Siempre y cuando se les ponga de culo y uno se tome la molestia de buscarlos, pienso yo, que tampoco los leones quedan tan expuestos como el caballo de Espartero. Como no podemos saber si se trata de una licencia artística del autor, y ante la imposibilidad morfológica de que a un león sentado se le queden los huevos escondidos, sólo quedan dos alternativas: o el contubernio o la escasez, esto es, que los cañones de los que provino el bronce sólo daban para un par de melenas, y no para andarse con más detalles.

La teoría del contubernio conviene descartarla porque si bien el león capado es el de la derecha, desde dentro del edificio la falta de huevos se sitúa a la izquierda. Quizá con la sana intención de evitar la pelotera política a cuenta del león de los cojones (con perdón), los de Canal Historia ya han encargado unos huevos de bronce y ahora están buscando a alguien para que, además de pagarles los dos kilos que pesan, se ocupe de la operación estética y restituyan la dignidad al león impotente.

No sé cómo acabará esto, pero de una cosa estoy segura. A partir de ahora, las fotos de los turistas tendrán otro encuadre. ¿Se apuestan algo?

(1) Aunque el descubrimiento corresponde a un bloguero cuyo enlace he sido incapaz de encontrar. Si alguien me lo puede facilitar, estaré encantada de enlazarlo.

Enough is enough (¡ough!)

Vivimos en un tiempo de dos capas, la real y la de los gobernantes. Es como Matrix, y a nosotros nos toca aguardar en posición fetal, conectados a un tubo y metidos en líquido amniótico. A la espera de un Neo, tenemos a la prensa de Morfeo y a Montoro en el papel de Sr. Smith.

Qué malos tiempos para la economía y qué buenos para la literatura y la familia. Parece que vamos huyendo del telediario, de los periódicos, de las alertas de la web y del resumen de prensa. Cualquier cosa menos enfrentarnos a la cacofonía de tanta gente cotorreando. El rescate, el euro, el FMI, Grecia, el dólar, la prima de las narices, Moodys, Merkel, el analista, la consultora y la madre que los parió a todos. Y Draghi sale ayer y dice “El BCE hará todo lo posible para salvar el Euro. Y créanme: será suficiente”. Y la prima hace puf, y baja.

La otra cacofonía, la nacional, es mucho más patética y daría risa si no fuera porque nos indignan a todos. Las autonomías y el Estado Central peleándose por las migajas que quedan después de desmenuzarnos a base de impuestos, cotizaciones, tasas, cánones, ivas y céntimos sanitarios, ecológicos, y dentro de poco, estrambóticos, que tacita a tacita les está saliendo un perolo de café que aquí no va a quedar quien duerma. La contabilidad nacional de apuntes de ida y vuelta que nadie comprende, que si tú me diste y yo te doy, que si te adelanté y ahora no pagas, que si el ingreso no era a cuenta, que si todos son injusticias, que si nadie me quiere, que si el otro tiene más, que si aquel recortó menos, que si ahora me enfado y no respiro, que si ándate con ojo que te multo, que si a mí no me multa ni Cristo que venga… Y sale Rajoy, el que sabía lo que tenía que hacer, y dice: “Europa tiene que mover ficha. Nosotros hemos hecho suficiente”. Y la prima hace puf, y sube.

Entre los dos “suficientes” (para qué buscar el notable si estamos todos suspensos), hay una diferencia no precisamente de grado. Draghi tiene la pasta y Rajoy, el gasto. Lo que pasa es que Rajoy tiene un agujero en cada mano y Draghi a lo más que llega es a abrir la boca, porque el puño lo tiene cerrado y además en el bolsillo, que es donde lleva la cartera. Y no porque Draghi sea de la cofradía del puño, que aquí tiran todos con pólvora del rey, sino porque somos un estado en donde lo único fiable son las castañuelas. Creemos que no nos ven, pero se nos ve el cuero de lejos y sin necesidad de prismáticos. Entre la herencia que tenemos y que aquí no hereda nadie, nos hemos quedado a expensas del dinero de la Lotería. Y ya ven vds el espectáculo de una comunidad Autónoma que hoy celebra el gran premio de Fórmula 1 y mañana pide un rescatito. Y el siguiente en pedirlo es un mostrenco que gobierna desde hace más de veinte años una huerta que aspira a ser St Andrews. Pero quedan los mejores, unos con banderas que piden un socorro en toda regla pero dejando bien claro, a grito pelao de segadors, que aquí no les viene a gobernar nadie de fuera. ¿Pero quién va a querer venir de fuera a gobernarnos, a vosaltres o a nosaltres, alma de cántaro, si esto ya no lo gobierna ni dios?

Y además de ingobernables, empezamos a ser incomprensibles. Esto es como esa escena de dos pistoleros frente a frente que van dando vueltas, los ojos fijos cada uno en su contrincante y que cuando se dan cuenta están al lado del caballo del otro. Resulta que Rajoy criticaba entonces a Zapi por lo que hace ahora y ahora vienen los de Zapi y se lo critican entonces. Y luego están Aznar y González, que se sacaban la lengua cuando iban juntos al congreso, y que ahora piden un pacto de Estado ¿De qué estado, hijos míos? ¿Del de nervios?. En fin, lo que me parece que Rajoy está haciendo mal a todas luces es comer. Miren, miren cómo se está quedando, todo nariz…

Lo que vds quieran, el mundo es injusto, yo me quiero bajar, voy a llorar, mátame camión, esto es un atraco, son unos indecentes, cabrones, especuladores, mentirosos, que sí, que sí, que todo lo que quieran, pero casi mejor que sigan sin darnos la pasta unos mesecitos más. ¿Por qué? Pues por esto que les dejo aquí (CLICK). Léanlo, y tómense un sándwich, no me vayan a adelgazar.