Ya lo habrán leído: Canal Historia (1) ha destapado que a uno de los leones del Congreso le faltan los testículos. Los dos.
A pesar de ser el motivo fotográfico preferido por muchos turistas que visitan la capital, hasta ahora nadie se había entretenido en mirarles las bajeras a los leones y el hecho había pasado inadvertido. También ayuda que son de bronce y no hablan. Si hablaran, al león se le hubiera notado cierto tono en el rugido y a estas alturas ya le habríamos rebautizado como Rodolfo. Nada de Daoiz o Velarde, no: Rodolfo. Y a falta de partenaire machorro, el otro león se llamaría Sisebuto, que rima con atributo y que por ser un rey godo, está exento de corrección.
Según el zoo, tal y como están sentados los leones, los testículos deberían quedar a la vista. Siempre y cuando se les ponga de culo y uno se tome la molestia de buscarlos, pienso yo, que tampoco los leones quedan tan expuestos como el caballo de Espartero. Como no podemos saber si se trata de una licencia artística del autor, y ante la imposibilidad morfológica de que a un león sentado se le queden los huevos escondidos, sólo quedan dos alternativas: o el contubernio o la escasez, esto es, que los cañones de los que provino el bronce sólo daban para un par de melenas, y no para andarse con más detalles.
La teoría del contubernio conviene descartarla porque si bien el león capado es el de la derecha, desde dentro del edificio la falta de huevos se sitúa a la izquierda. Quizá con la sana intención de evitar la pelotera política a cuenta del león de los cojones (con perdón), los de Canal Historia ya han encargado unos huevos de bronce y ahora están buscando a alguien para que, además de pagarles los dos kilos que pesan, se ocupe de la operación estética y restituyan la dignidad al león impotente.
No sé cómo acabará esto, pero de una cosa estoy segura. A partir de ahora, las fotos de los turistas tendrán otro encuadre. ¿Se apuestan algo?
(1) Aunque el descubrimiento corresponde a un bloguero cuyo enlace he sido incapaz de encontrar. Si alguien me lo puede facilitar, estaré encantada de enlazarlo.
Fíjate, 150 años sin darnos cuenta de la tragedia del pobre león.:) Un beso.
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Sobre todo porque a nadie se le ocurre ponerse a buscarle los tres pies al gato, como aquel que dice. 150 años y puede seguir otros 150, supongo.
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¿¿¿Y no será que uno de los leones, es, en realidad, una leona con peluca???
Besazo
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Pues fue lo primero que pensé, pero el argumento me llevaba por caminos muy raros, y la cosa acababa en muchos leoncitos, y leoncititos de leoncitos, y leoncitititos de leoncititos, y tal y como va el pais me pareció mucho gasto 🙂
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Anda que me quedo sola poniendo comas. 😦
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Yo, te, acompaño,,,,,,,,,
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Me parece increíble que con la que tenemos en este nuestro País, andemos preocupados por restituir los cojones ajenos. Vamos, que no hay otras cosas más importantes en las que gastas la inversión equivalente a dos kilos de huevos…
Curioso, eso sí….
Un beso
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Bueno, hasta donde he leido, todavía nadie ha contestado a los de Canal Historia. Han preguntado al Congreso, al Ayuntamiento y a alguien más que no recuerdo, y nadie sabe muy bien qué hacer ( tal vez Patrimonio tenga algo que decir). Yo pienso que lo deberían dejar como está, y así vienen más turistas 🙂
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Sabe dios la causa del castramiento, quizás un salto para coger un bote de orégano 😉
Este es el enlace de YouTube-Canal de Historia.
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Mira tú qué gracioso! Ahora que sepas que los leones, incluso castrados, son animales muy ágiles. No como yo, que como animal tiendo más bien a agillipollao…
Perdón por la grosería, Carmen. 🙂
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Perdonado.
Ya que me lo pones a huevo, es que no todo el monte es orégano, amigo…
:-DD
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Gracias, Hermano E, por darme pie. Ahora voy con el nominado 🙂
¡Y gracias también por el enlace!
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Hay que buscar entretenimientos que distraigan de la cruda realidad, querida Carmen.
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Pues siendo un asunto tan «jugoso», yo tampoco he oído mucho revuelo, comparado con otros más irrelevantes. Pero bueno, ahí está.
Gracias por pasarte!
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