Puntualidad

– ¿ Te parece bien el Café Oliver, que hace mucho que no vamos?

– Vale ¿A qué hora?

– Entre dos y dos y cuarto

– Muy bien.

14:07 horas

– ¡ Hola! ¿Qué tal? (…) No esperaba que estuvieras ya sentado, con una copa de vino a medias y todo…

– ¡No pienso darte argumentos para un post! La última vez que vinimos aquí me retrasé un poquillo y me cayó la del pulpo en tu blog. Así que lo he recordado y he llegado a menos diez.

– Fueron los comentarios, no el post, que iba lleno de cariño y amor verdadero. Verás, en un blog la gente es libre de decir lo que quiera. Yo traté de quitarle hierro, pero, chico ¿no esperarías que se solidarizaran contigo?

– No veo por qué no. Si me conocieran no tengo la menor duda de que se pondrían de mi parte. Y si te conocieran a ti, también se pondrían de mi parte, no creas. Pero lo dicho, que no pienso darte el post hecho. Invéntate tú tus propias historias. ¡Pues ni que yo fuera un hombre objeto!

– Bueno, bueno, está bien. Te garantizo que no volveré a escribir sobre tu impuntualidad. ¿Qué tal es ese vino? Supongo que en 17 minutos habrás tenido tiempo de hacerte una idea…

Para GV. Con una sonrisa (malvada).

Lunes normal

Hoy es mi primer lunes después del primer lunes después de las vacaciones.

O sea, que hoy es mi primer lunes después del primer domingo después de las vacaciones.

Me voy a meter a maestra.

Chile en la Constitución

Para que el presidente de Chile, el Sr. Piñeira, soldara a un país bajo la emoción de himno y bandera y todos nos enteráramos de lo que es un país compacto y unido ante la dificultad, un derrumbe tuvo que mantener atrapados a una treintena de mineros en el fondo de la tierra durante dos meses. Ellos, los mineros, tenían poco oxígeno pero a quienes más nos costaba respirar era a los que estábamos fuera, durante un rescate conmovedor hasta las lágrimas y con un final que, aun en el caso en que no hubiera sido feliz, hubiera sido igualmente heroico y en consecuencia, bello.

En España somos más sencillos, que es la forma elegante de decir más simples. Como cantaba Mecano, sólo cuando nos comemos las doce uvas «entre pitos y gritos los españolitos hacemos por una vez algo a la vez«. Al talento de Nacho Cano no le hubiera supuesto dificultad, creo yo, incluir «soplamocos» en el argumento. Bastaría con añadir a la rima que aquí, patriotas, hay pocos.

Y es que después de tanto Madrid-Barça plagado de empujones, tanganas, teatros infantiles y gesticulación macarra, y ante el riesgo de estropear la única alternativa creíble a las doce campanadas en lo que concierne al fomento de la unidad nacional (me refiero a la Selección española de fútbol, claro), ha venido Chile al rescate de la Madre Patria para que podamos superar este nuevo cainismo inventado por un merengue amargado y un culé empalagoso (me refiero a Mou y al Pep, claro). La vida es así, señores: nada mejor que darse de yoyas con un enemigo exterior para que renazca la épica, el orgullo y el sentimiento de pertenencia cuando éste se encuentra en riesgo. Y si el partido es amistoso, mejor para mostrar compromiso con los colores: los españoles cuando nos motivamos, nos motivamos. Además de Mecano, Shakira también nos aportó luz con el Waca-waca: you’re a good soldier, choosing your battles… ¡Porque esto es Africa!

Ahora que van a toquetear la Constitución, tal vez deberían aprovechar para incluir  a Chile como razón, referencia y recuerdo de la unidad y armonía entre españoles. No sé, yo lo propongo para sacar algún provecho a la tangana de ayer, dado que el partido ya estaba ganado. Y también porque nos será difícil encontrar episodios autóctonos para el orgullo nacional, porque aquí ya no hay mineros ni en Rodiezmo. Les dejo con el vídeo, que es muy bonito e instructivo.