Burocracia

Hoy he comido con un buen amigo y me ha dicho algo que me hace reflexionar: la burocracia se produce cuando mucha gente no tiene nada que hacer, así de sencillo. Yo siempre había pensado que la burocracia nacía de la mente de personas simples que creen simplemente que un proceso simple es un simple proceso.

A la vuelta de la comida, me he encontrado con un documento que le ha llegado a mi pobre jefe, que él no va a rellenar – entre otras cosas porque no debe – y que me manda a mí para que yo a mi vez lo reenvíe a mis colaboradores – porque yo no lo puedo rellenar -, quienes a su vez harán lo mismo, «and so on»  hasta que llegue a quien de verdad va dirigido. El emisor del documento ha escrito solo a 5 ó 6 destinatarios para iniciar un proceso que termina cuando por fin llega a las 100 personas que pueden rellenar cabalmente el documento, cada uno su parte debidamente troceada. A estos procesos yo los llamo de «tipo butifarra», o «modelo culebra», y que son aquellos que usan la jerarquía para lo único que no sirve. Para colmo el documento es «for your eyes only», y tiene una clave secreta para abrirlo que hay que mandar aparte no tanto por prudencia como por norma. En estos momentos esa clave ya la conoce hasta el guarda jurado de la puerta. O sea, una butifarra de wikileaks.

Y yo ahora tengo una tercera teoría: la burocracia la crean personas con poquitas ideas, pero muy puñeteras.

La Bolsa y el botín

El día 29 de Noviembre, en medio del vapuleo de «los mercados» a las empresas cotizadas en el Ibex 35 y al diferencial de la deuda soberana, se publicó una noticia muy interesante. Emilio Botín había comprado títulos del Santander por un valor de 15 millones de euros, a un precio de 7,56. Hoy, 1 de diciembre, la acción del Santander ha cerrado a 7,82.

No estuve yo rápida ese día. Podía haber hecho la siguiente operación: le pido a mi tía 10.000 euros, compro SAN, espero tres días y vendo. Le compro un libro a mi tía por el favor, y me gano, sin aportar valor, ni pensar, ni trabajar, 343 eurillos. ¿Riesgo? Ninguno por dos razones: Botín sabrá lo que hace y los 10.000 euros eran de mi tía.

A mi nivel – o al de mi tía -, yo hubiera conseguido un dinerito igual que el Sr. Botín. Lo que ya no hubiera conseguido es generar confianza en mi tía y aumentar mi peso político en su casa. Pero a mí, como a «los mercados», esas dos últimas cosas me importan una higa.