La autoestima

– “Hice ‘ballet’ durante años, pero me dañaba la autoestima”
– ¿La autoestima?
– La autoestima.
– ¿No serían los tobillos?
– No, no, la autoestima… eso pone aquí.
– Pero ¿Qué clase de ballet hacía?
– Pregúntate más bien dónde tendría la autoestima…

Mia Wasikowska, una actriz con futuro – tiene 20 años – y vestida de Marc Jacobs, declaró esta majadería en “Hoy Corazón” el sábado pasado. En otro titular afirmaba: “Johnny Deep es todo lo que una espera que sea”. Yo solo espero que sea un buen actor. Claro, que mi autoestima está muy por encima de mis tobillos.

Agujeros negros

La velocidad de escape de la Tierra es de 40.000 Km/h: es la velocidad que debe alcanzar un cohete a fin de liberarse de la gravedad. En 1783 el astrónomo John Michell fue el primero en preguntarse qué pasaría si una estrella se volviera tan masiva que su velocidad de escape fuera igual a la velocidad de la luz. Su gravedad sería tan inmensa que nada podría escapar a ella, ni siquiera su propia luz y por lo tanto, el objeto aparecería negro para el mundo exterior y no se podría ver.

Hoy sabemos que esto no es del todo así. El agujero negro está rodeado por un “disco de acrecentamiento” de gas, arremolinado a su alrededor. Hay un límite – el horizonte de sucesos – que es el punto más lejano al que puede viajar la luz. Si se traspasa el horizonte de sucesos, uno cae en el agujero negro en un viaje solo de ida. Pero si el gas que hay en el disco de acrecentamiento evita el horizonte de sucesos, sale lanzado a velocidades enormes y es expulsado hacia el espacio, formando chorros de gas multicolor y haciendo del agujero negro un cuerpo celeste visible enormemente bello.

Se han identificado dos tipos de agujeros negros. El estelar, en el que la gravedad aplasta a una estrella moribunda hasta que implosiona; y los galácticos, algunos tan potentes que pueden consumir estrellas enteras. Utilizando los poderosos telescopios actuales, los astrónomos estiman que hay al menos unos 300 millones de agujeros negros en todo el cielo nocturno. Yo, con mi nueva graduación de gafas, estimo que puede haber dos o tres en un organigrama.

(Michio Kaku, “Universos paralelos”, ediciones Atalanta, pág. 140 y siguientes).

América

Estados Unidos, Perú, Costa Rica, Argentina, Ecuador, Colombia, Cuba, Guatemala, Méjico, Brasil…

San Francisco, Mérida, Antigua, Buenos Aires, San José, Bogotá, Chicago, Cuzco, Quito, La Habana…

Sacsayhuamán, Ingapirca, Tikal, Teotihuacán, Machu Picchu…

Atitlán, Poás, Pacaya, Gran Cañón, Cotopaxi…

En América, escupes y crece un árbol. Asevero.

Madrastronas

Mi amiga Susana es una madrastrona. Se dice (digo) de aquellas madres que no permiten a sus retoños ningún capricho. Por ejemplo, tener un perrito.

Tampoco permiten que el retoño surfee por webs con perrito, por ejemplo, esto que aquí teneis de ‘un mundo para Curra’.

Se inventan alergias que no existen, y ADSL´s que no funcionan si el vecino no se conecta. Madrastronas insensibles tan poco amantes de los perros…

Babel

Era la tierra toda de una sola lengua y de unas mismas palabras. En su marcha desde Oriente hallaron una llanura en la tierra de Senaar… y dijeron: “vamos a edificarnos una ciudad y una torre cuya cúspide toque a los cielos y nos haga famosos, por si tenemos que dividirnos por la haz de la tierra”. Y bajó Yavé… y se dijo: “He aquí un pueblo, uno, pues tienen todos una lengua sola. Se han propuesto esto y nada podrá impedirlo. Bajemos pues y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan unos a otros…” (Génesis, 11).

O sea, que Yavé en aquel tiempo y en aquel lugar creaba lenguas para frenar la desmesurada ambición de los hombres. Para que no se le subieran a la parra, vaya. Hay que ver este Yavé, qué antigüito. Si hubiera vivido en este siglo y en esta tierra, haría justo lo contrario, porque es en el uso y parapeto de una lengua distinta en lo que se escudan ciertos mamarrachos para medrar y llevar a cabo sus muy personales ambiciones. Sin ir más lejos, un cordobés con apellido Denominación de Origen (¿el molt honorable Moriles? ¿O era el Sr. Salmorejo?) que se ha dado el pote de ir al Senado a chapurrear catalán, lengua que habla con tanta torpeza como impostura. Con la ambición del memo, nuestro cacique ha sido tan inocuo como inicuo.

6.500 euros ha costado la parida. Según algunos tertulianos para ganar votos. Uf, espero de verdad que le voten por otro motivo.

¡Yavé, vuelve a bajar, que no nos vale este Génesis!

Dirigir y llevar el compás

Estuve en la ópera el jueves viendo Norma, en versión concierto. En estos casos, la orquesta ocupa todo el escenario con el coro al fondo, y los cantantes se sitúan en un atril en primera fila, no estoy segura de si es para que se les oiga mejor o para que se les vea bien. Bueno, si la prima donna es la imponente Violeta Urmana vestida de rojo, no creo que el motivo sea reparar en ella.

En una versión concierto el interés visual es limitado. Así es que yo estuve un buen rato absorta en mis reflexiones observando el trabajo del director, cuyos gestos no son simultáneos al movimiento de la orquesta. Parece evidente que el director debe hacer el gesto un segundo antes de que los músicos intervengan. Pero no es solo anticipar y dar paso al movimiento: dirigir la orquesta también requiere conocer la partitura, tener sentido del ritmo, saber dónde están los músicos, cómo suenan sus instrumentos y ¡no quitarle ojo al del bombo!. Si además sabes de música, tienes personalidad y mucha experiencia, entonces te pueden contratar para dirigir Norma en el Real.

Pensé también en algunos gorilas, que cuando se ponen a dirigir una orquesta solo logran hacer gimnasia. Y mientras, el resto sigue el compás.

La casa de la Calle Franklin

Mi amigo Javi es un arquitecto muy normal: le sobra buen gusto para haber sido ingeniero y le falta empatía para hacerse decorador. Mi amigo Javi dice que hay que retener en la memoria tres plazas de París: la Des Vosques, la Vendôme y la Dauphine. Yo, que no tengo buen gusto de sobra aunque tampoco me falta empatía en el carácter, prefiero la Place de la Contrescarpe. Admito que mi elección no proviene de un “coup de foudre” estético, sino de una “joie de vivre” tan simple como mundana.

Mi amigo Javi me hizo conocer en 2007 la casa de la Rue Franklin, que tiene como particularidad el ingenioso retranqueo para conseguir más fachada. O sea, una solución que satisface a partes iguales la sensibilidad del ingeniero y la practicidad del decorador.

El brinco y el Universo en expansión

– ¿No te habrás olvidado de mí?
– ¿Olvidarme de ti? Ni aunque el mundo se detuviera en este instante me olvidaría de ti, porque mi vida entera gira ahora mismo a tu alrededor…

No puedo evitar que el corazón me dé un brinco cuando me dicen cosas así, aunque no signifiquen nada desde un punto de vista cosmológico y según las últimas teorías del Universo en expansión.

– … los reflejos no acaban de cogerte, te falta el baño de brillo y además tengo que capearte un poco. Después querrás que te dé un golpe de secador y me tengo que ir a las 7 a recoger a mi hija. ¡Y son las 6 y cuarto!

Y el corazón vuelve a su caja torácica después del brinco, siguiendo perrunamente las Leyes de Newton y olvidándose del Universo en expansión.

Souvenirs

Martina tiene 12 años y se sabe entera la canción “El patio de mi casa/es particular…”. También canta la de “Todos los patitos/se fueron a nadar…” Canta bien, Martina, aunque su voz es un poco aflautada. Martina sabe decir “tengo hambre”, “quiero pis” y “dame un besito” en perfecto castellano.

Su padre, Jan, a la vuelta de un viaje de trabajo en Madrid, le compró a su preciosa niña una muñeca en el aeropuerto de Barajas. El caso es que Jan se lo pensó bastante. ¿Otra muñeca? Venga, sí, pero la que habla, que parece más completa. Le va a encantar. ¡Y también canta, qué bien! ¡Y viene vestida de faralaes! Le va a encantar. A Martina. La muñeca. Le va a encantar.

Entonces Martina tenía 6 años. Cuando le dió al botón “on” flipó pero si hoy se cruzara con un marciano en el pasillo no se sorprendería nada. Por eso yo creo que la mujer de Jan no tenía razón cuando le dijo “Jan, ale vy jste hloupy?”1

Martina, igual que Jan, es checa.

1 “Pero, Jan ¿Tú eres tonto?”

Página 20

Querido diario, suspiró Abram con un marcado acento ruso: en medio de una fría y tormentosa noche, roto por el dolor, he encontrado finalmente a una chica que está convencida de que me conoce de algo – Ora dio un respingo de desprecio-, en resumen, continuó Abram con su representación, investigadas todas las posibilidades y descartadas todas las descabelladas propuestas de ella, he llegado a la conclusión de que puede que nos conozcamos del futuro.

David Grossman, La vida entera