Esto de los costes alocados es una equivocada traducción del inglés allocated cost, que significa costes asignados. En francés se dice coûts alloués, o sea, costes asignados. Nada que ver con la famosa allouette, gentille alouette de la canción, que significa «alondra, dulce alondra», aunque en su literalidad es «alondra, amable alondra», si bien nadie imagina una alondra amable aunque sí una alondra dulce.
(¿Cómo es una alondra? Pues si pinchan aquí la verán y la oirán. Su piar es horrendo, casi casi como lo de los costes alocados. Alondra me suena a atolondra. La alondra que atolondra. La alondra atolondrada, o sea,como los costes alocados pero en plausible.)
Si lo de costes alocados se lo oyes decir a un español, entonces adviertes la pésima, ínfima y atolondrada traducción. Si se lo oyes a un francés o a un inglés, entonces te das cuenta de que es lo que se llama un falso amigo. Lo más extraño del asunto es que las veces que oído utilizar eso de costes alocados nadie hace la gracia que resulta evidente. ¿Cuál es esa gracia? Pues verán: a la pregunta, por ejemplo, de «¿Se han alocado los costes de este proyecto?» la respuesta debería ser «¿Alocados? En absoluto, mi capitán, son unos costes sensatos y ajustados y además están bajo control«. Y sin embargo la respuesta que se suele dar es «Sí, mi capitán, los costes están alocados desde el mes de septiembre, cuando se hizo el presupuesto de este año«.
Y a mí estas cosas me hacen casi tanta gracia como aquello de «vamos a seguir el mismo modus operanding» que me dijeron una vez y que casi me provoca un desmayo.
Menos mal que los marcianos no han venido. Y esperemos que, de venir algún día, no hablen español. Porque, de ser así y de oír una conversación así, nunca invertirían en España. Y eso es fatal para la economía, que se lo he oído yo decir a un ministro, ahora no sé si al de economía o al de educación.