Tengo una buena amiga que a las reuniones les llama saraos y que cuando tiene que hacer una presentación dice que se va a hacer unos bolos. Cuando son otros los que presentan le llama asistir a una performance. Leer y contestar el correo es literatura (tengo mucha literatura, me espera la literatura, cuando acabe esta literatura). No dice hacer los cálculos, sino echar números: es una expresión muy corriente, pero tiene razón cuando explica que los cálculos los hace el ordenador, ella sólo «echa los números».
No me sorprende que se cuide mucho de utilizar este vocabulario delante de algunas personas. Yo, que la conozco bien, sé que su intención no es combatir la jerigonza ovejuna – batalla perdida de antemano – sino quitar solemnidad a lo cotidiano, interpretar el trabajo como un juego, amortiguar la gravedad con imágenes sabrosas. Es decir, desnudar el rito y desdramatizar el poder. Podríamos discutir si pone significados a las palabras, o palabras a los significados, pero lo que es seguro es que ignora a Humpty Dumpty: ella tiene el poder de mirar distinto.
Imperdonable.