Me voy a casa. Salgo al descansillo. Llamo al ascensor. El ascensor llega. Se abren las puertas.
¡Ding!
Dentro, un tipo al que sólo conozco de vista. Trabaja en la otra empresa que habita el edificio. El tipo está bostezando aparatosamente. Al verme, se pone la mano en la boca, y me dice:
– Ouauouf… ups, pardon
– Je vous en prie…
Que en francés significa «se lo ruego», pero que es la forma educada de decir «no importa, no pasa nada». La conversación que ha seguido no es muy típica de un ascensor, aunque sí de un fin de jornada de miércoles:
– Ah, no sabía que vd era francesa
– Y no lo soy, soy española
– ¿ Y como ha sabido que yo soy francés?
– Me ha parecido verle soñar en ese idioma.
– Bueno, eso es algo que ya casi no me puedo permitir.
– Pues yo tengo días en que eso es algo que casi no puedo evitar.
– Eso fatiga
– Sí, eso fatiga
Y nos hemos deseado una bonne soirée, y así nos hemos ido, cada mochuelo a su olivo.