El géiser domesticado

Geiser despues unmundo para CurraY fuimos a Geysir. En Geysir hay un géiser. Bueno, hay varios, pero que haga esto que ven a su izquierda sólo hay uno. El resto son fumarolas. Y, en estado de reposo, charcos humeantes.

Parece ser que el géiser subía hasta 40 metros a veces. El problema venía por la parte del «a veces», porque hacía erupción un poco cuando le daba la gana. Y eso era una lata porque podías pasarte cuatro días esperando a que aquello hiciera FUUUU en condiciones. Bueno, cuatro días igual es mucho, pero echar la tarde ya lo creo que podías hacerlo allí, esperando el FUUUU del géiser. Y considerando que en Islandia, en verano, las tardes son eternas, pues la mayoría de los visitantes se iban de Geysir sin ver el géiser. O lo veían, pero en malas condiciones:  te pillaba tan desprevenido que no te daba tiempo ni a echarle una fotico para el álbum. Y ya de posar ni hablamos. Claro que el descontrol también podía ser el contrario, es decir, podías verlo hacer FUUUU cuatro veces en veinte minutos. Esto es una exageración mía, pero si ves eso explotar un par de veces sin que nadie te avise, se te quedan los nervios como para robar panderetas, y ya no duermes en toda la noche pensando que estás en una tierra hostil y que esa fuerza de la naturaleza buscará la manera de escapar de la tierra. Y puedes hasta tener pesadillas con las erupciones del géiser, saliendo en tromba o bien por el desagüe de la ducha o por otros sanitarios menos honorables, aquello haciendo FUUUU mientras tú tarareas algo de Mecano y saliendo despedida a la estratosfera… El horror islandés, ya digo.

Geiser-antes-unmundoparacurAsí es que los islandeses, muy astutos, hicieron algo para evitar aquel descontrol, y manipularon el géiser para que las erupciones fueran más manejables. No me pregunten cómo lo hicieron porque no lo sé, pero supongo que pondrían unas cañerías y un temporizador y así, el géiser hace FUUUU de manera regular. Regular de horario y regular de calidad, porque ahora el chorro es menos alto, aunque sigue siendo espectacular, eso sí, y se levanta unos 15 metros, más o menos. La leyenda cuenta que todo aquello vino como consecuencia del accidente de un matrimonio americano. Por lo visto, la mujer quería probar el agua del géiser en reposo, se remangó el pantalón y se puso a chapotear con los pies desnudos en el agua. Estos americanos… El caso es que algún dios islandés se ofendió de tal forma que hizo FUUUU por la tremenda y la mujer de aquella perdió las gafas. En fin, sea como fuere, el géiser ahora es un géiser domesticado y tiene desde entonces, aparte del notable atractivo turístico, una utlidad semejante a la del Big Ben.

Y una vez que vimos (y olimos) varias veces el géiser en explosión furibunda, tiramos las fotos de rigor y nos fuimos con la música a otra parte a seguir mirando calamidades geológicas. Pero los géiseres ya no son lo que eran. Eso sí: al del bar de enfrente le va de maravilla. FUUUU…

12 pensamientos en “El géiser domesticado

  1. Me encantaría ir a Islandia, y lo de ver géisers debe ser alucinante… aunque esto de que estén «manipulados» les debe quitar algo de encanto. Eso sí, lo de meter los pies en el agua ya no debe considerarse deporte de alto riesgo.

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