He terminado este libro hace unos días. No me tocaba leerlo, sino el que estaba en cola era el libro del club de Lectores, así que la semana pasada pensaba empezarlo aprovechando un viaje a París que tenía que hacer. Sorpresa: no lo había cargado en el Kindle, con lo que me encontré en la tesitura de tener que elegir: o me compraba una revista, o empezaba con otro libro. Y me decidí por este, que sabía que era muy cortito.
Correr cuenta la historia de Emil Zátopek, el gran corredor checo de los años 50. Cómo es un hombre al que no le gusta el deporte, pero a cambio ama el dolor. Un hombre que corre raro, sin usar o usando mal los brazos, cabeceando, y con una técnica como mínimo confusa. Que se entrena a su aire, según el método que él considera adecuado. Que no busca en la vida nada en concreto, mucho menos la fama y el reconocimiento que van a conllevar sus proezas en la pista, sino que, alma sencilla, prefiere que lo dejen en paz.
Las hazañas de Zátopek se pueden leer en cualquier revista, en internet; su forma de correr se puede ver en Youtube y Echenoz no cuenta nada que no se sepa. Su hazaña al ganar en las olimpiadas de Helsinki el oro en los 5.000, 10.000 y Maraton, o tener 9 records mundiales de distancias de fondo no ha sido superada todavía. Hablamos de un extraterrestre, o casi, aunque en su vida fuera de las pistas fuera una persona normal y corriente. Sobre todo corriente (qué broma más mala, por dios).
Echenoz es un autor preciso, eficaz, y elegante. Te quedas con la extraordinaria capacidad de un corredor fuera de serie, en absoluto habitual, con un modo de correr insólito y un comportamiento deportivo más insólito todavía. No nos habla de su vida personal, ni de los problemas políticos que tuvo en la Primavera de Praga, que sólo aborda de forma sucinta al final del libro. No se detiene demasiado en su declive, que suele ser la parte más literaria y psicológicamente más atractiva de la vida de estos personajes.Va al grano y lo consigue, y tal vez por eso, a la mitad del libro empiezan a pesarte un poco tanta carrera y tanta sucesión de medallas y de proezas.
Con todo es un libro corto, muy distraído y que contiene un homenaje a un gran corredor. Si se lo topan, léanlo.
A mí me gustó mucho. Fue el primer libro de Echenoz que me leí y me enganchó. También me he leído el de Tesla y tengo en espera el de Ravel.
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Y el de 14 también lo has leido ¿no?
Yo este me lo he leido por ti, no creas. Si yo te hago más caso del que crees!
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Sí, el de 14 también me lo leí después de leer tu reseña.
Echenoz es un valor seguro, aunque no sé si pasaría la prueba del club. Seguro que si propongo Ravel resulta ser un petardo!
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