Después de mi post del otro día sobre EL ODIO A LOS EMOTICONOS, reconozco que empiezo a encontrarle la gracia a esta tontería de los «moñecos».
Vean si no lo majos que son mis amigos del Cub de Lectura.
También he de decir que hay algunos que sólo necesitan que les pongan la muleta delante…
… y algunas que optan por irse al medio público a tirarme de la lengua…
En fin, supongo que se les pasará. Pero yo vuelvo a mirar el estado en el que ha quedado el post, y sufro mucho.
Te digo aquí lo que te dije allí: ¡Te estábamos dando la razón (a medias)!
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Fue muy divertido. A mí sí me gustan y de vez en cuando te pondré ojitos de corazones…
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