Ay, qué pereza me da empezar a hacer cuentas otra vez, qué fatiga. Veamos la tontería. A Contador le han encontrado 0,000000000005 gramos de clembuterol por mililitro de sangre un día de Julio, si he entendido bien.
Si ese fuera el peso de una hormiga (pongamos medio gramo), y queremos ahogarla echándole una cantidad de agua equivalente a un ml respecto a su peso, necesitaríamos que cada habitante de la provincia de Zaragoza acarreara una hermosa regadera con capacidad de 10 litros y se pusiera a regar encima de la hormiga sin que se le escapara ni una gota. Si lo hicieran todos rápidamente, pongamos 1 minuto por regante zaragozano, la agonía de la hormiga duraría 1,9 años. O sea, que la hormiga moriría seguro, pero de aburrimiento…
Sin embargo, asombra cómo una cantidad tan pequeñita de sustancia puede provocar una mancha tan enorme…
En fin, el asunto es tan fácil que no se entiende tanto lío: mayor de cero es, y cero no es. Ya está, resuelto, señores juristas. Ahora queda por saber qué es, o sea, si esa birria de cantidad mejora o no el rendimiento. Señores científicos: dejen por favor de trasegar orines y muestras sanguinolentas – qué asco, hombre – y publiquen una tablita, que eso se puede hacer incluso teniendo un cerebro de hormiga. Señores periodistas, no nos mareen y vayan al grano: Contador podía ir un poco pedo el día que ganó el Tour, hay pruebas gráficas.
Finalmente, señor ciclista pinteño: Tú cásate en Junio y vete con tu chica de luna de miel. Y el año que viene que corra el Tour el ectoplasma de Fignon, Hinault en pantuflas y Virenque con un gotero. Hala, ya tienen el podio hecho, le jour de gloire est arrivé.
Ah, la vache…
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