Tengo yo una cena apostada (en realidad son dos cenas) a que se repiten elecciones. Y cada día que pasa estoy más convencida de que cenaré gratis. ¿y qué es lo que hace aumentar mi convicción? Pues no sólo las cuentas, que no me salen, sino también los mensajes pertinaces de todos los políticos, que dicen no quererlas. Y es que los políticos mienten hasta cuando desean.
Miren, a mí me parece que no hay que darle muchas vueltas a lo que dijimos los españoles el pasado 20 de diciembre. Dijimos, sencillamente «hablen ustedes y entiéndanse».
Y no se entendieron.
Así es que repitieron las elecciones, y de nuevo salió lo mismo: «hablen ustedes y entiéndanse».
Y siguen sin entenderse.
En el entretanto, el país sigue funcionando.Y yo sigo charlando y entendiéndome con amigos de derechas, de izquierdas, muy de derechas, muy de izquierdas y viceversa. Con partidarios de subir impuestos y de bajarlos, con católicos y ateos, con amigos de la escuela pública y fans de la sanidad privada, con funcionarios y parados, con estudiantes y jubilados, con inmigrantes y nacionales, con catalanes y con vascos, con atléticos y sevillistas, con artistas e industriales, con camareros y directivos, y, en fin, con todo aquel con el que necesite entenderme para conseguir algún fin. Pero hay un paso previo imprescindible: acordar para qué se discute.
Dice Carlos Rodríguez Braun que no habrá nuevas elecciones porque los políticos empiezan a temer que nos demos cuenta de que no nos hacen demasiada falta. Yo, sin embargo, creo que tendremos nuevas elecciones porque a todos les interesa: el rojo no tiene nada mejor que hacer; el azul piensa que si todo sigue igual, él también; el morado siempre puede protestar y si no, ya se inventará algo; y el naranja… bah, el naranja va donde le lleven. Mientras tanto, viven estupendamente: tienen el sueldo de un ministro, el trabajo de un cura y las vacaciones de un maestro. En cuanto a ustedes, con gobierno o sin gobierno tendrán que hacer prácticamente las mismas cosas cada día, así es que no pretendan venir ahora a darse importancia. Una cosa es segura, sin embargo: con elecciones o sin ellas, gobierne quien gobierne, juntos o separados, con absolutismos o sin ellos, nos subirán los impuestos, que para eso no necesitan ni hablar ni entenderse.
Nosotras también lo creemos.
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Creo que tienes razón pero estamos mejor así. Un beso.
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A propósito del fracaso de las negociaciones tras las anteriores elecciones leí algo que tiene mucha razón: en 2016 no se han subido los impuestos, se está investigando (y deteniendo) a corruptos, no están sacando leyes bobas, no están haciendo recortes… por favor, que siga el gobierno en funciones, que nos va mejor que con un gobierno de verdad.
Bromas aparte, esto es de patio de colegio: un sistema parlamentario en el que nadie quiere parlamentar.
Un saludo
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