Lo peor no es lo que cansan estos cansinos. Agotan con sus charlotadas, con sus aspavientos, con sus exageraciones. Y además molestan con su arrogancia, su desagradecimiento, su desprecio permanente, sus desplantes y sus burlas. Irritan con su manipulación continuada de los gestos, de la historia, del presente y del futuro. Hostigan con sus palabras desábridas, con sus ideas rancias y retrógradas, alejadas de la modernidad. Ofenden con su iniquidad.
Cataluña forma parte del entramado político, social y económico de España hoy. Esto es así y no es discutible. Por lo tanto, yo, que soy madrileña, tengo exactamente el mismo derecho a decidir que cualquier catalán sobre lo que suceda en Cataluña. No tengo más derechos, pero tampoco tengo menos. Y ya.
Claro que me importa Cataluña. Si no me importara no me molestaría, no me cansaría, no me sentiría hostigada ni ofendida con estos payasos del independentismo, con estos caciques horteras, con esta gentuza que sólo vive del cuento y de la manipulación.
Yo también tengo algo que decir ante el atropello del nacionalismo, ante su desparpajo rampante, ante el albur moral que representan.
Claro que me importa ¿Pero cómo no me va a importar?
Con permiso …
http://tarracoferma.blogspot.com.es/2014/10/y-con-una-urna-unica.html#comment-form
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Está usted en su casa. Gracias.
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Hola,
qué bien lo has expresado, tu primer párrafo describe punto por punto lo que siento. Yo soy de Cantabria, y estoy cansada de tanta charla, tanto victimismo y tanto Espanya ens roba. No quiero que me insulten, no quiero que me excluyan.
Por cierto, no sé si lo hicieron a propósito, pero a veces las casualidades tienen su puntillo. Ayer, a este lado de los Pirineos tenía lugar esta pantomima que celebra la segregación y la ruptura; en la Europa civilizada lo que se celebraba era el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín y la reunificación de un país.
Gensanta…
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