Fin de año en el Poblachón

Creo que no lo sabéis, entre otras cosas porque no os lo he contado, pero he pasado este fin de año en el Poblachón. Pues sí, glamour que tiene una. Resulta que mis hermanas se iban cada una por su cuenta a celebrar el fin de año, y nos quedábamos mi madre, mi tía, yo y 36 uvas colgadas. Desde luego, teníamos otras alternativas. Pensamos en ir a Gstaad, pero teniendo Suiza tan mala prensa nos ha dado miedo Montoro y sus neuras. Ya sabéis, este hombre es capaz de poner una alambrada en el control de pasaportes y como no enseñes el justificante de amnistiado fiscal, le dice al guardia que te sacuda una torta. Luego, para Aspen son pocos días, que está muy lejos. En cuanto a Londres o Nueva York, tengo entendido que estos días se ponen muy tontos si quieres pasar un tupper con uvas.

En fin, la cuestión es que toda vez que no había ninguna ciclogénesis explosiva amenazando el mapa del tiempo de la 1, decidimos irnos al poblachón, que en invierno es muy tranquilito. Bueno, en invierno y en verano, para qué nos vamos a engañar. Hacía mucho que no iba en navidades. Mi madre recordaba un fin de año con la familia del que hoy es uno de mis cuñados, y sus hijas tienen ahora 22 años. Calculen. Calculen el tiempo que hace que no voy, y déjense de otros cálculos cotillas.

Felices fiestasEntonces, les comunico que tal y como me imaginaba, el mismo cartel de Felices Fiestas que te da la bienvenida iluminado en las fiestas de Julio y Agosto, lo encienden también en Navidad. Sí, ya sé, la foto se ve de pena, pero no crean que con ese frío es fácil conservar la presencia de ánimo, sobre todo si te quitas los guantes para darle al botoncito del móvil.

Ahora yo tendría que investigar para saber cuál es el sistema de encendido que utilizan. Quiero decir, si va una cuadrilla a hacer un empalme especial para cada cuchipanda o se trata de algo más sofisticado. No sé, un cuadro de mandos en el salón de plenos del ayuntamiento, con una palanca roja y un cartelito que pone debajo “FF entrada del pueblo, ATENSION”. O tal vez se trata de un interruptor que cuelga de la cama del señor alcalde:

–  María, dale tú a la pera, que yo no llego desde aquí y mañana arden fiestas.

Araña unmundoparacurraAdemás del mencionado cartel, en el pueblo habían colgado unos decorados luminosos muy monos en la Avenida Principal. A mí me parece que son también los mismos que en verano pero algo más descargados. La cuestión es que quedan más elegantones, y pasan de parecer una sopa Juliana a un detallito más acorde con el roscón de reyes. Lo que sí es específico de la Navidad es la Iglesia del Cristo, con una decoración luminosa a lo Moneo y el viejo olmo de la plaza (que ya no es un olmo), que lo han dejado muy del estilo Champs Elisées.

Pza-Cristo-unmundoparacurra

Esto por la parte del decorado. La parte del tiempo ha sido una sucesión de nubes altas que de pronto se convertían en bajas y no se veía un pimiento. Según mi tía, el pinar estaba bellísimo, como de postal. Y como mi tía suele tener razón en casi todo, deduje que esto sería posible si a la postal le das la vuelta y por supuesto, no escribes.  Nos cruzamos en estos días con un señor que llevaba un perro precioso, Choco. Se oían unas vacas mugir, a lo lejos en la niebla. Y el tal Choco para allá que se fue, a verificar el tolón-tolón, y a los treinta metros ya no se veía al perro. Naturalmente, Choco volvió, aunque el hombre debió de tomarse unas pastillas para la garganta por la noche, porque se quedó afónico.

Y poco más que reseñar, salvo que he vuelto con la cabeza muy despejada. Ya veremos lo que me dura, en estos Madriles tan llenos de gente con bolsas de un sitio para otro…

3 pensamientos en “Fin de año en el Poblachón

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