Si algo me ha gustado del libro de Pennac es su calma al escribir, su dulzura, la forma en que deposita sus ideas sin agredir. Incluso aquello con lo que no está de acuerdo y aquello que rechaza lo expone con cariño, con un punto de comprensión, compasivamente pero sin condescendencia, sin altivez. Yo creo que Pennac, acostumbrado a tratar con niños y adolescentes, se empeña en sus ensayos a enseñarnos el camino sin obligarnos a tomarlo, porque recorre con nosotros los caminos alternativos para irnos diciendo cada cosa que no debemos aprender. Porque también se aprende de lo que no se debe aprender…. Click para continuar leyendo