La primavera está muy sobrevalorada. Claro, uno viene del largo invierno, de los días oscuros y cortos, de las noches oscuras y largas, y de pronto, al ver un rayo de sol un poco más brillante de lo normal, se emociona y empieza a quitarse ropa. Y de ahí tantos catarros. Eso si no tienes una alergia terrible a algo, y entonces es cuando la primavera te las hace pasar canutas. Hay quien vive la primavera muy equivocadamente y también quien la vive con resignación. Es lo que tiene mirar el calendario y pensar que los cambios de clima sobrevienen de golpe y porque lo pone en un papel.
La primavera se asocia a la juventud, al principio de algo, al amor, a la música alegre (cuánto daño ha hecho Vivaldi), al color, al calor, pero no es más que una convención y un exceso de poesía, porque en primavera también salen los abejorros, esos seres monstruosos, y los zánganos, esos seres inexplicables, y otros muchos bichitos que se dedican a ir de allá para acá incordiando a las flores y descolocando cosas, y expandiendo su ineficiencia un poco por todas partes. Es la época del ZZ-PAF. En cuanto al rayo de sol y a la temperatura amable, todo depende de dónde se viva, en esto convendrán conmigo, porque en Finlandia la primavera es cuando el invierno se suaviza y poco más. Y en el Trópico, o en el ecuador de la Tierra la primavera tal y como la entendemos nosotros es una estación irrelevante, aparte de que la parte del flower-power, con su carga de liberación, se toma con menos urgencia y probablemente con menor cursilería.
En fin, la primavera dura en principio lo mismo que el resto de las estaciones, de las que viene y a las que da paso de forma irremediable. Pero en el fondo, si se fijan, la verdadera primavera es cosa de un par de días: enseguida llegan la sequías del verano, justo cuando las noches dejan de ser terriblemente frías.
No se fíen de la primavera. Ni aunque sea árabe.
Yo es que soy de otoño, que tampoco dura más de dos días, pero me parece precioso.Melancólico, con la caída de las hojas, sus olores especiales, las castañas, empezar a refrescar, empezar a abrigarse y a acurrucarse en la cama, me encanta, es mi estación preferida.
Besos
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Yo soy de otoño, también. Es mi estación prefrida.
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Hummmm, aparte otras….consideraciones, algunas manifestadas por usted…,la primavera es olor a azahar. eso, sí, impregnado de polen paa las alergias, ¿acaso es tu fastidio?.
un beso
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No. A mí me curaron de las alergias.
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Yo soy de las que la viven por resignación, por la alergia. Pero aún queda mucho, no??
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Psi… 6 meses. Pero es que oigo tanto hablar de primaveras que no son primaveras…
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Efectivamente en la capital del reino la primavera dura dos días y apenas se puede saborear a diferencia del espectacular otoño que se suele disfrutar.
Ahora para primavera, primavera sin duda el romanticismo de la Primavera de Praga
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Tienes razón. En Madrid, hay 9 meses de invierno y 3 de infierno, pero, con todo, el otoño tiene una luz preciosa.
Pues sí, mejor la de Praga
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Ya veo que otras primaveras nada climatológicas te han debido de inspirar. A mi me gustan muchas de las cosas que pasan en primavera y verano, por eso son estaciones a las que tengo cariño, y me resigno a la alergia de una y el calor de la otra.
Un beso
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Sí, es lo no climatológico casi de lo que más me debería quejar. A mí me gusta el verano por las vacaciones, y por poco más.
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Yo soy del verano de manera incondicional, además no me fío ni un pelo de las primaveras y más si son árabes. 😛
Besazo
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¡Dios mío, qué ritmo! Acabo de comentar una entrada y nuestra intrépida bloguera ha publicado 400 tuits y escrito dos entradas más… arf, arf, arf (estoy cogiendo aire)
¿Una entrada sobre la primavera a las puertas del otoño? ¿Qué parte de tu cerebro se habrá disparado?
Dudo que se trate de una entrada dedicada a lo meramente climatológico, aunque esa pequeña (¡qué digo pequeña, mínima!) referencia a la primavera árabe al final de la misma, me da que pensar.
Carmen, Carmen … ¿estás bien?
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Estoy perfectamente.
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