Ya escribí sobre el spam hace casi un año. Así es que no repetiré aquel post (aunque si gustan, aquí está), porque me falta humor, porque me tienen harta, porque no entiendo qué demonios ganan mandando esas mierdas que no significan nada y porque me parecen un aburrimiento. Es que no tienen gracia ni siquiera para intentar engañar. ¿Alguien me puede explicar, por favor, qué sentido tiene enviar un comentario en donde ponen ljshfjshcnhgdfhgjdgfs hhghg jhhgjdhghsh hg sdhg j hj h ñRRY GJA FRE HDHDSJfhjcg? ¿Qué demonios es eso? ¿Una traducción libre del japonés?
El gran ataque se ha producido hace un mes, más o menos, vía Facebook. Y por lo visto, mi propia cuenta estaba enviando spam. Mi propia cuenta, que ni uso, ni entro, ni hago nada, salvo colgar el post (y esto automáticamente, vía Twitter). Al final lo he parado, sin entender mucho lo que estaba haciendo y teniendo que penar, ahora, con un lío de contraseñas considerable. Facebook es una red social maligna, llena de virus y de publicidad malvada. Aparte de que tengo para mí que ahí se concentra un porcentaje altísimo de dummies entre los usuarios, esos señores que abren página para colgar las fotos del veraneo y que terminan, una tarde aburrida de lluvia dándole a pinchar a cualquier cosa que parpadee a ver qué pasa. Y pasa lo que pasa: que me llenan el blog de comentarios colombianos. Porque en Twitter también hay nuevos, pero se les reconoce en seguida. Son esos que ponen un tuit que dice «No sé cómo quitar el huevo», y que unos días más tarde ya están contándote que vienen del supermercado y con una foto de arrebato, Marilyn si es chica y Gary Cooper si es chico. Pero en Facebook la gente le da al «Me gusta» un poco sin ton ni son, y luego vienen los sustos para humildes blogueras como yo, un ser inocente demasiado acostumbrada a los ángeles de la guarda de la oficina que me liberan de ciertas escaramuzas.
Ahora la última es que entran como visitantes. No puedo creer el pelotazo que me han pegado las visitas este fin de semana. Si hubiera puesto una foto de Ronaldo desnudo lo podría entender, pero una foto de mis pies con unas abarcas rojas no da para tanto. Mi lectura de la tontería es que los he echado de los comentarios, pero ahora los tengo en modo visitantes alienígenas. Y no sé qué prefiero, la verdad. Mis estadísticas, que eran un remanso de paz con algún sobresalto muy agradable de tarde en tarde, ahora son un montón de números absurdos, porque es absurdo tener una media de ¡7,48 visitas por visitante! Ya me contarán: si no es spam es que de pronto atraigo a lectores muy pero que muy lerdos. Y esto queda fuera de toda duda o sospecha, ya saben que tienen en mi a una fan incondicional, un-admirador-un-amigo-un-esclavo-un-siervo.
Y ya paro de escribir. Que luego no me entienden y entran como locos.
¡No vale! No nos puedes dejar de enseñar tus visitantes alenígenas, por Dios Carmen, piensalo seriamente.
Yo prometo no hacerles preguntas comprometidas 😛
Besazo
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Cuando se manifiesten, os los presento.
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Bueno, yo creo que las visitas son bienvenidas. Algunas no serán alienígenas, digo yo. Un beso.
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El spam no es bienvenido en este blog.
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Me gusta 😉
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¿No serás tú el que andas entrando y saliendo del blog? Que eres muy bromas!
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