Imagina que un día, además de trabajar, te pones a estudiar una carrera. Tienes, pongamos, 30 ó 40 años, da igual, y decides empezar a estudiar. Derecho, por ejemplo. O Geografía e Historia. O Matemáticas o un Máster, da lo mismo. Y entonces llega la temporada de exámenes y tú, ni corto ni perezoso, te llevas los libros a la oficina para estudiar. Y te los llevas porque no te da tiempo a estudiarlo todo en tu casa. ¿Tú te lo imaginas?
¿Qué te parece? Venga, va, te dejo pensar un momentito.
…
…
…
Ya, lo que me esperaba. Nunca lo harías, porque te parece impensable. En el trabajo se está a lo que se está, desde luego, que para eso te pagan. Y por supuesto, tú que tienes equipo, no consentirías que ninguno lo hiciera, faltaría más. Menudo morro.
Y ahora, allez hop, dale la vuelta, hazme el favor. Y piensa en las veces que has tenido que llevarte trabajo a casa el fin de semana. No, no estoy hablando de ese informe interesante sobre el mercado que nunca tienes tiempo de leer, y tampoco te hablo de conectarte a esa página web que habla de tu profesión, que te encanta. No, no. Yo te estoy hablando de esa hoja de cálculo perra, de la preparación de la negociación, de la presentación canalla que no te ha dado tiempo de terminar, de ese informe que si no lo envías el lunes, el cielo se caerá encima de tu cabeza. Ahora mírate a ti mismo en el salón, con tu portátil… ¿tú te lo imaginas?
¿Qué te parece? Venga, va, te dejo pensar un momentito.
Es que están igual de mal las dos cosas…hay un tiempo para currar y un tiempo para no…y no hacemos más que mezclarlos. Yo hago cosas personales en el curro porque, total, como luego curraré un ratito desde casa…y no salimos nunca del bucle…
Me gustaMe gusta
Tienes toda la razón, jamás haríamos lo primero.
Años y años así… Recuerdo que llegué a odiar el Power Point por eso. Siempre era en fin de semana. Y ni te cuento el In desing.
Ahora veo a mi marido haciendo traducciones para la empresa GRATIS todo el fin de semana. Y encima dando gracias, esas malditas gracias por tener un trabajo medianamente bien pagado.
Triste, realmente triste.
Besazo
Me gustaMe gusta
Buenísimo. Tienes toda la razón y mi más sincera admiración.
Me gustaMe gusta
Es cierto. Yo me siento totalemente identificada. La verdad es que yo hace muchos años que dejé de traerme trabajo a casa. Me ha encantado tu entrada. besos.
Me gustaMe gusta
Gracias!
Me gustaMe gusta
Mi marido se trae trabajo a menudo y no me parece justo. un beso.
Me gustaMe gusta
Aquí estoy trabajando en casa. BTW, hoy en Zaragotham es fiesta 😦
Me gustaMe gusta
Pues a veces también me pasa a mí, para qué voy a andar disimulando. Lo siento!!
Me gustaMe gusta
…
…
¿la propiedad de los factores de producción?
¿era eso?
shhh no lo digas, pero yo a veces blogueo …allí (a veces) …
Me gustaMe gusta
Yo no blogueo en la oficina. No me inspira nada.
Tú y tus matemáticas, Tomae!
Me gustaMe gusta
Gracias a todos. Es fácil decirlo, pero difícil hacerlo. Pero creo que vale la pena pensarlo ¿o no?
Me gustaMe gusta