Ayer leo en el periódico el siguiente titular: «Sobrevive sin heridas graves a un rayo que le entró por el escroto y le salió por el pie«. No pude por menos que seguir leyendo.
No conviene reírse de estas cosas. Sólo un tercio de las personas a las que les cae un rayo sobrevive, y las tres cuartas partes tienen graves secuelas. Sin embargo, nuestro hombre sólo tuvo quemaduras en la zona de entrada y de salida del rayo, pero nada preocupante dentro las lógicas molestias. Sobre todo en el pie, que debe doler muchísimo. Según el Samur también tuvo un leve déficit motor en las piernas. Eso también se puede imaginar perfectamente: Ver que un rayo te convierte la entrepierna en un árbol de Navidad debe, como mínimo, asustar un poco.
A este señor le ingresaron de todos modos para hacerle un electrocardiograma y un escáner. Supongo yo que también le darían alguna pomada. Ah, y un tranquilizante, para cuando le dejaran de temblar las piernas. Y luego le dejaron en observación. No pone si además de médicos llamaron a algún astrónomo, para interesarse por las estrellas que debió de ver aquel hombre…
Ayer colgué un post en donde recogía una cita en donde se hablaba de probabilidades. Pues bien, la probabilidadde que un rayo alcance a un hombre es de 1 entre 3 millones. ¿Por qué será que, a pesar de todo, me parece poca puntería?
Jajajaja. La «entrepierna como un árbol de navidad». ¡Qué bueno!. La verdad es que debe ser una de esas experiencias que te cambian la vida. Las tormentas no volverán a ser lo mismo para este hombre nunca; posiblemente tampoco su entrepierna. De todos modos, sería intersante indagar las circunstancias del accidente.
Sobre cómo se generan los rayos todos tenemos más o menos una idea, pero cómo es posible que atinen con la entrepierna de alguien se antoja más complicado. Que no digo yo que no haya sido casual, no quiero ser mal pensado. Pero con todos los obstáculos que presumiblemente habría entre el rayo y la entrepierna de este hombre se me hace mucha casualidad que llegase hasta allí así sin más.
Me gustaMe gusta
Lo bueno es que, al final, algo que parece mala suerte en realidad es buena suerte. Lo normal es que este hombre no hubiera sobrevivido, o que se hubiera quedado muy afectado, pero no lo parece. Qué cosas pasan por el mundo.
Gracias por tu comentario, Almirante.
Me gustaMe gusta
Yo lo primero que pensé al escuchar la noticia fue: «se habrá quedado impotente?» (más bien fue…se le volverá a levantar?) y luego «se habrá quedado esteril? Y mejor no bromear sí, sobretodo cuando recuerdas que hace unos veinte años ó más murió una mujer que era algo asi como familia tuya (algo así porque siendo pequeña y que te cuenten que si era la mujer del primo segundo de tu madre…ejem ejem… pues te quedas sólo con lo importante).
Ah y del tema de probabilidad da igual que sea una entre tres millones porque quién te dice que a la primera tirada te sale y no te vuelve a salir hasta dentro de tres millones de tiradas más? Quiero decir que por ahora el orden no es del todo conocido y en cuanto varía un factor ó se añade otro ya hay que volver a calcular todo otra vez, asi que mejor que no te pille un rayo por si acaso…
Me gustaMe gusta
En el libro que comentaba ayer, el protagonista venía a decir «¿de qué me vale que la probabilidad de que se caiga un avión sea muy pequeña si el avión que se cae es ese en el que voy yo?». Lo del rayo es similar. Te vale de muy poco que sea improbable si te pasa a ti: la fatalidad es la fatalidad 🙂
Gracias por el comentario
Me gustaMe gusta
Hoy a nosotros también nos ha entrado un Rayo, pero … ¡le hemos metido 5! 😉
Me gustaMe gusta
Ya, menudo repaso. Eso es que habreis salido como un trueno y les habeis tomado la delantera. Me alegro mucho.
Gracias por tu comentario.
Me gustaMe gusta