Tú, labora

Se me cruzó ayer una actualidad muy fea que no quise dejar pasar. Una ha tenido veinticinco años para bailar con las canciones de Whitney Houston, y veinticinco años para ponerse a trabajar, al principio en lo que pude, y después en lo que me gustaba. Empecé como todos, con un contrato en prácticas y ganando considerablemente menos de lo que gano ahora. Y entonces, como ahora, el paro era aterrador. Y entonces, como ahora, la legislación laboral era prácticamente la misma.

En España, cualquier cosa que pasa genera de inmediato un montón de manos levantadas al grito de «¡Me opongo!», ya se hable de una sentencia de 1.500 folios o de la pesca del calamar. Naturalmente, la Reforma Laboral, que es un asunto que nos afecta a todos, no podía quedarse sin sus opositores de nómina, que protestarían aunque el gobierno hubiera legislado 70 días de indemnización. Son los auto denominados «agentes sociales» que piden tiempo para llegar a un acuerdo y para negociar, cuando desde 2010 se les ha dado numerosas oportunidades para aportar algo. ¡Si hasta marearon a Zapatero! Pero para quien lleva diciendo las mismas melonadas desde el siglo XIX, el tiempo es una dimensión inexistente. ¿Qué aportan vds, señores de los sindicatos? Yo les diré qué aportan: unas enormes barrigas, inmovilismo y una pose chusca, como de género chico. Una pose verbenera y viejuna, que no se sabe si parecen Don Hilarión y la Tía Antonia o Maricarmen y sus muñecos cuando se les ve por la tele agarrados a la pancarta, y que provoca una profunda desolación cuando se te pasa el cabreo. Dicen que tienden la mano. Yo diría que más bien la ponen cuando pueden y la meten cuando no les miran. Nunca les han importado los parados, ni los trabajadores de la pequeña empresa, ni los autónomos que generan empleo, nunca han luchado por ellos. Les importan sus millones de euros en formación, sus liberados, y el mamoneo de vivir de la teta del estado sin necesidad de tener afiliados. Así es que yo, de entrada, me opongo a todo lo que digan este par de mamarrachos porque, para mí, viven de salir en la tele como cualquier friki de Gran Hermano.

Y una vez medio desahogada, veré si puedo desahogarme del todo. Hombre, 45 días por año trabajado ya había y hemos llegado a cinco millones y medio de parados, así es que no parece que el coste del despido sea el «driver» principal (que diría Don Luis de Guindos) para atacar el problema. El despido libre ya existe, por cierto. Se llama contrato temporal y lo puso en marcha Felipe González. El ERE de 20 días por causas organizativas ya existe, y si no funciona como previsto es porque la Administración no funciona (ni como previsto ni como no previsto), así es que en vez de mejorar el arbitraje de la administración, se quitan de enmedio. ¡Señor! Sí parece buena cosa las ayudas a la contratación, aunque no alcanzo bien a comprender por qué a un joven que ha encontrado un trabajo tenemos que seguir pagándole el 25% del subsidio, o por qué no se rebajan las cotizaciones drásticamente… En todo caso, lo que tenemos hoy no funciona y ojalá que esta reforma sirva para generar riqueza y empleo, pero me parece que se han quedado cortos en algunas cosas y poco imaginativos en otras. En fin, por algo hay que empezar, y tendremos que comernos esto, las clases medias que aun tenemos trabajo, como nos hemos tenido que comer la subida de impuestos, sin que se vislumbre todavía una reforma «pretty agressive» de las administraciones públicas (que gastan el oro del moro y generan una mora de la pera), y sin que se meta mano a ese funcionariado parásito y absentista que destroza la competitividad del país.

Leía ayer que Isidro Fainé, presidente de La Caixa, sacó a relucir hace poco un informe de Funcas según el cual cuatro de cada cinco personas inscritas en el INEM perciben algún otro tipo de renta al margen del seguro del desempleo. ¿Cómo evitas que yo prefiera pagar una factura sin IVA al fontanero? ¿Cómo haces para que a mí me sea más rentable trabajar que percibir el paro? ¿Cómo consigues que a un empresario le traiga cuenta blanquear a sus trabajadores? ¿Arde Atenas? ¿Quién es más pecador, la que peca por la paga o el que paga por pecar? Pues eso.

Y como diría Aznar, «vaya coñazo que he soltado«.

6 pensamientos en “Tú, labora

  1. Durante estos siete años, ni COOO ni UGT han movido un dedo mientras millones de españoles -más de cinco -, se sumaban al paro.
    Han permanecido mudos y silentes, pegados a su pesebre donde recibían -y aún reciben -, multimillonarias subvenciones que salen de nuestros bolsillos via impuestos.

    Los sindicatos son un anacronismo, vestigios de un pasado felizmente superado aunque a algunos les pese.
    Los sindicatos no representan a nadie salvo a si mismos, a esa casta parasitaria de «liberados» que han encontrado su «modus vivendi» en formar parte de un entramado sindical corrupto, inútil e inservible.

    La izquierda no va colaborar un ápice en arrimar el hombro y apoyar al Gobierno para salir de la terrible crisis en la que ellos -unos por acción y otros por omisión-, nos han metido.

    Bien al contrario pondran palos en las ruedas y tratarán de ganar en la calle lo que han perdido de manera abrumadora en las urnas.

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    • Durante más de siete años, Natalia. Todas las reformas que se han intentado hacer del mercado laboral, desde Felipe González, han contado con la oposición de los sindicatos. Excepto quizá la primera mini reforma que hizo Aznar. Los sindicatos trabajan para sí mismos, son una empresa en sí misma. No se han enterado que ya no vivimos en el siglo XIX, ni siquiera en el XX, y que las exigencias de la sociedad y del mercado hoy son muy diferentes a hace tan sólo 15 años.

      Muchas gracias por tu comentario y por pasarte por aquí. Bienvenida.

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  2. Caray, Camen. Si has escrito esto antes de acostarte. habrás dormido como un lirón. ¡Menudo desahogo!.

    Comentaba ayer con un amigo respecto a esto, que hay gente que parece temer más a lo que puede suceder si cambiamos algo, que a lo que está ya sucediendo mientras no lo hacemos.

    Lo que es seguro es que la situación es intolerable, y no hacer nada es una opción moral y económicamente inceptable.

    Y no has soltado ningún conñazo, querida. Nunca lo haces.

    Un saludo.

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  3. La verdad no es única sino la suma de muchas, no existe la verdad absoluta;
    digo, esto porque estoy de acuerdo con muchas de vuestras afirmaciones. Acaso, los sindicatos aún estén aposentados en unos laureles que, no por casualidad en este caso, son de muy antaño, de los juegos de la Antigua Grecia.Sí, están obsoletos y anclados en un pasado nada real ni práctico para el presente.Viven, por tanto, por y para su propia realidad. Acaso, esta sociedad, la española, nos llevemos todos las manos a la cabeza por cualquier cuestión, a veces, importante, otras, nimia. Acaso…, todo cierto. Tan cierto como que algo hay que hacer. Y mejor que «lo hagamos nosotros, y, no, que nos lo hagan». Mi percepción es que la situación es muy compleja y universal, tanto como la globalización a la estamos abocados sin excepción. Globalización de los mercados, de la economía, de las relaciones sociales e internacionales, de la educación, de la cultura….y es aquí, dónde creo, el esfuerzo, el cambio va más allà, tiene que ser mucho más creativo y requiere crear nuevas estructuras mentales desde las que avanzar hacia nuevas perspectivas más positivas para todos. ¿Izquierda o derecha?, son conceptos que se me antojan tambíen, en ocasiones, fuera de la realidad. ¿Quién gobierna?¿qué gobierna?. Sí, hay cambios, y se necesitan reformas para que se desarrollen. No nos deben asustar sino pre-ocupar, porque los cambios son generados por las sinergias del propio tejido social y mundial. Y éste está en continúo movimiento y regeneración, sólo nos queda prepararnos y prepararlo para que evolucione (cambie) de la forma más adecuada y moderada posible. Es imprescindible creatividad y actitudes positivas al cambio, y mi inquietud es que esto pasa por romper nuestros propios esquemas personales y sociales para reinventar de nuevo. Ese, es para mí, el eje central, de la cuestión.
    Ojalá, esta reforma sirva, y, sea reflexionada y ejecutada responsablemente por todos. Vendrán más.

    Un saludo.

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    • Muchas gracias por tu comentario, Lupiga. Efectivamente, debemos dejar los encorsetamientos y los brochazos para construir algo. Tenemos una clase política y unos sindicatos que sólo piensan en lo que saldrá en los teletipos, y así no se puede lograr que la gente se sosiegue y se pueda llegar a acuerdos que nos beneficien a todos.

      No vivimos aislados, no. Y debemos mucho dinero…

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