Parada y reflexión

Nada más propicio para una carrera que su interrupción temporal, pues el que ve el mundo siempre desde arriba, desde la nube imperial, desde la altura de la torre de marfil del Poder, no conoce otra cosa que la sonrisa de los subordinados y su peligrosa complaciencia; el que siempre sostiene en las manos la medida, olvida su verdadero valor. Nada debilita tanto al artista, al general, al hombre de Poder, como el éxito permanente a voluntad y deseo. En el fracaso es donde conoce el artista su verdadera relación con la obra: en la derrota, el general sus faltas, y en la pérdida del favor, el hombre de Estado la verdadera perspectiva política. La riqueza permanente debilita; el aplauso permanente hace insensible; únicamente la interrupción procura al vario ritmo de vida nueva tensión y elasticidad creadora, únicamente la desgraciada mirada extensa y profunda para la realidad del mundo. Enseñanza dura, pero enseñanza y aprendizaje es todo destierro: al débil le amasa de nuevo la voluntad, al indeciso le hace enérgico; al duro, más duro aún. Nunca es el destierro para el verdadero fuerte una mengua: es siempre un tónico de su fuerza.

Stefan Zweig.

Gracias por dejar un comentario.

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s