Doña Perfecta, de Galdós

Ya lo avisaba ayer, que hoy tocaba libro. El del Club de lectura. Y ya le pueden ir dando las gracias a la existencia de este club, que si no fuera porque a él me debo y pertenezco, no iban vds. a leer de mí más reseñas que las mieles. Con el club, también leen las hieles. Ya ven. Una, que lee de todo. Y luego voy y lo cuento, claro, que en eso consiste lo del Club. Cuando alguien me dice “Huy el club, qué divertido”, yo contesto siempre “huy, no veas”. Y no ve. En fin, gajes del oficio y de una afición que me tiene a mal traer, porque mira, entre tú y yo y ahora que no nos oye nadie, yo la mitad de los libros que leemos en ese club los hubiera dejado en la página 50, me hubiera cogido un Asterix, me hubiera comido un bocadillo de sobrasada y con eso ya se me habría pasado el remordimiento. Pero en este club no hay lugar para el remordimiento. Ni para la penitencia. Aquí se hace todo al mismo tiempo que el pecado. Y claro, en esta tesitura, tampoco cabe ni la esperanza ni la resignación: ambas se superan como las bañeras cuando esquías, echándole huevos que para eso hay que bajar. ¿Pero por qué os hacéis esto?, nos preguntó una chiquita muy agradable que quiso unirse al club. Y para cuando quisimos contestar, la chica había salido corriendo y no ha parado de correr hasta Edimburgo. Nos duró un mes. En fin, y después de esta introducción voy a hacer la reseña, que se me está yendo el post de las manos.

do_a_perfectaEste mes hemos leído Doña Perfecta, que es el libro que tenéis en la foto. Y tengo que decir que la portada refleja perfectamente lo que es la novela: la España más negra y depresiva, la más ignorante, cazurra, inculta, hipócrita y pueblerina. La España que no tiene remedio, como parece pensar Galdós en la ilustración. Esa España orgullosa de su retraso y de la producción de ajos (¡los mejores del mundo!), es el caldo de cultivo en el que Galdós hace medrar a Doña Perfecta, que podría llamarse también Doña Pérfida.

Os voy a contar de qué va, que hoy estoy espléndida. Se trata de dos hermanos, Doña Perfecta y Juan Rey, que deciden casar a sus hijos. Así es que Pepe Rey, sobrino de Doña Perfecta, va al pueblo donde vive ella con su hija, Rosario, para pedirla en matrimonio. Pepe Rey es un ingeniero, un hombre de progreso, con estudios y viajado, y se encuentra en el pueblo con la desconfianza y la envidia, y casi sin comerlo ni beberlo se pone a todo el pueblo en contra. ¿Todo el pueblo? En realidad, no. Se le pone en contra Don Inocencio, el párroco, el paradigma de cura cerrado, rancio y obtuso que tanto daño ha hecho a la religión, a la vida de las personas, a la Iglesia y a todo lo que se les ponga por delante. Resulta que el párroco quiere casar a la niña con el hijo de su sobrina, y contrapone su verdad (que no es más que ignorancia, fanatismo y superstición) a las ideas de Pepe Rey, que en realidad pasaba por allí y no había llegado al poblachón para discutir con nadie, sino para casarse con una buena moza. Una moza de la que por cierto se enamora perdidamente, así sin más, sólo con verla. Y eso que ella es tan poco agraciada como bastante gazmoña, aparte de desmayarse mucho (más que las sales lo que se merece es un par de tortas). Doña Perfecta, que es perfecta, se va poniendo del lado del cura y, acostumbrada a mandar y a salirse con la suya… hasta aquí puedo leer, pero ya pueden ir mascando la tragedia.

A Doña Perfecta, Galdós la describe, que no la descubre, en las páginas finales como lo que es: una mujer dura, soberbia, intrigante, que acumula prestigio en su pequeño reino de palurdos, un reino retrógrado, envidioso, ladrón y maledicente, que adora la peana y reniega del progreso, que desconfía de todo lo que viene de fuera y que se enorgullece de su olor a naftalina. Doña Perfecta no es más que la reina en un avispero del casi todos saldrán muy mal parados.

«Para que la mojigatería sea inofensiva, es preciso que exista en corazones muy puros. Verdad es que aun en este caso, es infecunda para el bien«, nos dice Galdós. Doña Perfecta es una mujer que vive hoy y vivirá siempre, un caracter que te encuentras por el mundo a poco que te fijes. El resto de los caracteres están bien dibujados, incluso el de la tontainas de la niña, y todos son muy reconocibles también hoy en día. Por lo demás, empiecen a leer la novela. ¡Que es GALDÓS! A mí me ha aburrido, aunque cuenta con algunos pasajes divertidos, llenos de humor. ¡ES GALDOS! ®Liviadru

Como cada mes, tenéis otras reseñas sobre el libro en La mesa cero del Blasco, en La originalidad perdida, en Delenda est Carthago . Y a lo largo del mes, en vuestro blog preferido de libros Club de lectura..

26 comentarios en “Doña Perfecta, de Galdós

  1. Sí que quedan Doñas Perfectas en Spain y Spain para doñas Perfectas hoy en día, aunque han cambiado el moño por el chándal. Basta irse a pueblos de la periferia más periférica de Madrid, y lo verás. No hace falta irse a un lugar muy perdido.

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    • Las hacemos con mucho cariño 🙂

      A ver, cada uno propone cuatro de los que elegimos dos. Y luego los colocamos en el tiempo según el número de páginas. Es bastante simple, pero es muy divertido. Escribiré sobre eso en el blog del club. Lo enlazaré aquí de todos modos.

      Gracias por la idea.

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  2. Pues a mí me ha gustado. En mi post la he comparado con el Castillo de Kafka y ya profundizaré en esa idea en el Club. Me ha parecido un poco rancia, pero la historia me ha enganchado y he pasado un buen rato con el libro. Ya se sabe que la maldición del club hace que no nos pueda gustar a todos. Es cierto que hay algunos que nos llevamos más pedradas que otros… gajes del oficio, como dices 😉

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  3. A mí me encanta tu reseña, das lo mejor de ti cuando el libro no te ha gustado.

    Como soy así, el final me pareció divertidísimo, todo lo que pasa desde que vemos la verdadera naturaleza de cada uno me parece como de dios vengador y me encantó ese trozo. El resto del libro es un poco apolillado

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  4. …Yo al bocadillo de sobrasada lo tomo con pan untado con tomate (y por favor no veas en ello un signo catalán pateto, es más si lo pido por aquí la gente llega a extrañarse) …y añado, unas gotas de vinagre al gusto. No hace hace falta queso ni tampoco es necesario fundir la sobrasada unos segundos al microondas (aunque también puedes probar) . Ya dirás …

    Habrás notado que no he leído la novela …Un Saludo CarmenJ.

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  5. Lloro, literalmente, eres la Mae West del club de Lectura, su frase «cuando soy buena soy buena, pero cuando soy mala soy mucho mejor» se te queda pequeña, en tu caso debería ser «soy la mejor».

    Yo no coincido contigo, el libro me parece estupendo, pero es que con las prisas que te gastas para leerlos los dos últimos días es que se te debe cortar la digestión ¡¡¡Por Dios no te acerques a un bocadillo de sobrasada hasta pasar la cuarentena de leerte los libros que vamos a tener un día un disgusto!!!

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  6. Cuestión de poder y de estar respaldado por la buena opinión que generas en tu entorno. En realidad el poder lo tienen no por su cargo, sino por su imagen social.
    Vamos, que yo soy buena porque los santos patrones de la moraliad me dicen que soy buena.
    Soy valiente, porque soy cazador y los cazadores son valientes.
    Soy inteligente, porque tengo éxito.
    Soy alta, porque soy más alta que mis compañeras de clase.

    En fin, la imagen de uno mismo reforzada por los demás, y el no tener intención de plantearse nada, porque así es como tiene que ser.
    Un saludo.

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    • Claro, es el poder, no tiene la autoridad. Es un poder basado en su rectitud y en el distanciamiento que provoca. Hay un pasaje en donde está muy bien descrito, que es cuando cuenta la relación de Doña Perfecta con la sobrina del cura, Remedios. A pesar de que esta última ya no es una criada, mantiene la misma distancia. Es una táctica.

      Es así, como dices. La apariencia.

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  7. Te concedo que a ratos es arduo por el lenguaje, pero la historia esta vigente porque, por desgracia, es una historia eterna… Y lo peor de todo es que está escrita en este país, un país donde se estudia el motín de Esquilache como algo chupi y se hacen series que muestran orgullo de estar sin romanizar… lloro mucho

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    • El país de Vivan las cadenas, que eso es ya lo último.

      Yo creo que esos personajes existen, aunque algo matizado por el tiempo y las circunstancias. Desde luego en las empresas hay Doñas Perfectas y Doños Perfectos, y Don Inocencios a granel.

      Y sobre las reseñas, yo prefiero leerme libros que me gusten. Trataré de ser divertida con esos también, yo no quiero riesgos XDD!!!

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