Charles Aznavour nació en 1924 y un par de décadas después ya tenía 60 años. Yo creo que se pasó la juventud añorando una madurez que, al llegar, le impulsó a buscar con ansia la vejez, que es para lo que realmente había nacido. Y ahora ya no sé qué cantará este hombre, porque sigue con 90 años sin necesitar, por cierto, cambiar de repertorio. Ese cantar al amor verdadero, que no es otra cosa que l’amour, y a unas tormentosas relaciones de pareja que en su caso era un no parar de chercher la femme, le obligaron a unas canas prematuras y a unos textos de canciones que circulaban entre la saudade y el remord y que le dejaban siempre en una posición un poco loser.
Aznavour tiene unas canciones en las que siempre ves a un señor mayor, algo rijoso, y a una chica joven que o está a punto de ponerle los cuernos o ya se los ha puesto. Te imaginas a una chica monísima y cuando piensas en él ves a un tipo un poco amargado, que o bien está a punto de largarse para no sufrir la cruel frialdad de la chica, o algo peor: se dedica a pensar quién le reemplazará a él cuando se haya muerto, y besará sus labios, y se acostará con ella, y se recreará en sus gestos y le enterrará por segunda vez.
También, vaya pensamientos. Yo no sé si le dedicaría la canción a una chica real, pero yo me pongo en su lugar (en el de ella), y me pego un tiro. ¡Y a ver qué compones ahora, majo!
Puestos a encontrar una canción que defina a Charles Aznavour yo elegiría la de Hier encore (ayer todavía). Según la Wiki, es una canción que compuso en el año 64, o sea, que era un tipo con cuarenta años. Veamos qué nos cuenta (en una traducción muy libre):
Ayer todavía yo tenía 20 años y acariciaba el tiempo, y disfrutaba de la vida como se disfruta del amor, y vivía la noche sin contar los días que huían en el tiempo. He hecho tantos proyectos que se han quedado en el aire, he fundado tantas esperanzas que se han volatilizado, y estoy perdido sin saber dónde ir: los ojos buscando el cielo, pero el corazón en la tierra.
Ayer todavía tenía 20 años y derrochaba el tiempo. Creyendo pararlo y para retenerlo, incluso para adelantarlo, no he hecho más que correr y he perdido el aliento. Ignorando el pasado y conjugando en futuro, ponía el yo delante en cada conversación y daba mi opinión, que consideraba la buena, para criticar al mundo con desenvoltura.
Ayer todavía yo tenía 20 años y he perdido el tiempo en hacer tonterías que no me han dejado en el fondo nada realmente concreto, salvo algunas arrugas en la frente y el miedo al aburrimiento, porque mis amores murieron antes de existir, mis amigos se fueron y no volverán. Yo tengo la culpa de que en torno a mí exista un vacío. Y he malgastado mi vida y mis años jóvenes… De lo mejor y de lo peor, he tirado lo mejor, mi sonrisa se ha quedado fija y se me han helado las lágrimas. ¿Dónde están ahora? ¿Dónde están ahora mis veinte años?»
Yo no sé qué edad hay que tener para cantar esto, pero vamos, yo también he tenido 20 años y… ¡Y cuarenta! Y ni se me pasa por la mente cantar estas cosas.
¿Ven como Charles Aznavour es un señor mayor de toda la vida?
En fin, les enlazo la canción, que apesar de todo reconozco que es muy bonita. Y de bonus, para que no se me depriman, también les enlazo otro video que es una porquería de versión, pero que tiene su punto de ternura: fíjense a dónde van los ojillos de nuestro Charles.
—–
—–
Pues la letra a mí me parece una preciosidad, será que estoy en momentos nostalgia total y me identifico. Si tú no lo haces mucho mejor para ti, algo habrás hecho bien.
Pero te doy la razón, para mi gusto le sobra tonillo quejumbroso y le falta puntito canalla, que nunca ha tenido, y sería otra cosa. Yo para ponerme chof prefiero a Leonard Cohen de todas, todas.
Me gustaMe gusta
Yo es que soy una romántica empedernida. Un beso.
Me gustaMe gusta
Lo has definido perfectamente. Siempre me ha parecido un viejo rijoso 😛
Besazo
Me gustaMe gusta