Curra, la collares

Curra-collar-amarilloEl primer collar que tuvo Curra, de bebé o casi, era de color amarillo pollo. Monísima que iba ella, y eso que estaba en plena edad adolescente, con cuatro mesecillos. Se lo compró mi madre, aunque dudo que lo eligiera por el color: probablemente influyó más el precio. Este collar, el primero que se compra, está destinado a cubrir un espacio de tiempo tirando a corto. En fin, yo se lo pongo a su derecha para que vean esos ojillos como de descubrimiento de las sensaciones de la vida, y de los olores de la calle. Sí, lo sé, que se aprecia poco el collar. No, lo verde es el antiparasitario. Y no, no he encontrado otra foto mejor y no esperen que me levanten a buscar ningún álbum.

Después ha tenido otros de diferentes colores, unos más afortunados que otros. Recuerdo uno de color cuero oscuro que le proporcionaba un aspecto grave, aunque tal vez le hacía mayor en comparación con Wilma, que por entonces llegó a esta familia. Y también recuerdo otro horrendo, de color nazareno (CLICK AQUÍ), de esos de telilla, que vino a sustituir de urgencia otro gris claro muy bonito pero sucísimo.

Uno de los más bonitos que llevó está aquí (CLICK), de cuero con adornos, aunque muy incómodo para ella porque pesaba mucho. Y sin duda, el penúltimo, grueso, rojo, elegantísimo, con el que pueden verla en esta foto (CLICK). Hasta hoy estaba llevando uno de cuero blando claro, que no me acababa de convencer porque era un poco estrecho y además tenía las trabillas muy separadas, y se rizaba por el extremo que sobraba. Lo cierto es que el collar es un elemento de mucha importancia, y no sólo por lo estético. El collar debe ser cómodo para el perro, mientras que la correa debe ser cómoda para el amo. Recuérdenlo si tienen un perro algún día. Y si no tienen perro ningún día, recuérdenlo si se fijan en las personas con perro. Y si no se fijan en las personas con perro, pues no lo tengan en cuenta y permítanme que siga, que pierdo el hilo.

La cuestión es que Wilma (la perra rubia, no se me pierdan) está mudando de collar, porque el suyo, rojo, está hecho un asco. Ya ha tenido que ir mi tía dos veces a cambiarlo. Primero la trajo con uno negro, que le hacía mayor y el veredicto familiar fue NO. El segundo ni lo trajo para que lo viéramos, calculen lo fea que estaría la pobre. Y esta tarde ha aparecido con uno bien bonito pero que le estaba grande. Y es que no se los deja probar en la tienda, la muy loca. Para cuando hemos comprendido que el collar no le valía, ya le había hecho dos agujeros más y…

… ¡Y ahí estaba mi Curra, con el cuello apropiado para heredar! Conste que lo de hacer otro agujero no lo he hecho aposta… En cuanto a Wilma… en fin, deberá seguir buscando a ver si encuentra algo que le quede bien (jo, jo, jo…).

Un collar precioso. Y muy elegantón. Oigan,  ¡Y que me ha salido baratísimo!

Collar Curra cuadros

2 pensamientos en “Curra, la collares

  1. Si que es elegantón el collar., muy de nuestro estilo, inglés. Sabe que mis niñas, como yo, son menuditas, por eso, nosotras tampoco podríamos heredar, pero si a curra no le gustara, está Tizón que salió más a marido y es grandote… Y a Wilma le dice Vd. de mi parte, que ya es hora de que madure un poco y se deje probar las cosas en la tienda, aunque mamy se teme que tanto Wilma como Tizón al estar «angelados» no van a madurar nunca. Mil ladridos!!

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