Ayer mi madre cumplió 78 años. Y claro que lo celebramos. No diré yo que por todo lo alto, pero sí que nos tomamos nuestra tarta, y sopló una vela, porque a decir de mi tía Pilar, que siempre anda con guasa para todo, cuando cumplió un año no la pudo soplar, porque estaba en el medio de una guerra.
Mi madre nació efectivamente en 1936, poco antes de que empezara la guerra civil. Siempre cuenta que cuando iba a la piscina del poblachón, con las otras madres, pillaba a las que eran mayores que ella, porque podían contar la guerra y ella no la podía contar. En su caso tanto la guerra como la inmediata postguerra, en un Madrid depauperado, por ser todavía una niña para ella eran siempre los bocados de los que se privaban los mayores, que sin duda lo pasaron mucho peor.
Con todo, mi abuelo llegó vivo del frente y con la venta de unas cacerolas que le había dejado su padre, logró poner un pequeño negocio con el que pudo comer toda la familia, y después progresar al mismo ritmo que el resto del país. Ella estudió y empezó a trabajar durante unos años en una casa discográfica, hasta que se casó. No cuenta apenas nada de las estrellas rutilantes que pasaban por allí, probablemente porque no pasaban. A cambio, habla siempre del puro de Don Fulanito (no me acuerdo del nombre), y del olor tan característico que dejaba por toda la oficina. Eran unos tiempos en los que el olor a puro era un buen olor.
Conoció a mi padre en un autobús que los llevaba a los dos a Pedraza, porque ella veraneaba allí de siempre y mi padre había sido invitado por unos amigos. Discutieron por alguna tontería y cuando el autobús llegó a su destino, resulta que eran los mismos amigos los que habían ido a recogerles a los dos a la parada. Y hasta hoy, aunque mi padre nos dejó para siempre un 20 de mayo de 1990, después de una larguísima enfermedad a la que ella se entregó con toda su alma, y para la que sólo tuvo ojos, oidos, cabeza, tacto, cariño y que la dejó exhausta, y casi sin ganas de vivir.
Mis sobrinas gemelas la devolvieron a la vida, y a sus 55 años pudo disfrutar de nuevo de los bebés, y luego de los niños. Después de mis sobrinas vinieron otros 3 nietos, y los disfruta aun ahora en su adolescencia atontolinada. Mi madre siempre dice que, de haber tenido dinero, habría tenido 6 ó 7 hijos, y no sólo 3. Tres hijas a las que dice que quiere por igual y yo la creo, porque a una madre no se le debe llevar la contraria.
78 años que, como yo le dije por la mañana, son los nuevos 68. Tiene buena salud, a pesar de llevar dos operaciones serias de espalda, de que le falte un riñón, de un principio de Parkinson estabilizado y de unas cataratas que no acaban de quererle operar. Quizás es esto último lo que peor lleva, aunque eso lo dice ahora que le han quitado unos dolores de espalda que la tenían paralizada.
Quien me conoce sabe la devoción que siento por mi madre. Es una mujer que siempre nos ha dado libertad e independencia, que nos ha educado y al mismo tiempo nos ha dejado hacer lo que nos diera la gana, que tiene sentido del humor y una enorme paciencia, con una fortaleza y una determinación poco común. Como todas las madres de su época, ha luchado mucho (ella diría bregado) y ahora aspira a una vejez apacible y tranquila, que será larga si atendemos a los antecedentes familiares, con un poco de barullo diario en el que ver crecer, vivir y disfrutar a los que vienen detrás, que son esos a los que ella ha dado el origen.
Y yo también aspiro a que su vejez sea tranquila y apacible. Y que sea larga, muy, muy larga.
Seguro que tuvo un gran cumpleaños y seguro que le gusta lo que has escrito.
Felicidades a las dos.
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Jo, qué bonito. Muchas felicidades.
Me gusta que la gente que quiero celebre cosas bonitas en días que no me gustan, se me olvida lo feo de esos días…
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Qué bonito, Carmen. Muchas felicidades a las dos.
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Qué bonito. Feliz día para ella. Comparte quinta con mi madre aunque ella cuando nació, ya pilló la guerra civil empezada.
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Muchas felicidades! Qué post más bonito!
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Muchas felicidades!!! Con que en una discográfica, eh? … Sácale todas las historias que puedas y cuéntanoslas. Ya tardas.
Pues eso, mi felicitación -y admiración- para tu madre
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Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Le trasladaré vuestras felicitaciones, por supuesto.
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Como siempre, llegamos tarde… ¡¡¡Muchas felicidades a tu madre, por su cumple y por tener una magnífica hija como tu!
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Tú no llegas nunca tarde, querida. Muchas gracias.
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