George y Roberta viven juntos desde hace relativamente poco. Roberta tiene dos hijas de un anterior matrimonio, y abandonó a su marido porque se convirtió en aburrido, porque no la llenaba, porque no la excitaba, porque se dio cuenta de que no le quería.
Valerie trabajaba con Georges en un colegio, y cuando Roberta dejó a su marido, se fue a vivir con ella. Fue así como se conocieron Georges y Roberta. Al principio surgio la fascinación del uno por el otro. El la vio como alguien alegre, divertida, atractiva. Ella le vio a él como una persona bromista, fuerte, un hombre misterioso y reflexivo a veces, que quería dejar el colegio y dedicarse a la escultura en una granja que se acababa de comprar, tranquilo, dedicado a criar gallinas y a plantar verduras. Los dos tuvieron una primera impresión.
Decidieron irse a vivir juntos.
(Aviso: es una entrada en el Club de Lectura sobre uno de los relatos de Alice Munro de Las lunas de Júpiter y puede considerarse que contiene spoilers)
Abandonamos lo aburrido, y nos trasladamos a otro aburrimiento…
Un saludo.
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Más o menos 🙂
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