Miren esta foto de arriba. Es un sarao de tantos que salen en las revistas del cuore. Bueno, en este caso se trata de una gala en la que se recaudaron fondos para la investigación del SIDA, que es una causa muy honorable y que ha conseguido mucha notoriedad y dinero -que era lo que se pretendía – pero no es lo que me interesa ahora mismo resaltar. Digo que miren la foto. ¿No encuentran algo raro?
No, no me refiero a que la pareja de la derecha es un cañón y la de la izquierda es el agujero por donde sale la bala, y tampoco voy a hacer chistes con la corbata de Mr. Bosé, aunque podría especular con la enfermedad que tenía la serpiente antes de que mudara la piel. No. Lo que me llama la atención es la diferencia de temperatura que debe haber entre el centro del photocall y los extremos. Sólo así se explica que ellos no suden o que, alternativamente, la sonrisa de ellas no quede matizada por la piel de pollo que se te pone cuando tienes frío. Y es que siempre me ha intrigado que para la misma temperatura los hombres vayan con camisa de manga larga y chaqueta, y las mujeres con los brazos desnudos sin que a nadie le parezca incongruente. Y no sólo en los saraos de los famosos, en las películas o en las oficinas en verano. Para un acto muy vestido en pleno invierno, nosotras nos ponemos trajes de palabra de honor (aunque el honor transmute en heroicidad a partir de cierta edad) mientras que ellos llevan camiseta, camisa, corbata y chaqueta.
Yo sé que nosotras no pasamos demasiado frío, salvo el momentito de salir del coche, pero ¿y ellos? En fin, sólo me cabe deducir que los monos deben tener un pelo mucho más calentito que las monas. Y que la antropología podrá explicar el resto.
«aunque el honor transmute en heroicidad a partir de cierta edad» ¡¡Qué bueno!!
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Pero si es verdad. La edad saca de nosotras ciertos actos heroicos que no lograría ni el bombero más experimentado.
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Jeje, más liviano el tema…aunque para mí no creas. Es una cuestión harto difícil, a la edad se une en mi caso la comodidad. Prioridad máxima en mi vida desde que pude independizarme y dejar de sufrir los tacones de aguja desde los 4 años en la feria de Sevilla, insufribles, o los tirones de pelos para conseguir esos lindos y largos tirabuzones, insoportables…Eso claro entre otras cosas, y, siempre con el tierno amor reflejado en el rostro de mi madre cuando acababa el trabajo de arreglar a su hija. Uffff, pues sí, doble problema la comodidad o el no hábito desarrollado por ésta y la edad. Je, no son para mí este tipo de heroicidades!
Un beso
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A veces vestirse es un acto heroico. Pero ¿Y lo mona que vas?
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Cierto, es curioso. Aunque yo creía que comentarías, no solo la corbata, sino todo el conjunto de M. Bosé.
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Tentada estuve, pero no alcanzo a ver si lo que lleva por debajo del mandil son unos leggins (capaz es) o unos pantalones negros corrientes. Glub.
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ja ja Pues tienes toda la razón. Y nos agarramos a ese dicho de que «para presumir hay que sufrir» jaja Un beso
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Y tanto.
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Yo creo que las mujeres pasamos frío en todos los saraos pero nos aguantamos. Un beso.
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Yo desde luego, paso frío siempre, pero soy muy friolera. así es que es muy raro verme con los brazos desnudos.
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También está la parte contraria, cuando hay una boda o sarao en verano y nos recocemos por dentro…
Lo de que hombres y mujeres tenemos diferentes tolerancias térmicas lo tengo yo muy sabido…
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Yo estoy segurísima. Tenemos una tolerancia completamente distinta. Bueno, más que distinta, las mujeres tenemos más tolerancia, creo yo.
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Porque nos educan para sufrir. No hay más que ver los fines de semana a esas pobres adolescentes con minifaldas, tirantes, ombligos fuera a 0 grados por la calle, mientras ellos van con los plumas…Y que conste que todas lo hemos hecho.
Yo creo que no es una corbata, es un trozo del volante de una de las faldas que usaba para cantar lo de «Bandido» que ha cortado un trozo y se ha hecho un «chicho» 😛
Besazo
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No, Dolega. Nos «educan» para estar guapas. E incluso no nos educan, porque a mí mi madre no me enseñó a pintarme los ojos o a maquillarme. Bueno, ni a cocinar, dicho sea de paso. O sea, que nos educamos solas.
Yo no sé qué es eso que lleva al cuello, pero debe tener algún alucinógeno para mirarte al espejo y no reparar en ello.
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Con lo friolera que soy yo, ni loca, y mira que siempre lo pienso. En la tele es peor, si hace falta las ves en septiembre con cuello alto y americana y luego en diciembre con tirantes, eso no puede ser bueno te lo digo yo.
a veces cuando voy a alguna disco o algo las veo, con sus vestiditos de tirantes y llego yo con mi jersey dando la nota, pero es que no puedo.
Besos
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Yo también soy muy friolera, pero alguna vez hay que ser heroica!!
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La verdad es que eso que comentas de ellos es algo que reparé hace tiempo con las bodas, cuando vas de traje, nosotros, vas igual, en verano que en otoño o primavera, por suerte en invierno no he ido a ninguna boda, el tiempo es lo de menos, eso sí, cuando en una boda de esas de agosto, en Castilla por ejemplo, se hace de noche y piensas que es una suerte tener la americana para abrigarte un poquin y te requiere tu hermana o tu santa que saques tu vena de caballero y se la cedas porque iban demasiado fresquitas…
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