El abuelo fue picador

El abuelo fue picador, allá en la mina. Así empezaba una canción de Victor Manuel de finales de los años 60 muy bonita y llena de romanticismo. La vieja lucha del obrero de la primera mitad del siglo XX, que trabaja en condiciones extremas, que con sus manos extrae de la tierra la riqueza geológica, y que, fatigado vuelve a casa, donde su esposa le prepara una humilde sopa, porque un sueldo tan escaso no da para más. Es la imagen que tenemos del picador de la mina, enfermo de silicosis y desahuciado para la prosperidad, que envía a sus hijos a estudiar a la capital para que se labren un futuro mejor, lejos de la mina y lejos de la comarca, pobre, limitada y que tan sólo ofrece una vida llena de penurias, sinsabores y peligros.

El biznieto sigue siendo picador, y ahora corta la carretera que va a la capital para reivindicar sus derechos, que ya no son los mismos que los de su bisabuelo porque los años no pasan en balde para nadie. Los derechos del minero actual son los de alguien que vive de una subvención que le pagamos entre todos desde hace 30 años. Ahora lo que se reclama es un futuro para los hijos en el mismo pueblo, que para eso está enclavado en un verde valle rodeado de robustos montes, una especie de arcadia feliz leonesa o asturiana. Porque el oficio de minero sigue siendo muy, pero que muy perro, pero te llevas para casa un buen salario fijo, las máquinas evitan tener demasiada roña en las uñas y los horarios, gracias a los convenios colectivos, son muy llevaderos. Además, la jubilación llega pronto y en magníficas condiciones. El tataranieto, por tanto, será picador, aquí en la mina.

Los líos de la minería ya empezaron con Felipe González, y ahí siguen. Ahora, la bronca es porque les han recortado las subvenciones. No descarto que si reclaman que las ayudas europeas se vuelvan a prorrogar hasta 2018 no sea para que les llegue la prejubilación a quienes en los años 80 todavía mordían un chupete y que para esa fecha, y a poquito que se alargue, ya pasarán de la cuarentena. El carbón, una cosa muy poco ecológica, hoy sólo alimenta el 10% de la energía eléctrica que se consume en España y la producción ha bajado en los últimos 10 años un 70%. Las ayudas de papá Estado en todos estos años no han hecho sino anquilosar el sector y lo han ulcerado de tal forma que ya no sabe nadie cómo puede resolverse, porque ni se reconvierte, ni progresa, ni evoluciona, ni compite, ni nada. Treinta años perdidos allá en la mina, esperando no se sabe si a Godot o al Espíritu Santo.

Pero es la aristocracia obrera, señores, una imagen que ha pasado por los siglos del blanco y negro al color sin inmutarse y que exige la solidaridad incondicional. A un policía se le puede recortar el sueldo, igual que a un bombero, a un conductor de autobús o a uno del SAMUR, y se le puede poner a trabajar un 10% más de horas por el mismo jornal. Un taxista tendrá que dejar el taxi y ponerse de camarero, y un empleado de banca irse a la cola del paro a los 50 años o poner con la indemnización un puesto de chuches. Pero a un minero, que no necesita estudios ni un certificado de penales limpio para picar piedra, debemos comprenderle y defender su sueldo y su prejubilación, porque, a lo que se ve, 30 años no son suficientes para que comprendan que su trabajo no es útil, y que una subvención es lo mismo que una limosna.

Ya estamos tan perdidos que uno no sabe dónde está lo revolucionario y dónde lo conservador. Que Santa Bárbara nos ampare. Tralará.

18 pensamientos en “El abuelo fue picador

  1. Amén.
    No se puede explicar mejor.
    Además es cierto, yo recuerdo en la época de Felipe gonzález que ya se hablaba de la reconversión del sector y que se decía que las subvenciones eran para que los «viejos se jubilaran» pero parece que los «jóvenes» decidieron que un ratito más porfi.
    Saludos

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    • Porque no se reconvierte, no se hacen planes que luego se controlen, se sigan y sobre los que exijamos resultados concretos, sino que se riega con dinero público (y probablemente más del necesario), que no es de nadie.

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  2. Ha quedado clarísimo. Aunque no sea exactamente igual, me ha recordado al mileurista, aquel que hace unos años era un pobre desgraciado y ahora es la envidia de muchos.

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  3. Hay un ligero problema en lo que llamas subvenciones. Los mineros no reciben los llamados «fondos mineros», la reciben los Gobiernos, por ejemplo, del Principado y de Leon. En los tiempos de la PSOE, en vez de crear trabajo, ¿sabes a lo que dedico el dinero? A crear, por ejemplo, un polideportivo, y no precisamente para mineros. Esa lista de obras y fraudes varios con cargo a los fondos mineros es larga y conocida, y el problema esta en que los mineros o bien vieron poco o no vieron nada, y de aquellos polvos estos lodos. El sector esta como esta, que es mal, y el carbon sera poco rentable de extraer, pero defendamos al trabajador. Quizas los modos no sean los mejores, pero no prolongemos esas farsas sobre la subvencion y la prejubilacion y el minero que no da el palo al agua.

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    • He vuelto a leer mi post y no veo dónde digo que no pegan palo al agua. Sí digo que sus condiciones laborales son tan buenas o incluso mejores que las de cualquier otro trabajador. A mi modo de ver, el uso político de ellos como clase trabajadora especialmente obrera y especialmente oprimida creo que está fuera de lugar y de tiempo.

      Dices que el sector es poco rentable y hay que defender al trabajador. Bien. Defendamos al trabajador, pero también al que lleva corbata en la empresa privada y que, si ésta no es rentable, se va a la calle y tiene que espabilarse. Te aseguro que ese no tiene 30 años de «subvenciones» para ir pensando a ver qué hacemos, sino que le queda el simple seguro del paro. Pero no he visto a ningún político ni sindicalista llorar por ellos.

      Sobre el destino y gestión de las subvenciones, a la vista está que no han servido, y que las cifras se han inflado y se ha ido mucho dinero por el sumidero de la mangancia. Sin embargo, no recuerdo las manifestaciones de mineros ni el grito en el cielo de sindicatos y partidos políticos para protestar contra la construcción de polideportivos. Es posible que las hayan hecho, pero yo no las recuerdo. Y estamos, como tu dices, en el mismo punto de partida, pero habiendo perdido el tiempo y el dinero. Mi reproche es que tal vez, sólo tal vez, podrían haber hecho algo ellos para cambiar su situación individualmente, como hace la gente que no recibe ninguna subvención (ni directa, ni indirectamente).

      Muchas gracias por tu comentario. Bienvenido.

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  4. Este es un país que no puede hacer las cosas peor. Se subvencionan a estos señores, a la energía eólica, a la solar, al gas… a todo. Hay carbón mucho más barato que se puede importar y que reduciría la factura eléctrica, pero estamos además obligados a comprar ese carbón caro y de mala calidad…

    Así nos va, es que no podría ser de otra manera, aunque duele ver nuestras miserias al aire.

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    • Se subvenciona porque sobra el dinero. En la época de vacas gordas y de crecimiento, se siguieron subiendo los impuestos y las tasas, y aumentando el gasto y la deuda. El dinero se lo ganan a golpe de BOE, y se malgasta.

      Yo entiendo la subvención y las ayudas, siempre y cuando se exijan resultados. Para mí debe ser una inversión con un retorno, en desarrollo, en mejora de la sociedad o en dinero. Pero a la facilidad para obtener el dinero se une la falta de control y que el responsable cambia cada cuatro años (como mucho). Una pena, pero así es.

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  5. Sí señora, así son las cosas y lo demás son martingalas. Los suscribo sin quitar una coma. (Bueno, alguna coma quitaría que ya sabes que no soy muy partidaria 😉 )

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    • ¡Pero si tengo mucho cuidado con las comas desde aquel debate descarnado en el que tenía a todo el mundo en contra! Es más, es lo único que repaso de los post. 😉

      Gracias por tu comentario, T.

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  6. Vamos a ver: si una empresa es rentable se le saca rendimiento y si no, se vende ó se cierra ó a la puta calle. Yo no tengo porqué subvencionizar a estos «vividores» y menos viendo sus conductas. El mundo está ahí fuera y tú decides lo que quieres, luego no me vengas conque la vida ha sido difcícil y tu salud se ha resentido, haberlo pensado antes listo.

    Cuando veo imagenes de estas personas (mineros, astilleros, etc) lo único que pienso es que dónde están esos policias que los metan en vereda y nada de que «pobrecillos y qué va a ser de sus vidas»…. pues igual que la de todos los demás: ó te buscas las habichuelas ó aquí no vengas con tonterias.

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  7. Jolín, si que me puse anoche sulfurosa si… Yo creo que me contagié de su forma de actuar porque siempre me pregunto viendo la televisión que quién les ha dado «derecho de pernada» para hacer lo que quieren y sin consecuencias. En fín, que arrastramos muchos complejos y hay quien se aprovecha de ellos y quien no.

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    • Bueno, los sulfuros son normales cuando se ven ciertas imágenes. Pero a mí me indigna mucho más la manipulación política y las declaraciones de los «líderes» sindicales. A estas alturas, no vamos a asustarnos por una cara tapada por un pañuelo…

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    • Sí, una idea parecida a esa se la he oído yo a Joaquín Almunia uno de estos días… Claro que él la justificaba por el desmadre de sus dirigentes, políticos y sindicalistas, no por los desmanes de sus empleados de oficina ni porque el sector bancario sea inútil, caro o poco eficiente. Por fortuna ya lo han arreglado y han puesto a profesionales, así es que no hará falta que despidan a los trabajadores.

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