Supongamos que es verdad. Supongamos que la historia es tal y como la cuenta la izquierda abertzale, y que los pobrecitos vascos y navarros no tienen estado porque se lo quitaron hace 500 años España y Francia. Supongamos que es verdad que los castellano-aragoneses entramos a sangre y fuego en Navarra, y desde hace 500 años les hemos oprimido terriblemente. Supongamos que es verdad que, hace 500 años, los vascos no integraban las tropas castellano-aragonesas lealmente. Supongamos que es verdad lo que pone aquí.
Bueno. ¿Y?
Con conquista feroz y todo, hoy, el País Vasco es la región con mayor renta per cápita de España, (un 91% más que Extremadura) y Navarra es la 3ª. El País Vasco es la región con menor índice de paro, y Navarra la 2ª. En Esperanza de vida, Navarra ocupa el 2º puesto y el País Vasco el 6º. La región con menor tasa de pobreza en España es el País Vasco. ¿Saben cuál es la segunda? Navarra. En cuanto a índice de Bienestar, la 1ª es el País Vasco y la 2ª, Navarra. Y no sigo mirando cositas. Por supuesto que las estadísticas de Eurostat y del INE pueden mentir, pero tampoco nos extrañemos: dos de las mejores universidades españolas están en Bilbao y Navarra y 3 de las 35 empresas del Ibex (que yo sepa) tienen su sede social en el País Vasco, lo que no deja de ser casi un 10% para una región con el 4% de la población española. Si tuvieran su propia bolsa (Vascoex 35), serían el 100% de las empresas, esto también es verdad. Cuánto expolio.
Naturalmente, su gran desarrollo es debido a la probidad, esfuerzo, inteligencia y hasta galanura de vascos y vascas, esa raza oprimida. Pero resulta que el apellido más corriente por allí arriba es García (25%), luego Fernández (19%), luego González (18%) y luego Rodríguez (14%). Eso es por la conquista, no hay duda. Los navarros, sin embargo, han sido colonizados, además de por Garcías, por Martínez y Pérez. Si es que no se les puede tener tan conquistados, cuánta opresión…
Si no fuera por todos los muertos que no llevan en su conciencia, estas sandeces de infames Goebbels con trasquilones serían muy divertidas. Me da a mí, aunque esto es sólo una interpretación, que como este año celebramos el aniversario de la Constitución de Cádiz, la izquierda abertzale se ha cogido un ataque de cuernos sólo de pensar que, por un día, no iban a ser los protas. Y se han encontrado con el año 1512. Hasta para eso tienen suerte, estos cabrones…
No solo es cosa de vascos…Interesante texto de Aturo Perez-Reverte
A pesar de la manipulación histórica de tantos timadores y mangantes…
Que sí, hombre, que ya era hora, que en toda esta lista de ‘los más vendidos’, en este concurso inaudito de ignorancia, manipulación y mala fe a la hora de reinventar la Historia, uno está hasta la línea de flotación de oír siempre a los mismos, como si el resto hubiera oficiado de comparsas en la murga.
Y hete aquí por fin que alguien reacciona como es debido, y dice venga ya, y decide que ya es hora de poner en su sitio a unos cuantos timadores y mangantes, de esos que les pagan pesebres a sus historiadores de plantilla para que descosan y vuelvan a coser la historia a medida, y luego la meten en los libros de texto y se montan unas películas que ya las hubiera querido Samuel Bronston.
Eso mientras los que saben se callan, porque son unos mierdecillas, unos ‘vendidos’, o por el qué dirán, o porque les interesa. Y de ese modo terminamos viviendo en una España virtual, que no la conoce ni la madre que la parió.
Así que olé los huevos de Aragón, o de quien decidiera montar la exposición Aragón, reino y corona. En toda esa mentecatez de la que hablaba antes -ahora resulta que existió un imperio catalán que hasta hace cuatro días pasó inexplicablemente inadvertido a los historiadores, o que los irreductibles vascos nunca se mezclaron en las empresas militares ni comerciales españolas- Aragón había estado mucho tiempo callado, pese a tener muchas cosas que decir, o que matizar, desde aquel lejano siglo onceno en que Ramiro I, contemporáneo del Cid, sentaba las bases de un reino que abarcaría Aragón, Valencia, las Mallorcas, Barcelona, Sicilia, Cerdeña, Nápoles, Atenas, Neopatria, el Rosellón y la Cerdaña, y terminó formando la actual España en 1469, gracias al enlace entre su rey Fernando II de Aragón e Isabel, reina de Castilla.
Ése es el hecho cierto, y no lo cambian ni el mucho morro ni el reescribir la Historia; incluido el manejo exclusivista y fraudulento de las famosas barras que eran Senyal real no de un reino o territorio, sino de una familia o casa reinante que, como matizó Pedro IV en el siglo XIV, tiene Aragón como título y nombre principal. Casa reinante que absorbió a la casa de Barcelona, extinguida en 1150 por mutua conveniencia y deseo del titular de esta última, el conde Ramón Berenguer; que al casarse con Petronila, hija de Ramiro el Monje, rey de Aragón, adquirió como propio un linaje superior, pero renunciando al suyo, no titulándose más que princeps junto a su esposa regina; de modo que el hijo de ambos, ya con Barcelona incorporada a la corona, se tituló rey de Aragón, y nunca de Cataluña.
Por suerte no todos los archivos han caído en manos de quien yo me sé -tiemblo al pensar qué será de ellos-, y aún quedan documentos donde comprobar lo evidente. Que por cierto, en cuanto a la propiedad histórica de las famosas barras, no está de más recordar que en 1285 la crónica de Bernard Deslot precisaba aquello de: «No pienso que galera o bajel o barco alguno intente navegar por el mar sin salvoconducto del rey de Aragón, sino que tampoco creo que pez alguno pueda surcar las aguas marinas si no lleva en su cola un escudo con la enseña del rey de Aragón.
Así que cómo me alegro, oigan, de que aquel digno y viejo Aragón olvidado, marginado, asfixiado por la perra política de este perro país, aún sea capaz de decir aquí estoy, desmintiendo a tanto oportunista y a tanto manipulador y a tanto mercachifle.
Recordando que existió una corona aragonesa que constituyó el imperio más extenso del Occidente medieval, donde, bajo su nombre y sus barras, Aragón, Cataluña y Valencia compartieron aventuras, comercio, guerras e historia,enriquecieron sangres y lenguas con el latín, el catalán y el castellano, cartografiaron el mundo, construyeron naves, pasearon mercenarios almogávares y dominaron territorios que luego aportaron a lo que ahora llamamos España, con la manifestación de los fueros y libertades propios en aquella fórmula tremenda, maravillosa y solemne: el si non, non heredado de los antiguos godos, mediante el cual los nobles aragoneses -que somos tanto como vos, y juntos más que vos-, acataban la autoridad del rey de tú a tú, reconociéndolo sólo como el principal entre los iguales.
Por eso son buenas estas iniciativas y estas exposiciones y estas cosas. Son muy buenas, incluso higiénicas; y me sorprende que, como antídoto contra la manipulación y la desmemoria que están convirtiendo este lugar llamado España en una piltrafa y en una casa de putas insolidaria y estulta, no se les dediquen más esfuerzos, ocasiones y dinero. Por ejemplo, el que se ha utilizado en la imprescindible urgencia de sustituir La Coruña por A Coruña en los rótulos de las carreteras y auto-vías de toda España. Incluida, supongo, la N-340 a la altura de Chiclana.
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Vaya, Carlos, pues muchas gracias por la lección, que complementa estupendamente la entrada.
Lo que yo quiero decir es que, para desmontar a estos mequetrefes, no hace falta insistir con la verdad, ni rebatirles con sus argumentos, que son mentiras como las de Goebbels. Es incontestable que no les ha ido nada mal, así es que deberían dar por buena la conquista ¿no? Porque ser mejor que el primero en renta per cápita no es posible. Hay que recordar más que vascos y navarros hoy viven estupendamente. No tienen nada que agradecernos, pero que no nos quieran obligar, además, a pedir perdón.
Y tienes mucha razón: el imperio catalán es una invención. Era el Reino de Aragón, pero me temo que os han robado por la mano.
Sobre el papel de historiadores e intelectuales en general, mejor correr un tupido velo.
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