Por razones de trabajo, he tenido que viajar en varias ocasiones a Casablanca. «Casa«, como le llaman los franceses. Si tú te sitúas en la Corniche, un suponer, y le haces a un paisano algún comentario sobre «la mer«, el paisano te mira muy serio y te dice «Ça, ce n’est pas la mer. C’EST L’OCÉAN!«. «Océano» es una palabra que inspira mayor grandiosidad que «mar». También un mayor misterio. Más profundidad. Mayor lejanía, incluso. Ah, l’océan, l’océan, oh, l’océan, quelle grandeur, quel mystère, quelle profondeur, quelle «leyaní», ah, l’océan… Empiezo así para ponerme muy cursi y meterme en ambiente.
Leo ayer en el periódico el siguiente titular: «CC pone su precio: que Canarias tenga aguas territoriales propias«. El precio es la contraprestación para apoyar los supuestos previos del Plan A, o sea, estos presupuestos del demonio.
Estupefacta me pregunto: Bueno ¿Y para qué quieren eso, los canarios?.
Después de mucho pensar – naturalmente en el periódico no dan razón – llego a una conclusión a la altura de la tontería. Me digo: ¡Ya está! Es para promover el diálogo entre la cultura guanche y la goda. Porque si tú te sitúas en la Playa de las Alcaravaneras, un suponer, y le haces a un paisano algún comentario sobre «el océano», el paisano no se quitará la chola y te dará una cuerada, sino que dialogará contigo para decirte: «No, muyayo, eso ehel mar canarión, el oséano ehlo que se ve dehde Casablanca ¿no lo sabeh, mi amol?»«.
Muy práctico. La mère… Y el père, y el fils…
PS: Alejandro, si me lees, ¡no te me enfades!

Aquí no cabe un tonto más, Carmen. Estamos llegando a la apoteosis de la majadería, la estupidez y la banalidad. Sin paliativos y sin disculpas.
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Yo hubiera creído que no cabe un tonto más, pero viendo que también los canarios se ponen a tono, ya me espero a los madrileños reivindicando su pedacito de cielo.
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Pues para abundar en las estupideces, te cuento, por si no lo has leído, que le hemos dado la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, ¡Nada menos! al ministro marroquí que dirigió la invasión. No sólo no cabe un tonto más sino que los que hay se superan todas las mañanas.
Quiero creer que los madrileños, por aquello de ‘ser el rompeolas de todas las Españas’, que se decía antes, no somos tan catetos.
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La invasión e Perejil, he querido escribir. Que mi cabeza va más deprisa que mis dedos en el teclado.
😉
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Sí, lo he oído. Y con las orejas una no puede hacer como los ojos: cerrarlos para no oir… Creo que es el mismo gorrino que dirigió la afrenta a las mujeres policías este verano ¿no?. Y sobre los madrileños, yo solo digo que al tiempo.
Por lo visto esta historia de los canarios tiene su «aquel». Parece ser que si se considera a las islas como un país (archipelágico), entonces las aguas jurisdiccionales son mayores, y el interés está en algo de petroleo escondido (más temas de tasas y fletes). Solo digo que Marruecos estará deseando la consideración de Canarias como «una nación archipelágica» para dar un saltito en bote, con mujeres y niños en formación de «Marcha Azul». Y CC (en coalición con el PP seguramente) llamará entonces a la legión pero como no manden a la cabra… En fin, esto no pasará porque tienen que mediar organismos internacionales, y por ahí fuera la gente es seria. Digo yo…
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Estoy escuchando al antiguo ministro de justicia en la radio y debo ser muy tonto porque no entiendo nada. Ha dicho el pollo que los de Coalición Canaria son unos sinvergüenzas que llevan no se cuantos años malgobernando Canarias con el PP y que poco menos que venden a su madre por dos duros; y yo me lo creo, pero entonces no entiendo que hace su jefe Zapatero negociando los presupuestos con ellos.
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T: No sabía que fueses madrileña, estaba convencido de que eras cazurrina y de las que lo llevaban a gala. Para mí que escribir tanto discurso en clave madrileña te tiene un poquitín disociada.
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Soy de León y lo llevo muy a gala, claro que sí. Pero llevo muchos años viviendo en Madrid y también me considero un poco del ‘foro’. Es lo que tiene este pueblo, que aquí no te preguntan de donde viene. No es cuestión de discuros Eca.
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Mañana hablo de fútbol. O de Curra, que vuelve de viaje. Ya veré.
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¿Con el chaparrón que ha caído esta mañana vas a hablar de futbol? El viaje de Curra me parece más interesante, eso sí.
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Bueno, pues hablaré del viaje de Curra. Pero cuando vuelva, que mira qué hora es y aquí estoy esperándola…
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