– ¿No te habrás olvidado de mí?
– ¿Olvidarme de ti? Ni aunque el mundo se detuviera en este instante me olvidaría de ti, porque mi vida entera gira ahora mismo a tu alrededor…
No puedo evitar que el corazón me dé un brinco cuando me dicen cosas así, aunque no signifiquen nada desde un punto de vista cosmológico y según las últimas teorías del Universo en expansión.
– … los reflejos no acaban de cogerte, te falta el baño de brillo y además tengo que capearte un poco. Después querrás que te dé un golpe de secador y me tengo que ir a las 7 a recoger a mi hija. ¡Y son las 6 y cuarto!
Y el corazón vuelve a su caja torácica después del brinco, siguiendo perrunamente las Leyes de Newton y olvidándose del Universo en expansión.

Comprendido. ¿Y al final los reflejos te cogieron o no?
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🙂
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