Esta es la tercera vez que Zidane se despide del Real Madrid. Y yo, por tercera vez, lo siento. Sin embargo, lo que él haga contará con mi respeto y no quitará de mi corazón ni un pedacito de agradecimiento. Zidane tiene mi devoción.
He oído alguna que otra tontería sobre su marcha, pero yo tengo para mí que Zidane se ha ido por respeto. Él conoce el club, su historia, su filosofía, su forma de estar en el mundo, y comprende que, en un sitio en el que se despide a entrenadores después de ganar una copa de Europa, lo que procede después de una temporada sin títulos es irse. El Madrid hubiera aceptado que se quedara, pero… si Real Madrid no se lo permite a otros, ¿cómo esperar que Zidane se lo permita a sí mismo? Es el respeto a un club, a una historia, pero también (y sobre todo) Zidane ha demostrado respeto a sí mismo y a su prestigio. A su palabra. A su trayectoria. A su manera de hacer las cosas. ¿Que estaba cansado? Pues posiblemente también, que entrenar al Madrid es mucho tute.
Cinco años ha estado de entrenador y ha ganado dos ligas, tres copas de Europa y otros trofeos, como copas del mundo de clubes y supercopas, cosas así. Vino en 2019 a sustituir al lánguido de Lopetegui, apostando su prestigio a un equipo agotado de tanta gravedad, y con todo ganó algo ese año y luego, en el 20, ganó la liga de la pandemia, una liga triste que el madridismo no celebró (en estos días, por cierto, he oído a alguno llamarnos amargados por ello, la verdad es que hay gente peculiar). Este año, con todas las lesiones y enfermedades en contra, Zidane ha llegado a semifinales de Copa de Europa y ha luchado la liga hasta el último segundo. No hablaré de arbitrajes, porque me parece de pobres, pero sí que haré un poco de fútbol ficción: yo creo que si el segundo gol al Villareal en el último partido, el de la presión total, lo hubiéramos marcado diez minutos antes, entonces habríamos ganado la liga. Pero al fin nada se ha ganado y Zidane entiende mejor que nadie que no puede seguir. Sea, tal vez es así mejor para todos: no vale la pena arriesgar un mito que quizá quiera (o deba) volver algún día.
Ningún equipo compite como el Real Madrid, ni para bien, ni para mal. Oí decir a Valdano, ese alacrán, que la temporada del Madrid este año había sido mejor que la del Barcelona, a pesar de que éstos se llevaron la Copa del Rey, y yo estoy de acuerdo. La copa del Rey como único palmarés de la temporada no nos sirve y, por lo que se ve, al Barça ya tampoco. A estas cosas se las conoce como exigencia, y yo comprendo que en un mundo de mediocres en los que se valora igual intentarlo que conseguirlo, todo esto que digo puede parecer extraterrestre. Lo siento, cambien de club y consideren el infinito.
Ahora vendrá otro entrenador y tendremos que exigirle lo mismo que a Zidane. He visto por ahí a un italiano con pinta de CEO de empresa familiar y a otro italiano con cara de finalista de la OTI. Hay otro que por fortuna ya no va al campo en chandal y se oye hablar de otra leyenda madridista. Si me preguntan, yo pediría a alguien de confianza, más que nada para meterme con él sin tener que aprenderme cómo se escribe su nombre, aunque para eso tendré que esperar a que se me pase el disgusto.
En fin, gracias, Zidane. Esa mirada.
Zidane merece respeto y agradecimiento. Gracias, Zidane.
Me gustaMe gusta
Yo nunca acabé de entender bien sus alineaciones, no creas. Pero ahí está el palmarés, eso es indudable
Me gustaMe gusta
Sí, yo más que las alineaciones no acababa de entender muchos cambios, pero ahí están los resultados…
Me gustaMe gusta