A Courtois le tiraron ayer ratas de peluche en el Wanda cuando salió a defender la portería del Real Madrid. Me cuesta mucho imaginar qué tiene en la cabeza alguien que entra en Amazón o en un chino, se gasta diez euros en una rata de peluche y luego va cargada con ella para tirársela en el campo a un jugador profesional. Me parece más explicable la reacción del chalado que, en un arrebato de ira porque va perdiendo su equipo, tira las llaves del coche al campo. Eso es una ida de olla sin más recorrido que reírte mucho del pobre idiota, que demuestra ser un burro por partida doble y que además se irá andando a casa. Claro que, después de haber visto lo del noucamp, cuando le tiraron una cabeza de cochinillo a Figo, ya una se espera cualquier cosa de según qué aficiones.
Courtois ahora es del Madrid, sí, y es un porterazo que ya me gustaba mucho cuando estaba en el Atleti, y lo tengo por ahí escrito. Me gusta mucho como portero y además su figura, tan gaullista, tan desgarbada, tan adusta, me resulta extrañamente estética. Keylor es más mullido y más compacto, y también más adorable, como más achuchable, aunque puede que el acento tico le ayude. Courtois no es nada achuchable: una temería clavarse algún hueso en el abrazo. En todo caso, Courtois es un profesional interesado en vivir en Madrid, y para mí tengo que si no lo hubiera contratado el Real, y dado que el Atleti, ante la disyuntiva, prefirió contratar los servicios de un mantero con peluches, habría acabado en el Rayo, el Leganés o el Getafe, por ese orden. Así es que besarse el escudo, por su parte, sería una falta evidente de courtoisie.
Algo parecido le ha pasado a Morata, que quería vivir en Madrid como fuera. Harto de penar en una ciudad en la que llueve mucho, anochece pronto y hablan raro, como Courtois, o sea, el hombre quería venirse a Madrid con su familia y sus amigos, a disfrutar de una ciudad que está un poco loca, pero que es un lugar estupendo para vivir. Comprensible. Y ha tenido la suerte de que le aceptaran en el Atleti, que es un club de posibles, pero para mí que, igual que Courtois, con tal de no seguir en Londres habría acabado en el Rayo, en el Leganés o en el Getafe, por ese orden.
Yo no sé qué recibimiento le hará el Bernabéu a Morata el día que venga con la camiseta colchonera, aunque viendo los antecedentes, capaz es el Bernis de aplaudirle. Lo que es seguro es que no le tirarán peluches, ni siquiera porque guarde esa imagen de chico sensible y formal amante de las abuelitas, que no me parece en absoluto impostada. Otra cosa es su repentina epifanía de atletiquez, aunque más bien parece un recurso para evitar que le tiren algo peor que un peluche en el Wanda. Se ve que el chaval conoce el paño, que para eso es nacido en la capital.
Hombre, yo entiendo que los forofos de todos los equipos prefieran cerrar los ojos ante esos espectáculos de amor eterno a los colores (con efecto retroactivo), aunque el caso de Morata es un riesgo mayúsculo para un atlético: la ensoñación les puede llevar a recordar que la Décima se ganó con Morata estorbando a los defensas atléticos cuando aquel cabezazo de Ramos. Un gol histórico del Madrid al Atleti con Courtois de portero, by the way.
Pero pelillos a la mar. En fútbol hoy es hoy e importa para el título de este año. Morata ya nos cascó un gol de eliminación en Champions con la Juventus y, como buen profesional, ha demostrado ayer que trae la escopeta preparada para amargarnos la fiesta en el futuro, si el Var no lo remedia (y yo no me fiaría mucho). Ante una eventual repetición de final de Copa de Europa con los mismos actores, yo invertiría en ratas de peluche: conociendo el escenario, el retorno de la inversión está garantizado.
¡Hala Madrid!
Me gusta coutois, Morata poquico. Yo creo que los diez euros de la rata es el paradigma del fútbol moderno. Controversias vacías para que nos dejemos diez euros en la tienda.
Besicos
Atleeeeeeetico.
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Yo creo que hemos salido ganando. Ya veremos.
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A mí me gustan las ratas de peluche. Yo tengo una de ikea. Si alguna vez me tiraran ratas de peluche sería una sensación contradictoria para mí. Pero alguna me llevaría a casa seguro.
Menudas ocurrencias…
A Morata que le vaya muy bien.
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