Que sepan ustedes que les iba a poner una cancioncilla, para cubrir el lunes. Bueno, y también para volver a coger la mano al blog, que me está quedando un mes de abril como con eco, con cuatro solitarias entradas en el mes. Voy batiendo mis propios records.
Dudaba si poner a Frank Sinatra, con el Fly me to the moon o largarles algún trozo de ópera, pero he decidido que no. Mejor busquen ustedes entre su música preferida y sírvanse, que para eso son libres y además tienen su propio gusto.
No vayan a pensar que me faltan asuntos por comentar. Se me ocurren cinco o seis a lo largo del día, pero luego los voy olvidando. Son temas cotidianos, del tipo «qué mala suerte vivir con una verruga en medio de la frente», o «los idiomas son una frontera infranqueable» (con la derivada de «los franceses tienen enormes dificultades para entender que haya personas en el mundo que hablen otras lenguas, incluso si se lo dices en francés»), o «las mechas californianas son una mala idea», o «la semiótica del seguimiento de un proyecto puede llegar a ser un tremendo foco de conflictos». Y es que llevo cerca de tres semanas que no leo un periódico, ni apenas oigo la radio o veo la tele. Mejor para mí: vivo más tranquila; y peor para mí: estoy fuerísima de todo.
Voy a ver si en mayo me reconduzco y escribo un poco más. Escribir es una gimnasia estupenda. Y anotar lo que se te va ocurriendo es una idea buenísima. Y acordarte de dónde lo has apuntado ya es como jugar al poker y ganar… A ver si me reconduzco. A ver, a ver.
¿Ven como al final no ha hecho falta que ponga una cancioncilla?
jajajajaaja, me pasa igual, al final cuando me siento a escribir he olvidado los puntos a tocar!! Esto te quedo fenomenal!
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Yo llevo una libreta encima. Un beso.
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