22/11/63, de Stephen King

Yo pensaba que después del inquietante Joyland no iba a atreverme más con Stephen King. Ya he dicho en alguna ocasión que a mí las novelas de miedo me dan miedo, y no disfruto mucho con eso, aunque sepa que es ficción, que es un libro, y todo lo demás. Sin embargo, una buena amiga me insistió en que leyera éste, y ustedes no se pueden hacer una idea cabal de lo que es esta mujer cuando se pone insistente. Me dije que o leía el dichoso libro o me vería abocada a inspirar un nuevo éxito de ventas del autor, así es que se lo pedí prestado y aquí estoy porque he leído.

El argumento, como el libro, es de sobra conocido: un tipo que es dueño de una hamburguesería descubre, por casualidad, un agujero de gusano (creo que ése es el nombre técnico) que le permite viajar en el tiempo, y más concretamente a septiembre de 1958. Así es que, como pilla más o menos cerca, decide evitar el asesinato de J.F. Kennedy, sucedido en noviembre de 1963. Sin embargo, no lo consigue y, enfermo, le revela el secreto del agujero del tiempo a su amigo Jake Epping y le convence para que lo intente él. No cuento más aunque estoy segura que en cualquier contraportada del libro lo destripan mucho más que yo.

El libro se me ha hecho un poco de bola en algún momento, pongamos en unas 100 páginas. Tengan en cuenta que el viajero tiene que vivir 5 años, así es que no todo el rato va a tener una vida trepidante. Pero las 700 y pico restantes me han parecido formidables, muy de pillarte mucho. Leí la mayor parte estando de viaje y es muy de que no te importe volver al hotel para seguir leyendo, muy de decir qué bien este viaje en tren de cuatro horas o de pensar vaya, me tengo que ir a duchar o no puedo más con el sueño que tengo.

El libro refleja de maravilla lo que debería ser la América de los primeros 60, el choque social y cultural de un individuo que llega de hoy en día, las costumbres de entonces y las diferencias en el lenguaje y el modo de vida. También, las paradojas del viaje en el tiempo, las reglas del juego que el protagonista debe respetar, las dudas, las terribles dudas sobre lo que implicará cambiar un acontecimiento concreto del pasado. Y luego que es una intriga muy bien llevada, porque sabemos lo que pasó y cómo es el mundo después de lo que pasó. El resto, es una incógnita por desvelar.

Así es que muy bien por la recomendación, que agradezco, claro. Me alegro de haber cedido a la insistencia, aunque en realidad, como les decía más arriba, es algo que no tenía remedio y que era difícil de evitar. Como el asesinato de Kennedy, más o menos.

Léanlo, que les gustará.

 

4 pensamientos en “22/11/63, de Stephen King

  1. Creo que ya te comenté con otro de Stephen King, y me repetiré seguro, es uno de mis autores favoritos, creo que independientemente de que su género sea el terror, es un muy buen escritor, único para recrear atmósferas y ambientes y hacértelas vivir, y eso sin que a mí me guste el terror, que lo único que leo es de él.
    Éste no lo he leído, ultimamente no leo, y así me va, otro pendiente, los voy apuntando en una libretilla y me da ansiedad mirarla.
    Besos

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  2. Me alegro de que te haya gustado. Yo todavía no le he perdonado que me partiera el corazón. Y lo que es peor, que lo ves venir casi todo el rato y te duele más todavía cuando te lo aplasta.

    Es uno de mis libros favoritos del tito Stephen. En unos meses empezaré a darte la murga con otro, que tampoco será de miedo.

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