Tratar de tomarse unas galletas en la intimidad en mi casa es imposible.
Lo he narrado en vivo y en directo:
Quiero esa galleta, me dice. pic.twitter.com/5L0B9N2QZQ
— Carmen Jimenez (@C_Jimenez10) March 22, 2014
Galleta concedida. pic.twitter.com/Btw2802oll
— Carmen Jimenez (@C_Jimenez10) March 22, 2014
¿Otra galleta? Eres insaciable! pic.twitter.com/jm3AwuwLrq
— Carmen Jimenez (@C_Jimenez10) March 22, 2014
Sí, se acabaron las galletas. ¡Y no me mires así, que me sabe mal! pic.twitter.com/0DpJLiuz4Z
— Carmen Jimenez (@C_Jimenez10) March 22, 2014

¡Qué amor! Comprendo que tu blog esté dedicado a Curra.
La gran ventaja de los perros come-galletas es que no empiezan con «no sé si me conviene, ya viene el verano y tendría que frenarme».
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A esta le da igual el verano, y el otoño, y la primavera y todo.
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Debe hacer calorcito en Madrid. Se intuye un brazo descubierto en la primera de las fotos. 😉
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En mi casa suele hacer calor, sí.
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Curra: Deberá Vd. darnos clases a algunas…
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No creo…
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