Con lo fácil que es poner una gran «C» de cerrar, y una gran «A» de abrir.
Claro que hay cosas peores, como son los carteles para distinguir los servicio de señoras y caballeros en algunos restaurantes. Claro que en esos casos siempre uno puede distraerse con la creatividad. Y si te equivocas, lo más que te puede pasar es encontrarte con un señor en posición de firmes, y a estas alturas de la vida ni te vas a asustar tú ni se va a asustar él. O como me pasó a mí hace un par de días, que me encontré con un chico lavándose las manos en el baño de señoras y cuando se disculpó le dije que terminara, que lo que hacía era muy saludable, y que además yo tampoco tenía muy claro qué puerta me correspondía. Y cuando me dio las gracias por mi comprensión le quité importancia: en esa fase última de la operación de alivio, no tiene por qué darlas.
Pero en el caso de los ascensores, esos signos de cierre y apertura de puertas son imperdonables. Yo tengo que pensar siempre cuál debo apretar para que se cierren y cuál para que se abran. Nada, no hay manera, no logro aprendérmelo. El resultado es que ves a alguien correr hacia el ascensor, tratas de abrir la puerta, te confundes y ya sólo te queda decir ¡Perdoneeeee, lo sientoooo!, mientras el ascensor se aleja sin remedio por el hueco. Y tú entonces esperas dos cosas: que el que has dejado en tierra te oiga y que no tuviera prisa.
Claro que en vez de intentar acertar con el botón siempre puedes poner la mano entre las puertas, pero yo eso no lo hago, me da miedo. Sí, sí, ya sé lo que me van a decir: los ascensores están preparados. ¡Y una porra! Una tía mía tenía una perra, Tita, que se pilló el rabo con la puerta de un ascensor y se lo tuvieron que cortar. Yo no tengo rabo pero vivo fenomenal con dos manos como para andarme con tonterías. También hay quien mete el pie, y la pierna en contorsión karateka, pero vds ya me conocen un poco y les parecerá evidente que hacer eso no se me ha pasado nunca por la mente. Qué horror. Aparte de que lo civilizado es apretar el botón, es una cuestión de principios elementales. Eso sí, si además de civilizado vd quiere pasar por elegante, entonces deberá apretar el botón que corresponde sabiendo cuál es el botón que corresponde porque, si no, ese gesto de indecisión con ayayayayay incluido acaba con cualquier rasgo de elegancia que le quiera poner una a la civilización.
Con lo fácil que sería poner una gran «C» o una gran «A».
Pues yo no entiendo que te puedas confundir. Las flechas son de lo más intuitivas: siguen el mismo recorrido que las puertas del ascensor. Si van hacia afuera, se abrirán. Si lo hacen hacia adentro, se cerrarán, ¿no?
Lo de sacar la mano lo he hecho en alguna ocasión (el pie nunca), cuando no hay botón. Y coincido contigo en que no es elegante. Ahora bien, llegado el caso, cuando te equivocas de botón y cierras es mejor permanecer callado. Que sea el otro el que se quede con la duda de si le has cerrado la puerta en las narices o te has equivocado.
En cuanto al perro y su rabo … Lo dejo aquí
Ah, por cierto, gran entrada
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En el de cierre, la parte ancha está hacia fuera, o sea, que va de lo más cerrado a lo más abierto desde la rayita. Y viceversa. Desde el centro de la puerta, se va cerrando el símbolo hacia afuera.
¡¡ES UN LIO!!
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Creo que las nuevas normas han prohibido los de cerrar, así que sólo tienes que esperar a renovar el ascensor 😉
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Yo también me hago un lío, y lo de los servicios a veces parece un jerogrífico.:) Un beso.
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¡Estoy contigo! esos símbolos son un lío. Yo lo de meter la mano lo hago siempre. Ya, ya sé que cualquier dío me quedo sin ella, pero es un acto reflejo. Luego me arrepiento. 😛
Lo de los baños tiene un post. Cualquier día lo cuento.
Besazo
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Yo también tiendo a equivocarme en los baños con indicaciones que más parecen para pasar una entrevista de trabajo de google… y que mi inteligencia deductiva siempre tiende al fracaso, dejando de ser inteligencia para tornarse solo en intuición y casi siempre en intuición errada.
Con los ascensores ya ni se me pasa por la cabeza el intento de abrir o cerrar con el botón; mira que hay un 50% de posibilidades de acierto pues tiendo al 50% erróneo, y el consiguiente sonrojamiento ante la mirada de los que comparten el habitáculo, por ello he terminado por la opción de la mano en la puerta para evitar la vergüenza del botón equivocado.
Un beso.
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Todo es una terrible conspiración para confundirnos!!
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Las flechas indican la dirección hacia la que irán las puertas cuando pulsas el botón… Nunca me había planteado que pudiera confundir! Yo creo que me liaría más con las Cs y las As…
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¿Son flechas?
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