– Hija, ¿Qué vas a querer cenar?
– Pues no sé, mamá, cualquier cosa
– ¿Cualquier cosa? ¿Qué has comido?
– Una ensalada y un filete a la plancha.
– Bueno, pues ¿qué quieres cenar?
– No sé, ¿Una ensalada de tomate?.
– Hija, ¿más ensalada?
– Bueno, pues no sé… ¿Acelgas? ¿Tienes acelgas?
– No. Bueno, sí, pero tendría que hacerlas.
– Bueno, pues otra cosa, mamá, cualquier cosa, de verdad.
– No, que las hago en cinco minutos.
– Que no, mamá, que no te molestes.
– Bueno, pues entonces ¿Qué quieres cenar?
– Pues no sé, cualquier cosa, me da igual. ¿Una tortilla?
– ¿Una tortilla? ¿Cuándo has comido huevos?
– No sé, no me acuerdo…
– ¿ Y no te apetecen unas judías verdes y un poco de pescado?
– Pues no mucho… ¿Tú qué vas a cenar?
– Unas judías verdes y un poco de pescado.
– …
– Si quieres, tengo judías verdes y pescado para las dos.
Ah, las madres…
¡¡¡¡¡Ni una sola queja, amiguita!!!!!!
Te comes la judías verdes y el pescado, que son muy sanos. :mrgreen
Besazo
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A la fuerza ahorcan… 🙂
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jaja ja Al menos tienes quien te haga la cena!!!! jajjaa Buenas noches y un beso
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¿Quien me la haga? No, no, ya estaba hecha!!!
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Ahh! Se siente, habías dicho «cualquier cosa».
Mamy no se anda con tantas contemplaciones como tu mamá, aquí se cena pienso y cuando los humanos toman sopa, la carne de hacer el caldo con arroz hervido y guisantes y el día de dieta, manzana y huevo duro o yogurt, por ese orden, que sino la manzana de segundo le decímos a mamy que la coma ella.
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Ya, ya, había dicho cualquier cosa, tienes razón.
Lo del día de dieta es muy interesante. A Curra le han puesto a régimen, porque se estaba poniendo un poco maciza de más. Y por sus patitas no le conviene nada. ¿Es sólo un día de dieta y el resto de los días comen normal?
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Si, suele ser un día a la semana.
Por cierto si yo tubiera la suerte de que mamy me preguntara qué quiero cenar, sin duda, contestaría: Chuletón.
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Pues yo, que ya empiezo a estar al otro lado, en realidad llevo años ahí, lo que más odio es esa respuesta 😀 «me da igual», coño, para eso no pregunto.
Aunque luego al menos le das ideas, y cierto, al final para nada, besos guapa.
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Hay que saber preguntar, es lo que me digo yo…
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Esa pregunta tiene valor a primera hora, por el tema de hacer la compra, luego cierto, para la cena hay que dar opciones, ¿pescado blanco o gallos?.
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– ¿Qué tenías pensado tú?
– ¿Qué vas a cenar tú?
– Husmeas por la cocina y le dices «pues me apetece … (exactamente lo que hayas visto preparado ó casi)»
– Tengo el estómago un poco delicado asi que un vaso de leche caliente que me dijiste una vez que eso me ayudaría a que se me pase…
No hay nada peor que preguntar algo y la contestación sea cualquier cosa porque ó tienes la paciencia de una madre ó al final te ponen un plato en la mesa y te lo comes como cuando eras pequeña sin opción a elegir.
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Pues sí, es la paciencia de una madre. Que, por cierto, no hay más que una.
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Si es que ….
Con lo fácil que habría sido decir «¿Quieres un poco de judías verdes y pescado?», pero … claro … no sería una madre.
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O mandarme a hacer puñetas, que es una opción que nunca consideran…
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Mujer, esto no es un restaurant. Se come lo que toca y ya está. Un beso.
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¿Por qué pregunta entonces? 🙂
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Una madre con ideas claras, como la mayoría, por otra parte.
Buen diálogo.
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Gracias. Sí, la mayoría de las madres tienen muy claro casi todo!!
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Ja ja, y esta entrada porque no la había visto?
Creía que tú eras la madre, y descubro por los comentarios que eres la hija ja ja, da igual, es tan cierto y yo que he vivido las dos posiciones me da hasta vergüenza de lo absurdo de la situación.
Como son y somos las madres, desde luego
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No sé por qué no la habrías visto.
Como sois, como sois.
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