Me tenían sentada en la gran mesa de metal que servía de enorme frigorífico, en la trastienda de la pastelería de mi abuelo. No sé qué edad tendría, pero era muy pequeña.
Un periódico. Un titular. No recuerdo la noticia, nadie la recuerda. Era algo sobre la URSS.
– La Ursursur
Recuerdo la noticia, todos la recuerdan. Ya sabía leer.
espacio
Qué bien que os acordéis. Yo no recuerdo ese momento y me encantaría. En la vida de uno es como los hitos de 2001 más o menos.
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Supongo que sabría leer desde antes, no sé. Pero es una anécdota que se recuerda en mi familia, y aun ahora nos reímos de lo de la ursursur. Y fue desde luego cuando todos se enteraron de que ya había aprendido.
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Iba a comentar lo mismo que Anniehall, qué suerte acordarse de ese momento.
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Pues sí, es una suerte.
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…yo recuerdo escribir …Las estaciones del año … otoño i invieno» pensé yo antes que acabara el profesor de dictalas, en mi mente ya tenía el puntito de la i preparado y me sorprendió con el otoño einvierno.
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Como siempre, tan divertido, Tomae! ¿Y qué hiciste con el puntito? ¿Lo tiraste a la papelera o se lo pusiste de más al invïerno? 🙂
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Me quedé pensativo en todo lo que me venía encima, un mundo educativo lleno de reglas ortográficas y alguna que otra contradicción que tendrían que enseñarme cuando mi infantil intuición me llevaba no sé a donde …
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Y se sale adelante. De los niños guardamos siempre la capacidad de asombro, y a quien le enseñan bien, la osadía para sobreponerse a las reglas y a comprender que tienen que existir.
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Yo recuerdo un concurso de lectura que gané, siendo muy pequeña. Recuerdo leyéndolo y entonando en los diálogos.
¡Que cosas!
Besazo
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Hala, pero eso era ya de niña que sabe leer un montón! Lo mío era de niña que no leía nada, apenas las letras!
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Yo aun tengo dudas de saber leer, fíjate que este blog lo leía como «un mundo para currar» 😀
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¡No, por dios, todo lo contrario! Aquí incluso está mal visto entrar en horarios de oficina 🙂 🙂
Muchas gracias por la visita y por el comentario. Bienvenido.
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De nada, iba a poner «a tus pies», pero vaya, que es evidente 😀 eso sí, se les ve relajados.
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Lo están, lo están. Mmmm…. Anda, creo que me has dado el post de hoy. A ver qué sale. Gracias.
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Como mamy iba a un colegio rural donde había varios cursos en una misma clase y veía a diario los dictados que le hacía la maestra a los de 1º de EGB y ella era parvulita, luego en casa, obligaba a su hermano a jugar a los dictados, por supuesto, ella dictaba un texto que se iba leyendo-inventando, y su hermano, un año más pequeño estaba obligado a hacer garabatos un buen rato, después se los corregía con una pintura Alpino roja. Este juego duró unos cuantos años, luego ya leyendo y escribiendo de verdad.
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¡Qué bonito! Te ha salido un microrelato, un cuento, una imagen preciosa en el comentario: dos niños que se entretienen jugando a la maestra y el alumno. Me encanta. Lo que me choca es que luego guardaran ese juego, tu mamy y tu tio. Lo normal es que lo tomaran como una obligación, pero se ve que no. Muy bonito. Gracias, Babu!
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¡Jo!, yo no me acuerdo de ese momento (ni de otros muchos). Lo que sí recuerdo es que me enseñó mi abuela, que vivía con nosotros y cuando empecé 1º de EGB, mi madre me dijo que le dijera al profesor que yo ya sabía leer. Y así lo hice. El profesor cogió un libro y me dijo que leyera en voz alta. Cuando llevaba poco tiempo me dijo que parara. Cuando mis compañeros aprendían a leer, yo estaba en un rincón de la clase con un libro leyendo para mí solo.
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O sea, que si lo entiendo bien, esto de aprender a leer te convirtió en un niño solitario y alejado de la sociedad :-). De todos modos, gran trabajo de tu abuela. Yo creo que no tendría paciencia ni sabría cómo enseñar a leer a un niño.
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Pues yo con el tiempo, lo recuerdo con una sonrisa, aunque en su momento para mi fue un pequeño drama o caos mental…
Era una sala dónde niños de 4 a 5 años, cuyos padres habían apuntado para aprender a leer antes de entrar al cole, sentados en taburetes de colores e inquietos por lo nuevo del lugar y la experiencia. El profe me hacia leer: la t con la o, y un sonido vacilante y muy bajo salia de mi garganta, To; la m con la a, ma, la t con la e, te…y luego, decía todo junto ahora…jajaja, yo sólo lo miraba y pensaba, si ya lo he leído. Resultado, nunca dije entonces to ma te entero, pero aprendí.
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Seguro que no te enseñó un tomate. Lo hubieras comprendido de inmediato. De todos modos, esto es acordarse, y es una anécdota también muy bonita me parece a mí.
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¡Es verdad! Eran una siglas endiabladas de pronunciar: a mí me pasaba lo mismo.
Y hasta mi hermano mayor se aprovechó de mi ignorancia infantil, cuando le pregunté qué significaba eso de CCCP que ponía en las camisetas de los jugadores soviéticos de baloncesto (que es Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en ruso). Me respondió, muy serio: «Cucu-rrucu-cú, Paloma». Y me lo tragué hasta que mi madre me explicó que era una broma 😉
Gracias por el recuerdo. Un saludo.
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¡Qué bueno! No se me hubiera ocurrido nunca. Gracias a ti por tu recuerdo, que es genial 🙂
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