Nos fuimos al hotel, en la Ruta 66. El hotel era una especie de motel de carretera, horrendo, antipático, hortera y sobre todo, libre de humos. Eran unos pesados con esta historia, y hasta nos hicieron firmar un papel de compromiso – bajo pena de multa de 200 $ – como garantía de que no fumaríamos. Y no fumamos. A cambio les dejamos los alrededores bien llenitos de colillas, aunque eso sí, exhalando siempre el humo hacia el campo. El hotel tenía además un detalle encantador: pasaban unos trenes de mercancías larguísimos y ruidosísimos cada media hora más o menos, y allí retumbaba hasta el flequillo de la portera. Otros detalles con glamour eran un búho de plástico en el tejado y un pony también de plástico en la entrada. En fin, un hotel para olvidar, aunque no será fácil, esas experiencias se quedan grabadas a fuego.
Susana le quitó hierro al asunto argumentando que en peores sitios habíamos dormido. Decir esto es una gran verdad si haces un razonamiento rápido, secuencial, casuístico y comparativo, pero si lo piensas despacio te das cuenta de que es una majadería, porque reconocer que hay sitios peores no le añade ni una pizca de simpatía a aquel hotelucho de mierda. Así es que yo le di la razón un poco para no discutir y otro poco para evitar que la cara de “decepción” de Paula nos contagiara a todas y termináramos volviéndonos a Phoenix».
De mi cuaderno de viaje Verano 2008 (EE.UU.)
Me gustaMe gusta
Ohhh, gracias, querida. Maravilloso!!!
Me gustaMe gusta
Me encantó, Carmen
Me gustaMe gusta
Muchas gracias. 🙂
Me gustaMe gusta
¿Has viajado por EEUU?. Qué interesante. Un beso.
Me gustaMe gusta
Es un país muy interesante, sí. Pero normalmente he ido a buenos hoteles. Este es el único horrible que he tenido que vivir.
Me gustaMe gusta
Ja, ja, ja. ¿Y no te salió al paso ningún coche de policia, en mitad del desierto, porque habías excedido el límite de velocidad en media milla por hora?
El último año que pasé en los USA, volví desde Los Ángeles, donde había vivido, a Nueva York siguiendo la que había sido The main street of America, pero ahora sólo quedan algunos tramos. Fueron dos semanas apasionantes. Y ahora que lo dices, debería haber escrito un cuaderno de viaje.
Me gustaMe gusta
Es que ni se me ocurrió exceder el límite de velocidad ni siquiera cuando estaba a punto de quedarme dormida, pero sí me pararon en un control. no estaban emboscados, pero llevaban gorro vaquero y Rayban de espejo. Un déjà vu de no parar…
No creas, quedan casi todos los tramos, lo que pasa es que ahora la mayor parte es una carretera secundaria o una calle al lado de la vía con hoteluchos de mierda. Dímelo a mí…
Me gustaMe gusta
Desde hace años he querido emprender ese viaje, tan beat y tan literario pero hasta ahora no ha podido ser.
Me gustaMe gusta
Pues hay cositas por esa zona (el Gran Cañón, por ejemplo) que conviene ver al menos una vez en la vida.
Me gustaMe gusta
Me ha recordado al hotelucho de la cadena Super8 de San Diego en el que estuve con mi novio, ahora marido. Junto al aeropuerto, disfrutando del despegue y aterrizaje de aviones.
El viaje por la costa oeste de USA es un viaje altamente recomendable. Es EL VIAJE
Me gustaMe gusta