Su primer recuerdo

No sé qué edad tendría, pero sin duda es mi primer recuerdo de la vida. Debía de ser yo muy pequeña, imagínate: una niña rubita, con lacitos rosas en el pelo y trencitas, y mi faldita, y aquellas braguitas de algodón que parecían de crochet asomando por debajo, calzada con unas merceditas azules con sus correspondientes calcetinitos blancos. Una niña monísima y dulce, de aspecto angelical.

Ya te digo que no sé qué edad tendría, pero imagínate que era yo muy pequeña, tanto como  para que me pudieran coger en brazos y lanzarme hacia arriba, y luego recogerme, en estos juegos que se traen los mayores con los niños pequeños. Y eso hizo aquel hombre, que era un amigo de mis padres. Me vio, me cogió en brazos, y me lanzó a la estratosfera, y luego me agarró al vuelo según bajaba. Después dio dos vueltas sobre sí mismo conmigo en brazos. Y yo aguanté, aterrorizada pero sin soltar ni el más leve grito y sin perder la serenidad. Y sólo cuando me bajó y ya estuve en el suelo, sólo cuando tenía los dos pies bien seguros sobre la tierra, le dije muy seriamente:

– Ezo no me ha guztado.

Anécdota contada por P.P. esta tarde, al final de una reunión

10 pensamientos en “Su primer recuerdo

  1. ¿No es tuyo este recuerdo? ¿P.P.? ¿Parmen Piménez?

    Yo no tengo ni idea de cuál es mi primer recuerdo, pero eso de las merceditas, los calcetinitos, la faldita y las braguitas de algodón, no lo recuerdo 😉

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  2. Espera sí, sí que lo recuerdo. Es la habitación de mis padres con una cuna y un moisés. Me acuerdo de la cuna y del moisés enorme en el que dormía mi ecobiohermana. Era blanco con muchos muñequitos y dibujines que lo adornaban. Estaba a la derecha de la cama de mis padres y la cuna al otro lado bajo la ventana. Sí ese en mi primer recuerdo. Sí Servidora y Ecobiohermana nos llevamos 27 meses, eso quiere decir que yo era una mico de dos años y pico .. pues ella aún dormía en el moisés. Madre mía lo que hace el pensar. Lo que tenemos escondido en nuestro disco duro mental….

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  3. Ay!! Pues a mamy le encantaba que los primos, todos muchísimo más mayores, le hicieran perrerías, de hecho ella los provocaba para que la colgaran cabeza abajo cogiéndola por los pies, la llevaran a hombros haciendo cabriolas… Y su primer recuerdo, tiene que ver con eso, los primos mayores, entonces unos 25 y mamy unos 3 añitos, le decían: A ver, ¿cuánto nos quieres? Y mamy achuchaba su cabecita en sus cuellos, después ellos le decían; pues nosotros ¡¡no te queremos!! ¡¡que has venido a dejarnos sin herencia!! (Esto lo decían porque el daddy de mamy se casó con casi 50 años… y sus sobrinos se cachondeaban de él) y mamy ponía cara de asombro y los besaba y decía ¡¡¡cuánto te quero Pepín!!

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    • Sí. No sé por qué los mayores siempre hacen este tipo de barbarismos con los niños. Era lo que esta amiga me contaba ayer, que a ella no le hacía gracia este tipo de «cariñitos».

      Muchas gracias por tu comentario (¡y por pasarte, con lo ocupada que estás!) 😉

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  4. Así fué. Casi exactamente. Poco después, ya en el colegio, me acuerdo de haber sentido una responsabilidad enorme cuando me pasaron de la cartilla al ‘Parvulito’… Hay vida turbulente dentro de las cabecitas de los niños…
    Carmen : muchas gracias por valorar este recuerdo.

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