Por elemental prudencia, eliminó la tabla de ahumados de la carta.
Ordenó al chef que cortara más finas las patatas, y escribió paja donde antes se leía cerilla.
Y finalmente, pensando en sus clientes, puso en oferta los huevos rotos.
Por elemental prudencia, eliminó la tabla de ahumados de la carta.
Ordenó al chef que cortara más finas las patatas, y escribió paja donde antes se leía cerilla.
Y finalmente, pensando en sus clientes, puso en oferta los huevos rotos.
Estoy en una estación de esquí y acabo de comer en un hotel en el que me conocen mucho, el jefe de sala me ha traído la caja de puros con el café, porque me cuida muy bien los vicios, y ya le he dicho que se va a buscar la ruina. Él te los ofrece, tú los pagas con su buena cuota de impuestos que van a Hacienda, pero eso sí te lo tienes que fumar a la intemperie con riesgo de coger una gripe de mil pares de narices. Te digo yo que estos tíos, y tías, tienen carcel.
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Eso te pasa por no ser previsor y no haberte ido a Andorra. Y si en el Valle de Arán siguen con sus delirios de querer independizarse de Cataluña (ya han empezado con lo del aranés), tal vez el día de mañana se pueda disfrutar de una buena sobremesa… Porque bajarse las pistas con un puro en la boca, no me parece, la verdad…
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Lo de Andorra es para pensárselo, claro que la independencia de los araneses sería todo un puntazo.
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