Ha llegado el 2018

Desde 2010 llevo dando la tabarra en este blog. Así es que hoy entro en el octavo año de tabarra. Una tabarra cada vez menos rigurosa: en este último año sólo he escrito 50 post. Parecía que en 2016 hubiera tocado fondo, con 68 entradas escritas, pero se ve que siempre se puede escarbar.

¿Pasará lo mismo en 2018? ¿Seguirán menguando las actualizaciones o conseguiré perseverar en los buenos propósitos de escribir más a menudo? Quién sabe.

Tal vez si existiera el futuro, concreta e individualmente, como algo que un cerebro superior pudiera discernir, el pasado no sería tan seductor: sus exigencias estarían equilibradas por las del futuro. Entonces las personas podrían sentarse a horcajadas en el centro del balancín cuando examinaran este o aquel objeto. A lo mejor sería divertido.

Pero el futuro carece de semejante realidad (como la poseen el pasado que nos representamos mentalmente o el presente que percibimos); el futuro no es más que una figura retórica, un espectro del pensamiento.

Nabokov, Cosas transparentes

Que tengan ustedes un feliz 2018.