El joven militante entró en el saloncito de la residencia de ancianos.
– Abuela, hoy es un día histórico. ¡Por fin hemos ganado la guerra!
– ¿Qué guerra, hijo?
– ¿Qué guerra va a ser? ¡La guerra en la que combatieron tus padres!
– ¿Mis padres combatieron en una guerra? Y a todo esto, ¿Tú quién eres?