Gracias, Del Bosque.
Una vez dicho esto -que parece que es lo único que se puede decir cuando se cita a este señor-, espero que se vaya de una vez y deje paso a otro con mejores ideas. O con alguna. Aunque no sé yo, porque Vicente del Bosque tiene un defecto españolísimo, que es no saber irse cuando se está arriba y se ha cumplido, y así dejar paso a otro. También es un defecto muy corriente en nuestro país no ver las lucecitas amarillas cuando se tiene el primer fracaso después de la gloria. A la postre, Don Vicente se ha revelado como alguien sin inteligencia para renovar nada, sin personalidad para arriesgar y sin perspectiva para comprender que esta selección se acabó después de 2012.
Dice que ha llevado a gente nueva y sí, pero luego no los ha puesto a jugar. Seleccionaba «por respeto», «por cariño», «por todo lo que nos ha dado», y eso no es un criterio para una selección que no va precisamente por amor. Casillas, Silva, Fábregas, Iniesta y Ramos estaban ya en la Euro 2008. Hace 8 años, toda una vida en fútbol. Busquets, Piqué y Pedrito fueron al Mundial, y éste último hasta se ha dado el lujazo de protestar porque no jugaba: «a lo mejor no vale la pena venir aquí sólo para hacer grupo». Pues sí: a lo mejor había algún jugador en mejor forma y con más partidos en la temporada. En vez de ponerle en el primer avión de vuelta, le sacó a que «salvara» el resultado en el último partido. Telón para la opereta de Don Vicente, el señorío y el garrulo engreído.
Hacer grupo. No es ninguna tontería en un equipo de fútbol, no crean. Al revés, pienso que es algo importantísimo. Pero miren: Luis Aragonés no tenía grupo, y lo construyó. Porque el grupo se construye con motivación, no con cariños paternalistas, lealtades abotargadas y deudas personales. Y la motivación se obtiene cuando te llevan por tu papel en el césped, no en una alfombra del teatro Campoamor. Y cuando tu entrenador es el primero en estar motivado, o al menos con más motivación que un koala después de comer.
¿Qué decir del papanatismo de los periodistas deportivos y del mainstream? Aparte de la caspa que les sale a borbotones del micrófono, aquí no se oye ni una mala crítica, salvo muy honrosas excepciones. Sin embargo, yo creo que se puede y se debe criticar. Porque con la crítica se envían alertas, y porque el exceso de halago debilita. Poco favor y servicio han hecho esos periodistas pueblerinos que sólo saben exigir respeto por el pasado, sin comprender que la exigencia debe mantenerse para el futuro. O al menos para el presente: se lleva a un jugador por lo que te puede aportar, no por lo que aportó hace dos años.
En fin, mi decepción y melancolía ya viene de lejos y lo escribí en estas dos entradas hace tiempo (click y click). Del Bosque, un señor al que admiraba, me ha desenganchado de la selección y hasta me ha quitado las ganas de reirme un rato con ustedes. Aunque de esto último no hay que preocuparse: seguro que el porvenir le pone remedio.