El procesito del Real Madrid

Las cosas suelen ser más sencillas de lo que parecen. Posiblemente, todo consistía en un procesito. Llega la notificación, se la dan a una persona designada, ésta lo apunta en una base de datos, o en una hoja de papel, y antes del partido se consulta el listado y ya está, ya sabemos qué futbolista no puede jugar. Si en ese procesito algo falla, ya tenemos al Madrid fuera de la Copa del Rey.

¿Y qué puede fallar? Pues por ejemplo, que la persona designada esté enferma, o que justo, justo cuando iba a apuntar que tal jugador estaba sancionado, le llamaron al móvil, se le fue el santo al cielo y no lo apuntó en la hoja de cálculo. Es lo que tienen los procesos, que están pensados para seguirse al pie de la letra. ¿No han visto nunca una película de naves espaciales? Pues aquí igual.

Sin embargo, en todos los procesos hay un evento que lo dispara y sin el cual el proceso no se inicia. En nuestro caso, el disparador del proceso es la llegada de la notificación por parte de la Federación. Y por lo que se sabe hasta ahora, la notificación con la sanción de Cheryshev, que le impedía ser alineado en el partido contra el Cádiz, no llegó nunca al Real Madrid. La sanción, como todo el mundo conoce ya a estas alturas, es que el Madrid queda eliminado de la Copa. Una sanción proporcionadísima, hombre por Dios.

Sin duda, el Madrid es culpable por no tener un procesito sin disparador, o sea, por no prever que la Federación no hiciera su trabajo. Ahora, el Real Madrid tendrá que cambiar su procesito y dedicarse a seguir a todos y cada uno de los jugadores que juegan en todas partes, incluso en la liga ucraniana, por si acaso se le ocurre ficharlos algún día.

Oye, Juan, apunta que a un tal Melero le han sacado una amarilla en un partido entre el Club Deportivo Colindres y el Atlético Albericia, de la Tercera división de Cantabria, no sea que se nos ocurra ficharlo y la liemos.

Ya están todos contentos. La Federación, abrillantando sus galones (¡poderosos a mí, ja!); el Cádiz, que sigue milagrosamente en competición; el resto de equipitos petulantes que se relame con todo lo malo que le pase al Madrid, aunque suponga un atropello en toda regla también para ellos, puesto que la Federación debe comunicar las sanciones en tiempo y forma (¿cómo recurrir si no?); y la prensa deportiva, o sea, la prensa idiota, que hiperventila con estas cosillas extradeportivas, o sea, extraidiotas. Mención aparte es la merma, esplendorosa y en perfecto estado de revista, escupiendo al cielo por la eliminación del Madrid. Si es que…

Hay quien dice que el Madrid no debe recurrir más. Pues yo creo que sí, que debe recurrir y que debe pelear con la Federación. Si tenemos razón, tenemos razón. Y nada más.

Hala Madrid.